Universidad Nacional del Nordeste- Tecnicatura en Turismo-


domingo, 7 de noviembre de 2010


Asia Sudoeste

INDONESIA

CAPITALYakarta (8.950.000 habitantes).

EXTENSION 1.919.440 kilómetros cuadrados (cuatro veces más grande que España).

POBLACION 231.328.092 habitantes (según censo de julio de 2002).

COMPOSICIÓN ÉTNICA Indonesia es un auténtico mosaico étnico, donde predominan los javaneses (45%), sundaneses (14%), madureses (7,5%), malayos del litoral (7,5%) y otros 200 grupos étnicos que se reparten el 26% restante.

IDIOMA El idioma oficial es el indonesio bahasa (similar al malayo). También se habla inglés, holandés y muchos dialectos locales, entre los que destacan el javanés y el sundanés.

RELIGION Musulmanes (88%), protestantes (5%), católicos (3%), hindús (2%), budistas (1%), además de otros cultos de carácter animista.

GOBIERNO República presidencialista autoritaria. Obtuvo su independencia de Holanda en 1949, aunque la proclamó en 1945.

GEOGRAFIA

La república insular de Indonesia acoge la mayor parte del archipiélago malayo y la totalidad de las antiguas Indias holandesas con, aproximadamente, 17.000 islas. De ellas, en torno a 6.000 se encuentran deshabitadas, diseminadas por el mar de la China, el mar de Célebes y los océanos Pacífico e Indico. Tiene fronteras con Malasia, en la isla de Borneo, con Papúa Nueva Guinea, en la de Nueva Guinea, y con Timor Oriental en la isla de Timor.

Las islas aparecen distribuidas en dos sectores: las agrupadas en torno a Sumatra, Java y Timor, al sur, y las que se ciñen a Borneo (Kalimatan), Célebes (Sulawesi), el archipiélago de las Molucas y Nueva Guinea, en el norte.

El archipiélago, cruzado por el Ecuador, goza de una situación estratégicamente privilegiada, al ser de paso obligado entre los océanos Índico y Pacífico.

HISTORIA

En el centro de Java se han encontrado los restos de una de las primeras formas de vida humana del planeta: el «Pithecantropus erectus» u Hombre de Java. Sin embargo, a partir del paleolítico, hay pocos restos de actividad humana en las islas. Con el tiempo, las grandes migraciones registradas en el sudeste asiático hicieron que se fusionaran en el archipiélago más de 200 etnias. El bronce se introdujo en Indonesia en torno al año 300 a. de C., y la influencia cultural india no llegó hasta los primeros siglos de la era cristiana, mientras que la china se retrasó hasta el siglo V.

A principios del siglo VII, comenzaron a surgir importantes reinos en Java y Sumatra. Los de las costas eran comerciantes y marinos, mientras que los del interior basaban su economía en el cultivo del arroz. El islam comenzó a llegar a los reinos costeros en el siglo XIII propagado por los marinos y mercaderes del sur de la India.

En 1511, Malaca fue conquistada por los portugueses, y con ello variaron sustancialmente los esquemas comerciales hasta entonces imperantes. Se formaron varios estados musulmanes fuertes y competitivos que explotaron rutas comerciales alternativas y realizaron diversas incursiones contra la Malaca portuguesa. Durante el siglo XVII, los portugueses tuvieron que competir también por el control comercial del archipiélago con los ingleses y, sobre todo, con los holandeses, que ya en 1602 habían creado la Compañía holandesa de las Indias Orientales que fundó la ciudad de Batavia, actual Yakarta, convirtiéndola en centro neurálgico de sus operaciones en la región.

Los importantes gastos que ocasionaban al gobierno holandés los movimientos de resistencia que surgían en las islas, le decidieron a introducir, en 1830, el llamado sistema de cultivo obligatorio, por el que los campesinos locales debían trabajar una parte de sus tierras con cultivos dedicados a la exportación en detrimento de los tradicionales del arroz. Esto provocó un gran enriquecimiento en los Países Bajos y tremendas hambrunas en muchas de las islas durante las décadas de 1840 y 1850. Las consiguientes protestas derivaron en un conflicto armado que duró más de 30 años y concluyó a principios del siglo XX con el sometimiento de Bali, Sulawesi, las Molucas, las islas de la Sonda y la mayor parte de Borneo al férreo control holandés.

Con la llegada del siglo XX comenzaron a surgir en Indonesia grupos integradores del sentimiento nacionalista latente en el archipiélago. El primero fue, en 1912, el de la Unión Islámica, que ya en 1918 contaba con dos millones de miembros y, más tarde, el Partido Nacionalista Indonesio (PNI) de Achmed Sukarno en 1927. Tras la invasión japonesa de las islas, durante la Segunda Guerra Mundial, recibieron de Tokio una tan relativa como simbólica libertad política con el fin de conseguir su apoyo durante la ocupación. Desde 1943, se organizaron milicias indonesias en Bali, Java y Sumatra y se formuló la promesa de concesión de independencia una vez finalizado el conflicto bélico mundial.

El 17 de agosto de 1945, dos días después de la capitulación japonesa, Sukarno y el también líder independentista Muhammad Hatta, proclamaron la independencia de la República de Indonesia y fueron nombrados presidente y vicepresidente respectivamente. Tras la mediación británica, se llegó al acuerdo de formar unos Estados Unidos de Indonesia basados en la unión de Holanda e Indonesia que no llegó a fraguar, puesto que, en 1947, los holandeses atacaron a los republicanos y se hicieron con el control de gran parte de los pozos petrolíferos de Sumatra, hasta entonces bajo control indonesio.

Los holandeses repitieron los ataques al año siguiente para conseguir el dominio de Yakarta y la detención y posterior exilio de Sukarno y Hatta. Pero la reacción de la comunidad internacional y la resistencia de la guerrilla republicana obligaron al gobierno holandés a transferir la soberanía de toda Indonesia, salvo Nueva Guinea Occidental, a la República Federal de los Estados Unidos de Indonesia, a finales de 1949, que pasaron a formar parte de la Unión Indonesio-neerlandesa.

En agosto de 1950 se creó un nuevo gobierno que denunció la unión con Holanda, pero sus intentos de crear un Estado indonesio unificado chocaron contra la excesiva variedad cultural y lingüística de los distintos habitantes del archipiélago. En 1956, a causa de los levantamientos armados musulmanes y los movimientos antirrepublicanos alentados por los Países Bajos, motivó que Sukarno anulase el sistema de democracia liberal para sustituirlo por una «democracia dirigida» en la que el presidente se convirtió en la autoridad suprema del Estado.

Durante este periodo (1959-1965), la crisis económica interna se agudizó y se registró un fuerte aumento del poder del Ejército y del Partido Comunista de Indonesia (PKI). Esto provocó la aparición de fuertes tensiones entre ambos grupos y el estallido de un golpe de Estado que fue violentamente reprimido por el general Suharto, que se hizo con el control del ejército y consiguió que Sukarno le transfiriese el poder en marzo de 1966. A partir de entonces se desencadenó una represión anticomunista que motivó el arresto de cientos de miles de activistas y la matanza de más de un millón de militantes y simpatizantes del PKI.

El Nuevo Orden de Suharto se mantuvo durante décadas en el poder a pesar de las crisis en los precios del petróleo; la invasión -en 1975- de la antigua colonia portuguesa de Timor Oriental; el endeudamiento externo del régimen; la oposición de los grupos radicales musulmanes y, por último, la crisis financiera que golpeó el sudeste asiático desde 1997 provocando tremendas subidas en los precios que motivaron las violentas revueltas populares de 1998.

Estos últimos sucesos terminaron con la dimisión, el 21 de mayo, de Suharto y la subida al poder del hasta entonces vicepresidente Yusuf Habibie que, aunque con recelos, obtuvo el reconocimiento de la oposición islamista y de centro izquierda y llegó al acuerdo con Carlos Ximenes Belo, obispo de Timor Oriental, de retirar gradualmente las tropas indonesias de aquel territorio, lo cual motivó los violentos conflictos registrados a lo largo de 1999.

En mayo de 2002 culminó el proceso de independencia auspiciado por la ONU y Timor oriental pasó a ser una nación independiente acabando con 24 años de dominación indonesia.

CULTURA

La cultura indonesia es el resultado de la interacción entre las múltiples civilizaciones que durante siglos han venido conviviendo en el archipiélago y que han dejado la huella de sus costumbres, su arquitectura, su escultura y sus artes plásticas. Modelos culturales islámicos, chinos, indios, polinesios, del sudeste asiático continental y holandeses han configurado el complejo entramado cultural indonesio.

Si bien la arquitectura tradicional del sudeste asiático se asemeja entre los distintos países por la influencia china, los tejados de las casas indonesias se distinguen por tener terminaciones curvas, imitando los cuernos del búfalo. Por ser el búfalo el animal más preciado del país, históricamente utilizado como moneda de cambio, se dice que el tamaño de dichos tejados, así como su número, refleja la riqueza que posee su dueño, en la que se incluyen habitualmente los búfalos como símbolo de poder económico.

Indonesia, concretamente la región de Papúa, acoge también a las últimas culturas caníbales del planeta, para las cuales, la ingesta de carne humana es una costumbre ancestral en la que los miembros de las tribus se preparan para recibir el coraje, el valor y la inteligencia del depredado (que puede ser tanto un enemigo como un familiar). La más conocida de estas culturas es la denominada «asmat», que desde hace algunas décadas se ha visto obligada a abandonar estos hábitos por presiones del gobierno y de la Iglesia. No obstante, estas tribus, de gran interés antropológico, permanecen escondidas en zonas selváticas prácticamente inaccesibles al resto, durmiendo en lo alto de los árboles, en lo que llaman los «ramatinguis».

FIESTAS

Como consecuencia de la mayoría musulmana en Indonesia, buena parte de las festividades del país están asociadas a las celebraciones propias del mundo islámico, como el Ramadán, o Bulan Pausa, el mes musulmán del ayuno que coincide con el noveno mes en el calendario del Islam y el consiguiente Lebaran, o Idul Fitri, que pone fin al periodo de ayuno con dos días de ruidosas festividades.

Pero también existen celebraciones cristianas como Navidad, Viernes Santo y Año Nuevo, y civiles como el Hari Proklamasi Kemerdekaan, Día de la Independencia, que se conmemora el 17 de agosto. Otras festividad importante es el Día de Kartini, que se celebra el 21 de abril, en memoria del nacimiento de Raden Ajeng Kartini, una de las primeras luchadoras por la independencia de Indonesia.

CLIMA

Indonesia tiene un clima tropical en el que alternan dos estaciones: la seca, de junio a octubre, y la época de lluvias, desde noviembre hasta marzo. La humedad es generalmente muy elevada y llega a alcanzar un promedio anual superior al 80% con una temperatura, apenas fluctuante de una estación a otra, que suele oscilar en torno a los 27°C. Las precipitaciones en las zonas bajas oscilan entre los 1.800 milímetros y los 3.200 milímetros anuales, pero se disparan hasta los 6.100 milímetros en las regiones montañosas.

DOCUMENTACION

Para entrar en Indonesia sólo es necesario el pasaporte en vigor con una validez mínima de seis meses ya que, para estancias inferiores a 60 días con fines turísticos, culturales o de negocios, no se exige la obtención de ningún tipo de visado.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español recuerda que las autoridades indonesias exigen llevar siempre encima la documentación.

El viajero que pretenda alargar su estancia más allá de dos meses deberá obtener el correspondiente visado (algo tan difícil que parece aconsejar la salida y regreso al país como solución más viable) y estar en posesión de un billete de avión con algún destino fuera del país.

Además, la tasa aeroportuaria de salida del país es de 100.000 rupias (unos 11 euros) para los no residentes mayores de 12 años. Este impuesto puede pagarse también a través de las agencias de viajes al momento de expedición del billete y en las sucursales bancarias de los siguientes bancos en el aeropuerto: BCA, Mandiri, Lippo, Bulcopin, BBI y Bll.

DINERO

La moneda oficial en el país es la rupia indonesia, sometida siempre a continuas fluctuaciones. Es posible pagar directamente con dólares estadounidenses en muchos lugares eminentemente turísticos como Bali y cambiar por rupias en bancos y casas de cambio de las principales ciudades. Lo mismo sucederá con los cheques de viaje.

Sin embargo, el viajero no debe olvidar nunca que la inmensidad de Indonesia le puede llevar a visitar lugares tremendamente remotos, donde encontrar un establecimiento bancario resulta absolutamente impensable, por lo que no estaría de más llevar siempre consigo suficiente cantidad de rupias indonesias.

Las tarjetas de crédito, por el mismo motivo, carecen de utilidad en muchas zonas del país.

DESPLAZAMIENTOS

Dada la cantidad de islas y las distancias entre ellas, el avión es un buen sistema para desplazarse por Indonesia. Garuda Indonesia, Merpati y Sempati son las principales compañías encargadas de cubrir los vuelos nacionales.

Respecto al autobús, conviene aclarar que las condiciones de las carreteras son muy distintas de una isla a otra y las de los vehículos que las recorren también. En Borneo y Sulawesi, desplazarse en autobús puede llegar a convertirse en una insufrible tortura, mientras que en Java, Sumatra y Bali, el viajero puede llegar a encontrar autobuses equipados con televisor y aire acondicionado, aunque también existen los que aún utilizan asientos de madera.

Por lo que se refiere al tren, sólo las líneas que cubren el servicio en la isla de Java merecen cierta confianza y aún así, el viajero hará bien antes de comprar un billete en informarse de qué tipo de tren se trata, porque los modelos van desde el moderno y cómodo hasta el francamente miserable.

Para los desplazamientos por mar, la naviera más extendida por todo el país es Pelni, que dispone de embarcaciones modernas y confortables donde el viajero podrá escoger entre diferentes tipos de camarotes y trasladarse a cualquier puerto del archipiélago.

GASTRONOMIA

Como en el resto del sudeste asiático, la piedra angular de la cocina indonesia es el arroz, al que se añade todo aquello de lo que se disponga en el momento de ponerse a cocinar y se le bautiza como rijsttafel. Aparte de esto, los platos más populares son el sate, una especie de kebab servido con una salsa de cacahuetes muy picante y el gado gado, ensalada de verdura con gambas fritas y aliñada con la misma salsa de cacahuete del ejemplo anterior.

Con respecto a las bebidas, la cerveza Bintang es muy agradable y mucho menos fuerte que el «vino» balinés de arroz fermentado. Los tés y los cafés, en todas sus variedades, harán las delicias de los aficionados a estas infusiones.

SALUD

No es obligatorio ningun tipo de vacunación para viajar a Indonesia, sin embargo la prudencia y la experiencia aconsejan no tomar este tema a la ligera y adoptar unas precauciones mínimas que nos permitan poder disfrutar sin miedo de nuestro viaje.

Sería conveniente, si el viajero piensa visitar zonas selváticas, contemplar la posibilidad de seguir algún tratamiento profiláctico del paludismo, la fiebre amarilla, el tifus y la hepatitis A y B. Además, es muy recomendable que incluya en su equipaje algún repelente de insectos con un contenido superior al 35% de DEET y procurar no mantener desnudos los brazos y las piernas al amanecer y al atardecer, es decir, cuando los mosquitos son siempre más activos.

En Kalimantan (Borneo) o Irian Jaya conviene aplicar un tratamiento contra la malaria.

Si a pesar de haber tenido el habitual cuidado de no beber agua no embotellada ni ingerir verduras que no hayan sido previamente cocinadas, en algún momento el viajero se siente aquejado por la típica «diarrea del turista», convendrá tener a mano algún antidiarreico, del tipo Fortasec, e ingerir frecuentemente Sueroral (un sobre por litro de agua), medicamentos ambos que conviene tener la precaución de haber adquirido antes de iniciar el viaje.

Tampoco estaría de más llevar en el equipaje un pequeño botiquín en el que deberían figurar antibióticos, antipiréticos, antisépticos, vendas, tiras adhesivas de sutura (del tipo Steri-Trip) y jeringuillas de un solo uso.

SEGURIDAD

Tras el último atentado ocurrido en la isla de Bali, el Ministerio español de Asuntos Exteriores desaconseja «viajar por motivos turísticos» a la isla.

El MAE desaconseja asimismo -el Gobierno indonesio suele prohibir el viaje- las islas de Kalimantan, Irian Jaya, Aceh (en el norte de Sumatra) y las Molucas. Para viajar a Irian Jaya se necesita un permiso especial concedido por las autoridades indonesias.

Las islas de Sumatra (con excepción de la región de Aceh), Java, Célebes son consideradas como zonas fuera de todo riesgo, en las que tan sólo parece necesario que el viajero adopte unas mínimas precauciones, normas que más que de seguridad, deberíamos adjetivar como de sentido común y que se pueden resumir en depositar en sitio seguro los objetos de valor y la documentación, mantener el dinero oculto sin exhibir grandes cantidades en lugares públicos, no lucir joyas valiosas, no perder nunca de vista el equipaje en aeropuertos y estaciones y no adquirir ningún tipo de droga.

De todas formas, la actual incertidumbre política puede ser causa de manifestaciones y de tensión tanto en la capital como fuera de ella. Conviene, pues, estar alerta y trazar los itinerarios evitando las zonas de riesgo. El Ministerio de Asuntos Exteriores español aconseja estar informado, llevar teléfono móvil en la medida de lo posible y evitar las muchedumbres.

COMPRAS

En Indonesia el viajero encontrará una inacabable variedad de trabajos artesanos entre los que escoger: cerámica, latón, madera, cuero, bambú, paja, orfebrería, pintura, tejidos y bordados y, por supuesto, antigüedades.

Pero a la hora de señalar lo más característico de la artesanía indonesia, habría que referirse a las máscaras rituales, los títeres y marionetas de cuero pintado, los kriss, cuchillos rituales de hoja con curvaturas y, claro está, los batiks, tejidos, normalmente de seda o algodón, deliciosamente estampados a mano mediante un procedimiento de fijación con cera.

LUGARES

Yakarta.

Nueve millones de personas se hacinan en el caos de la capital indonesia que, no obstante, ofrece al viajero innegables atractivos. En la parte antigua de la ciudad se encuentra el sugerente sabor holandés que aún la impregna en rincones como el puente levadizo sobre el canal de Kali Besar o las edificaciones del siglo XVIII, que jalonan el camino hasta la plaza Taman Fatahillah.

El viajero sensible evitará fijar su atención en los homenajes que, como el Monumento Nacional de la plaza Merdeka, se levantaron en la ciudad gracias al proverbial mal gusto del presidente Sukarno. Los lugares más interesantes son la iglesia de Gereja Sion; la galería de pintura y cerámica modernas de Balai Seni Rupa y los museos de Historia Nacional, Nacional de Indonesia o el de Wayang. En estos museos, no sólo admirará su colección de marionetas tradicionales sino que además tendrá la posibilidad de contemplar todos los domingos espléndidas representaciones de wayang kulit.

Bandung.

Situada al oeste de la isla de Java, a mitad de camino entre Yakarta y Yogyakarta, Bandung es una ciudad de ambiente universitario y cosmopolita. Esta ciudad ha sido de gran relevancia en la historia de las relaciones internacionales por su famosa Conferencia, celebrada en 1955, en la que se discutió la no alineación de los países durante la Guerra Fría y la decisiva formación de un gran bloque de Estados denominados «Países No Alineados».

En Bandung, el viajero podrá elegir entre intentar la ascensión del volcán Tangkuban Perahu, visitar los museos Geológico y de la Cultura del Oeste de Java, o pasear entre las interminables tiendas de ropa en Jalan Cihampelas. Estos comercios recuerdan al visitante que se encuentra en uno de los mayores centros de producción textil del país.

Yogyakarta.

Yogyakarta (Yogya), una de las ciudades más amables y acogedoras de Indonesia, guarda en su centro el amurallado palacio de los antiguos sultanes, una pequeña ciudad dentro de otra, con sus mercados, talleres, escuelas y templos custodiados por viejos guardianes de tradicionales uniformes que contemplan ceremoniosos los espectáculos de wayang y danzas típicas que suelen celebrarse en el pabellón exterior del Palacio.

Prambanan.

Cerca de Yogya se encuentra el impresionante complejo de Prambanan, que alberga más de 200 templos, la mayoría en ruinas, del más puro estilo hindú javanés. El más importante, dedicado a Shiva, que alcanza los 50 metros de altura y muestra espléndidas escenas del Ramayana, es uno de los mejores ejemplos del refinamiento cultural alcanzado en la isla de Java en el siglo IX.

Borobudur.

En Borobudur el viajero quedará totalmente cautivado ante la contemplación de una de las más increíbles obras de arte que ha sido capaz de crear el hombre a lo largo de toda su historia. Junto con Bagan -en Myanmar- y Angkor Wat -en Camboya-, Borobudur compone la fascinante triada de los más asombrosos templos budistas de Asia. El espectacular complejo llega a cubrir la colina sobre la que se levanta y se compone de seis terrazas cuadrangulares rematadas por tres circulares, en las que se disponen 1.500 paneles con la historia del budismo y más de 500 imágenes de Buda, muchas de ellas encerradas en estupas con celosías.

Dieng.

La altiplanicie de Dieng se sitúa en el cráter de lo que en su día fue un activo volcán y dentro de él se encuentra una serie de interesantes templos hinduistas y budistas anteriores a los de Borobudur y Prambanan, de entre los que destaca por su sencillez y belleza el de Candi Bima.

Surabaya.

Con sus tres millones de habitantes, Surabaya puede parecer a los ojos del visitante una ciudad tan grande como insulsa, pero el viajero inquieto sabrá descubrir en ella un especial regusto oriental, difícil de encontrar en otras grandes ciudades del país, si decide acercarse al muelle Kali Mas o pasear por las bulliciosas calles que rodean la mezquita del Sultán Ampel.

Pandaan.

En Pandaan está el teatro al aire libre de Candra Wilwatikta, en el que, durante las noches de la estación seca, de mayo a octubre, se celebra el festival de baile clásico javanés donde se puede disfrutar de espectaculares representaciones basadas en la ancestral tradición del Ramayana.

Monte Bromo.

El Bromo es un volcán activo que al amanecer cobra tan espectacular belleza que lleva camino de convertirse en una de las principales atracciones turísticas de la isla de Java. Cuando el sol nace luminoso sobre el humeante cráter del Bromo, el viajero tiene la sensación de estar viviendo un momento tan mágico como irrepetible.

Bukittinggi.

Bukittinggi, o Tri Arga (la Ciudad de las Tres Montañas), no suele incluirse en los recorridos convencionales de la isla de Sumatra; sin embargo es una bella ciudad montañosa en cuyo mercado, cerca de las calles donde se encuentra una historiada torre con reloj, se concentra uno de los mercados de fruta, ropa y artesanía más animados y coloristas de la isla. Además, desde el cercano Parque Panorama se obtiene una magnífica vista del cañón de Sianok y se pueden explorar las estratégicas cuevas allí excavadas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Parapat.

Parapat es el puerto desde donde tomar los transbordadores que cruzan el idílico Lago Toba, y el viajero sin prisas haría bien en intentar hacer coincidir esta circunstancia con un domingo para así poder deambular entre los puestos de artesanía que se instalan en el mercado, frente al muelle, y admirar los típicos cantos y bailes tradicionales batak.

Lago Toba.

El gigantesco Lago Toba se encuentra en el interior de un cráter volcánico y lo habitual es cruzarlo en transbordador para alcanzar la preciosa isla de Samosir situada en el centro de sus aguas. La travesía es una experiencia tan bella como relajante y, si el viajero permitiese un consejo, se le recomendaría disfrutarla con tranquilidad y culminarla con un reparador baño en las orillas de la isla.

Isla de Samosir.

En el corazón del Lago Toba, la isla de Samosir es el centro de la cultura batak, un pueblo tranquilo y hospitalario como comprobará el viajero al visitar Tomok, Tuk Tuk, Ambarita, Pangururan y Simanindo con su espléndida mansión Adat, antigua residencia del rey batak, hoy convertida en museo.

Berastagi.

Berastagi es un importante enclave de la cultura karo batak y el viajero podrá apreciar aquí las típicas casas construidas con sus techumbres en forma de osamentas. Además, el visitante interesado en la adquisición de antigüedades, encontrará verdaderas joyas si tiene la paciencia y el olfato suficientes.

Medan.

La capital de Sumatra es una ciudad bastante más sucia de lo que el viajero desearía. No obstante, Medan ofrece al interés del visitante su hermosa mezquita Mesjid Raya, de principios de siglo, el Palacio Maimoon, construido en el siglo XIX, y el más que interesante templo hinduista de Parisada Dharma.

Lombok.

Lombok es una isla tranquila y acogedora en la que el viajero disfrutará con la espectacular vista del activo volcán Gunung Rinjani, con sus paradisíacas playas, en especial las situadas en la zona de Senggigi, comprando deliciosa artesanía de mimbre en Kotaraja y Loyok o visitando el complejo de templos de Lingsar.

Ujung Pandang.

La isla de Sulawesi es aún, en gran parte, un territorio salvaje y de difícil acceso que hace bastante penosas para el visitante las condiciones de viaje. Sin embargo, la exploración de la región Tanatoraja es una de las más gratificantes experiencias que el viajero almacenará a su paso por Indonesia. La capital de la provincia, Ujung Pandang, es una bulliciosa ciudad donde el grupo étnico dominante, los bugis, construyen y dirigen con espectacular soltura los perahus, las goletas que antaño navegaban por todos los rincones del archipiélago. El viajero inquieto haría bien en acercarse al puerto de Paotere para disfrutar del espectáculo que ofrecen estas embarcaciones.

Rantepao (Tana Toraja).

Rantepao no ofrece al visitante más atractivo que el de descansar tras el agotador viaje emprendido desde el sur para encontrar la tierra de los Toraja, pueblo de fascinante cultura que habita las hermosas zonas montañosas del centro de Sulawesi.

Las particulares construcciones Toraja, edificadas sobre pilotes, con tejados de paja asemejando cascos de buque orientados siempre hacia el norte y coloreadas paredes, sorprenderán por su grácil y sobrio diseño al visitante que las encuentre en pueblos como Kate Kesu, Marante o Siguntu.

Visita obligada es la que el viajero rendirá en Lemo, donde encontrará las tumbas que los Toraja labran en la roca con balcones sobre los que descansan los característicos Tau Tau, muñecos de madera ricamente ataviados que recuerdan la imagen de los difuntos que allí yacen.

Pero antes de ser llevados a su definitivo lugar de descanso y entrar en la eternidad, los difuntos deben esperar (en ocasiones durante años), semiembalsamados en la propia vivienda familiar, a que sus deudos puedan costear la celebración de la ancestral Ceremonia de la Muerte consistente en el sacrificio ritual de diversos animales, principalmente búfalos, en el centro del poblado. Un espectáculo prohibido por el Gobierno, sorprendente, sangriento y sobrecogedor, en ocasiones traumático y siempre difícil de encontrar, que el viajero curtido no puede dejar de presenciar.

Bali.

La isla de Bali ha sido durante años el paraíso soñado por Occidente. Una isla de refinada cultura, con lugares de increíble belleza tropical, hermosas playas y ancestrales ritos repletos de magia y color. Hoy en día, el turismo masificado ha desvirtuado en parte la original fisonomía de la región; sin embargo, el profundo espíritu que anima el sentimiento balinés continúa presente en muchos rincones de esta isla encantada.

Desde Ubud, la capital por excelencia del delicado arte balinés, hasta el -hace años- tranquilo puerto pesquero de Candidasa, hoy animado centro playero aún no tan masificado como Kuta o Sanur, el viajero encontrará continuamente a su paso tesoros ocultos esperando a ser descubiertos en el templo de Rambut Siwi, el palacio de Amlapura, el atardecer de Tanah Lot o los lagos de Batur y Bratan.

En Ulu Watu, el visitante admirará desde su templo, en el borde de la península de Bukit, cómo los acantilados se precipitan ansiosos sobre el rugiente océano. En Kintamani, quedará sobrecogido al verse en el borde de la enorme caldera que rodea el cono del volcán Gunung Batur. En Singaraja, capital de la costa del norte, descubrirá los antiguos edificios coloniales holandeses que salpican sus calles.

Las playas de Lovina ofrecen sin mesura sus negras arenas volcánicas para, desde ellas, recorrer sus costas de coral y admirar los saltos de los delfines hacia el sol del amanecer. Klungkung guarda celoso su palacio acuático y el de Kherta Ghosa que, a su vez, custodia sus peculiares pinturas. Candikuning, junto a Bedugul, sustenta el inolvidable templo de Pura Ulu Danau, una parte del cual surge del lago mientras la otra se aposenta en la isla.

A pesar de los atentados perpetrados en octubre de 2002 en Kuta, Bali es una extraña joya, un sueño casi inaprehensible, una continua aventura siempre dispuesta a ser descubierta.

DEPORTES

Los 80.000 kilómetros de costa en Indonesia albergan más del 15% de los arrecifes de coral repartidos por el mundo. Sin duda, los amantes del submarinismo sabrán apreciar esta circunstancia y aprovecharán para practicar su afición favorita en fondos tan atrayentes como los de las islas volcánicas al oeste de Java; las costas de Kuta, Nusa Dua o Suar en la isla de Bali; la reserva marina de Bunaken Manado Tua, al norte de Sulawesi, o las islas Gili, cerca de Lombok, elegidas para sus exploraciones por el propio Jacques Cousteau.

Los entusiastas del windsurf encontrarán espléndidas playas para la práctica de este deporte repartidas por las costas de Sumatra, Java, Bali, Flores, Lombok, Sumba y Sumbawa.

Si se trata de practicar la escalada, las mejores paredes están en Sumatra, cerca de Gunung Padang, de Bukittinggi y por supuesto, en el Parque Nacional de Harau. Está prohibido a los turistas escalar montañas en Indonesia a menos que vayan acompañados de un guía local.

El rafting se puede practicar en el río Alas de Sumatra; el Sadan, en Sulawesi; el Citartik, al oeste de Java, y en Bali, que cuenta con, entre otros, los ríos Ayung, Unda, Ubaya y Telega.

Pero si lo que se desea es hacer trekking por los volcanes, activos e inactivos, que salpican Indonesia, lo más adecuado será decidirse por el Monte Bromo, el Kawah Ijen o el mítico Krakatoa en Java, o bien, por el Gunung Agung balinés o el Gunung Rinjani, situado en Lombok.

Malasia

CAPITAL Kuala Lumpur (1.600.000 habitantes).

EXTENSION 329.750 kilómetros cuadrados.

POBLACION 20.932.901(censo de julio de 1998).

COMPOSICIÓN ÉTNICA Malayos (47%), chinos (32%), indios (9%), tribus de Borneo, principalmente dayak (8%), otros, sobre todo indonesios y europeos (4%).

IDIOMA Lengua oficial: Bahasa. Otras lenguas: inglés, chino, tamil y otras lenguas tribales.

RELIGION Musulmanes (53%), budistas (19%), animistas (12%), cristianos, hinduistas y taoístas (16%).

GOBIERNO Monarquía constitucional federal compuesta por 13 estados. Este país logró su independencia del Reino Unido el 31 de agosto de 1957.

GEOGRAFIA

En la geografía malaya hay que diferenciar dos partes bien distintas. La Malasia continental, el 40% del país, que ocupa el sur de la península de Malaca y que tiene fronteras con Tailandia y Singapur; y la zona insular, que forman los estados de Sabah y Sarawak, en el norte y el oeste de la isla de Borneo que comparten con Indonesia.

CULTURA

La diversidad cultural malaya es una lógica consecuencia de su variedad étnica. Un claro ejemplo está en lo diferente que puede llegar a ser su arquitectura. Los alargados edificios tradicionales construidos por los dayak son muy distintos de las típicas construcciones kampongs, levantadas por los malayos sobre pilares.

Algo muy similar ocurre con la música, la danza, las representaciones teatrales y los festivales religiosos, si bien, en este aspecto es necesario puntualizar que, al igual que en muchos otros países musulmanes, Malasia está atravesando por una etapa que, aunque no puede denominarse de abierto fundamentalismo, al menos sí podrá adjetivarse como de fuerte sensibilización respecto a las cuestiones religiosas.

Al este de la península, en la parte del país donde la población es mayoritariamente malaya, las tradiciones populares se ponen de manifiesto en el «main gasing», ancestral hilado con rueca, el arte de hacer volar cometas y el «sepak raga», tradicional juego de pelota que se practica con un balón hecho a base de tiras de «rotan». También es posible presenciar exhibiciones de «silat», arte marcial tradicional y autóctono de la península de Malaca; y, por su puesto, de «wayang kulit», una variante de la arraigada tradición del teatro de marionetas que se practica en todo el sudeste asiático, donde se narran pasajes del poema épico hindú del Ramayana.

FIESTAS

En Malasia la mayoría de las festividades está asociada a celebraciones religiosas, si bien, al regirse tanto musulmanes como hindúes y chinos por el calendario lunar, diferente al de los occidentales, las fechas en que tienen lugar las distintas manifestaciones festivas cambian continuamente de un año para otro.

El Año Nuevo Chino se celebra entre enero y febrero; en marzo tiene lugar el Hari Raya Pausa; el Wesak en abril o mayo; junio es el mes del Hari Raya Haji; en torno al mismo mes se conmemora el Gawai Dayak o Festival Dayak, que marca el fin de la cosecha de arroz y en el que el pueblo sarawak agradece a los dioses y espíritus las bondades de la Tierra. Entre mayo y junio tiene lugar el Awal Muharam; y el nacimiento del profeta se conmemora en julio o agosto.

El quinto día del quinto mes del año chino se celebra en la isla de Penang el Festival Internacional de Botes Dragón, una fiesta de origen chino que simboliza la lucha del hombre contra la Naturaleza, la enfermedad y la muerte. Es una festividad muy pintoresca en la que el color rojo tiñe todos los botes como señal de la estación estival. Tampoco faltan los pastelillos de arroz envueltos en hojas.

Todos los años, durante el mes de julio, se celebra en la Aldea Cultural de Sarawak -Isla de Borneo- a los pies del monte Santubong el Festival de Músicas del Mundo 'Rainforest'. Durante tres días, un centenar de músicos llegados de todos los continentes expresan su cultura a través de la música en un encuentro único en el mundo, en el que intérpretes de renombre se unen a indígenas de la isla para fusionar sus melodías.

Para los hindúes, durante los meses de octubre o noviembre (siempre regido por el calendario lunar), se celebra el 'Deepavali' o fiesta de las luces. Es la celebración más importante para la comunidad hindú y en ella, durante cinco días, se encienden lamparillas por la noche para festejar la vuelta del dios Rama.

CLIMA

Salvo en las zonas montañosas, el clima malayo se mantiene cálido y húmedo durante todo el año. Las temperaturas medias oscilan entre los 21ºC y los 32ºC, siendo de 27,5ºC en Kuala Lumpur y de 28ºC en George Town.

Los índices de pluviosidad son altos, principalmente durante la época de los monzones que va de noviembre a marzo, llegando a registrarse hasta 5.080 milímetros anuales en Borneo y 2.540 en la península.

DOCUMENTACION

Para entrar en Malasia es necesario el pasaporte en vigor con una validez mínima de seis meses. Las autoridades aduaneras son muy estrictas con este requisito, por lo que si el viajero no lo cumple, aunque sólo sea por un par de días, es conveniente que solicite un nuevo pasaporte antes de iniciar su viaje.

No es necesaria la obtención de un visado; no obstante, para realizar cualquier gestión relacionada con el papeleo, el viajero deberá dirigirse a la Embajada de Malasia en España:

DINERO

La moneda oficial de Malasia es el ringgit, o dólar malayo, dividido en 100 sen. Existen monedas de 1, 5, 10, 20 y 50 sen y de un ringgit, y billetes de 1, 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1.000 ringgits.

En Malasia existe un sistema de control de cambios por el que se obliga al viajero a declarar, a su entrada en el país, la cantidad de cualquier moneda que vaya a introducir en territorio malayo, y, al salir, exactamente igual con la moneda que se vaya a sacar del país.

Para los no residentes, no existe ningún límite en el importe de divisas a importar y exportar con tal de que éste no supere al primero. Por lo que respecta al ringgit, hay que apuntar que está prohibido sacar del país más de 1.000 ringgits, aproximadamente 270 dólares norteamericanos.

Tarjetas de crédito, principalmente Visa, American Express y Master Card, y cheques de viaje, son habitualmente admitidos en los hoteles, restaurantes y tiendas de cierto nivel de las principales ciudades del país.

DESPLAZAMIENTOS

Avión

La compañía Pelangi Air cubre los principales destinos que enlazan con Timan, Langkawi, Pangkor y Malacca. También es necesario tomar un avión para desplazarse desde la península hasta Borneo, puesto que no existe ninguna línea marítima que preste este servicio. En este caso, la compañía aérea más adecuada es Malaysian Airline System.

Autobús

Los desplazamientos en autobús por Malasia son cómodos, rápidos y baratos. Hay numerosas líneas con terminales en todas las ciudades importantes que enlazan con el resto del país. Los billetes se pueden reservar con antelación, y en algunos trayectos los vehículos disponen además de aire acondicionado.

Tren

Los trenes en Malasia son rápidos y de dos tipos: expresos y ordinarios. El expreso es un poco más caro, pero a cambio ofrece la posibilidad de viajar con aire acondicionado y en litera dentro de unos vagones cómodos y agradables.

GASTRONOMIA

La variedad étnica que preside la vida malaya determina también la gran variedad de cocinas que el visitante encontrará a su disposición. El viajero podrá elegir entre el típico satay, la crema de coco, los platos aderezados con guindilla tradicionales en la cocina malaya, las habituales especialidades chinas o los currys indios de pollo o cordero con arroz y azafrán.

Entre las bebidas, aparte de las populares cervezas Anchor y Tiger, el viajero podrá elegir entre una inacabable variedad de zumos de frutas tropicales licuadas, o bien probar las no menos populares leche de soja y leche de coco servidas con azúcar moreno.

SALUD

No es obligatorio ningún tipo de vacunación para viajar a Malasia, sin embargo la prudencia y la experiencia aconsejan no tomar este tema a la ligera y adoptar unas precauciones mínimas que nos permitan poder disfrutar sin miedo de nuestro viaje.

Sería conveniente, si el viajero piensa visitar zonas selváticas, contemplar la posibilidad de seguir algún tratamiento profiláctico del paludismo, de la fiebre amarilla, del tifus y de la hepatitis A y B, además de incluir en su equipaje algún repelente de insectos con un contenido superior al 35% de DEET y procurar no mantener desnudos los brazos y las piernas al amanecer y al atardecer, es decir, cuando los mosquitos son siempre más activos.

Si a pesar de haber tenido el habitual cuidado de no beber agua no embotellada ni ingerir verduras que no hayan sido previamente cocinadas, en algún momento el viajero se siente aquejado por la típica «diarrea del turista», convendrá tener a mano algún antidiarreico, del tipo Fortasec, e ingerir frecuentemente Sueroral (un sobre por litro de agua), medicamentos ambos que conviene tener la precaución de haber adquirido antes de iniciar el viaje.

Tampoco estaría de más llevar en el equipaje un pequeño botiquín en el que deberían figurar antibióticos, antipiréticos, antisépticos, vendas, tiras adhesivas de sutura (del tipo Steri-Trip) y jeringuillas de un solo uso.

SEGURIDAD

Se trata de un país sumamente tranquilo, donde las condiciones de seguridad para el viajero son buenas, y que incluso registra unos índices de delincuencia común inferiores a los europeos. No obstante, no estaría de más que el viajero adopte unas mínimas precauciones, normas que más que de seguridad, deberíamos adjetivar como de sentido común y que se pueden resumir en depositar en un sitio seguro los objetos de valor y la documentación; mantener el dinero oculto sin exhibir grandes cantidades en lugares públicos; no lucir joyas valiosas; no perder nunca de vista el equipaje en aeropuertos y estaciones; y sobre todo, no adquirir jamás ningún tipo de droga. Esto último deberá tenerse bien presente durante todo el tiempo que el viajero se encuentre en Malasia, donde el tráfico de drogas es castigado con la pena de muerte.

COMPRAS

En Malasia, el viajero aficionado a la artesanía encontrará una extensa variedad de productos entre los que escoger: trabajos en cerámica, madera, cuero o paja y delicados batik que nada tienen que envidiar a los manufacturados en la vecina Indonesia, como tampoco son en nada peores las marionetas que se encuentran en Malasia, si se las compara con las de cualquier otro país del sudeste asiático.

También son especialmente apreciados los kain songket, tejidos bordados a mano con hilos de oro y plata; los trabajos en latón de la zona de Kuala Terengganu; y las filigranas y repujados artesanales de los plateros de Kelantan.

LUGARES

Kuala Lumpur.

La capital malaya sabe ofrecer al viajero lo nuevo y lo antiguo mezclado en dosis justas para crear un ambiente de armonía que consigue rápidamente hacer que el visitante se sienta a gusto en ella.

El tráfico y los edificios de cristal con decenas de plantas sobre el suelo conviven sin problemas con las viejas y señoriales mansiones coloniales.

Merece la pena acercarse a la Estación Central para admirar su historiada estructura de principios de siglo y el edificio de la Malayan Railway Administration, que se alza majestuoso frente a ella. Fue construida en 1911 por el británico Arthur Benison Hubbock y desde abril de 2001 dejó de cumplir su función para ser restaurada y convertirse en patrimonio nacional.

Estilo similar presentan el edificio Sultán Abdul Samad, la central de Correos, el Ayuntamiento, e incluso la mezquita de Masjid Jame que, por su puesto, resulta pequeña si se la compara con la inmensa Mezquita Nacional de Masjid Negara, con sus 73 metros de minarete y su cúpula en forma de estrella de 18 puntas.

Malacca.

En Malacca, o Melaka, fue donde tuvieron lugar las primeras incursiones europeas en el territorio y, aunque ahora es una ciudad tranquila, su visita merece la pena, porque sus calles invitan al paseo durante el que se van descubriendo templos chinos que conviven junto a encantadoras tiendas de antigüedades dentro de barrios que aún conservan un tan nostálgico como atrayente sabor colonial.

Ipoh.

Esta ciudad de clara mayoría étnica china es el lugar ideal para planear una visita a las cercanas cuevas, convertidas en templos, que se encuentran a sus afueras. Las dos con mayor interés son las que albergan los templos de Perak Tong y de Sam Poh, al sur. La antigua capital del estado de Perak, Kuala Kangsar, ofrece al viajero las ineludibles visitas de su centenario Palacio Real y de la fascinante mezquita de Ubadiah, con sus espléndidos minaretes arracimados junto a la tradicional cúpula en forma de cebolla.

Penang.

La isla de Penang recibe al visitante con las mismas magníficas playas de las que tomó posesión hace más de 200 años el capitán Francis Light, cuando este territorio se convirtió en el primer asentamiento británico en la zona. Merece la pena visitar algunos de los templos que aquí se ofrecen, en particular los de las Serpientes, el Templo Birmano y el del Buda Reclinado, además de la famosa y centenaria mansión Khoo Kongsi.

Kota Bharu.

Kota Bharu es la animada capital del estado de Kelantan. Desde su plaza principal, Padang Merdeka, se pueden visitar el Palacio de Istana Balai Besar y el Museo Real, donde se dan la mano arquitectura tradicional y la colonial; la mezquita de Kelantan; y la sede del Consejo Musulmán. También merecen el paseo del viajero las casas flotantes junto al río, el bazar Buluh Kubu y el Mercado Central.

Kuala Terengganu.

Entre el mar de la China y el río Terengganu, la capital del estado del mismo nombre y sede del sultanato, es una ciudad tranquila donde merece la pena visitar el barrio chino, los mercados Central y de Istana Maziah, y pasear al atardecer entre los puestos callejeros de la playa de Pantai Batu Buruk.

Sarawak

Es el estado más grande y geográficamente diverso de Malasia. Entre sus atractivos se encuentra la ciudad de Kuching, que resalta por su gran riqueza histórica, las cuevas prehistóricas de Niah o el Parque Nacional Gunung Mulu, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como numerosos parques marinos.

DEPORTES

Los entusiastas del buceo y del snorkel podrán disfrutar de las excelentes islas de la costa este, incluida la isla Tioman, las Pulau Kapas, Pulau Redang y las Perhentian.

Para los más terrenales, se pueden realizar maravillosas vueltas en bicicleta a lo largo de la península, en la carretera que enlaza Butterworth y Baling.

Los amantes del trekking y de la pesca, así como los abservadores de los pájaros, podrán disfrutar del Parque Nacional Taman Negara en Pahang, donde pueden organizar actividades de trekking por la jungla, de canoa y de pesca en Tasik Chini, en Pahang.

En Sarawak, el Parque Nacional Gunung Mulu ofrece unas cuevas espectaculares, incluyendo la Clearwater Cave, de 51 kilómetros de largo, una de las más largas del mundo.

También se pueden arreglar expediciones de excavaciones. El parque es también un buen lugar para el trekking; es especialmente recomendable la excursión de cuatro días a la cima de Gunung Mulu (2377 metros).

En Sabah, el Parque Nacional Pulau Tiga también presenta buenas rutas para realizar excursiones a través de la isla volcánica, así como espléndidos sitios para el snorkel. Muchos visitantes escalan el Monte Kinabalu.

El Parque Nacional de Turtle Islands, 40 kilómetros al norte de Sandakan, es un buen lugar para contemplar a las verdes tortugas entre julio y octubre, cuando suben a la arena a depositar sus huevos.

También la costa de Terengganu, al noreste de la península de Malasia, o las islas Selingan, al norte de Sabah, son otros lugares favoritos para visitar a las tortugas

Tailandia

CAPITAL Bangkok.

EXTENSION 513.115 kilómetros cuadrados (sólo un poco más grande que España).

POBLACION 61.797.751 habitantes (según datos de 2001).

COMPOSICIÓN ÉTNICA Thai (75%); chinos (14%); malasios (4%); laosianos, birmanos, vietnamitas, indios, mon, khmer y phuan (6%).

IDIOMA El thai es el idioma oficial. También se hablan otras lenguas como lao, chino, mon-jemer y malayo.

RELIGION Budistas therevadas (94%), musulmanes (4%), budistas mahayanes (1,5%) y cristianos (0,5%).

GOBIERNO Monarquía constitucional. La actual constitución fue aprobada en 1997. Tailandia, al contrario que sus vecinos, nunca fue colonizada. Su fecha de nacimiento como Estado se remonta al año 1238.

GEOGRAFIA

El reino de Tailandia, antiguo Siam, tiene fronteras al norte y al oeste con Myanmar (antes Birmania), al noreste con Laos, al sudeste con Camboya y el golfo de Siam, al sur con Malasia y al sudoeste con Myanmar y el mar de Andamán.

La variada orografía tailandesa va desde las escarpadas cadenas montañosas de profundos valles en el norte hasta las playas y bosques tropicales que ocupan el sur, mas allá del istmo de Kra y la península de Malaca, pasando por la meseta que recorre el río Mekong y con la fértil cuenca del río Chao Phya.

CULTURA

Tailandia es el único país del sudeste asiático que nunca ha sido colonia de ningún otro país, lo cual ha propiciado la fermentación de una cultura propia que, si bien tuvo su mayor desarrollo en el siglo XIV durante el periodo Sukhotai, mantiene vivos hoy en día sus rasgos diferenciales. La cultura tailandesa se ha venido manifestando a lo largo de toda la literatura clásica thai, basada en la propia historia y la tradición, y que alcanza sus mayores cotas con el poema épico de Ramakien, versión tailandesa del Ramayana.

La arquitectura tailandesa sentó sus cimientos estéticos a partir de siglo XIV y los ha venido consolidando hasta hoy en deslumbrantes obras capaces de combinar la sobriedad con el virtuosismo, desde sus «wats» o monasterios hasta sus palacios y obras civiles.

También en el periodo Sukhotai deben buscarse los orígenes de la escultura tailandesa, que resulta en este caso tributaria de las influencias chinas, birmanas, indias y khmers, y que tiene sus mayores logros en las obras que en la actualidad engalanan todos sus templos y en las variadas representaciones de Buda que también, aunque en mucha menor medida, tienen reflejo en la pintura religiosa.

Manifestación cultural hondamente arraigada en la cultura tailandesa, las representaciones teatrales tienen lugar siempre acompañadas de músicas y danzas que realzan aún más su brillantez y colorido.

El baile se basa en el principio de desarrollar el argumento de la obra a través de los gestos y movimientos ejecutados con extrema delicadeza por unos actores siempre sumergidos en complicados trajes y tocados que se mueven al son de una música, en su mayoría de viento y percusión, que es interpretada por músicos que, sin llegar a superar la decena, la interpretan siempre sin partitura y sentados en el suelo.

FIESTAS

En todos los rincones de Tailanda hay siempre alguna celebración, algún ritual, algún festival, como los de las Flores en Chiang Mai o el de La Paloma en Yala que, sin duda, cautivarán al viajero inquieto. Sin embargo, la mayoría de los rituales budistas y brahmánicos se rige por el calendario lunar, por lo que su ubicación en el calendario convencional depende siempre de las diferentes fases de la luna.

Las celebraciones que, por lo general, tienen lugar junto a los «wats» que se reparten por todo el país, son especialmente importantes en el Wisakha Bucha, durante la luna llena de mayo, cuando se conmemora el nacimiento, la iluminación y la muerte de Buda, y en el Asanha Bucha, cuando al llegar la luna llena del mes de julio se ensalza su primer discurso público.

Tailandia está reconocida mundialmente por la amabilidad de sus gentes y por sus extraordinarias fiestas de las que destaca la que se celebra el 13 de abril con motivo de la inauguración del año nuevo y donde la gente disfruta lanzándose agua unos a los otros.

Otras fiestas destacables son “Loy Kratong” también llamada “fiesta de las luces”y la “fiesta de los vegetarianos”que se celebra una semana entera en Phuket en el mes de octubre.

La fiesta nacional se celebra el 5 de diciembre en conmemoración del nacimiento del Rey (1927).

CLIMA

Tailandia tiene un clima húmedo y tropical, siempre condicionado por la acción de los monzones que, por lo general, propician la época de lluvias entre los meses de junio y octubre, durante los cuales se recogen la mayor parte de los 1.780 milímetros registrados como índice medio de pluviosidad en el país.

Esta cifra desciende hasta los 1.270 milímetros en la meseta de Hhorat y sube hasta los 2.540 milímetros en la península de Malaca. Las temperaturas medias oscilan entre los 15 y los 33ºC durante la época fresca y los 26 a 37ºC en la más calurosa.

DOCUMENTACION

Para entrar en Tailandia se necesita el pasaporte en vigor y la tramitación del correspondiente visado al llegar a cualquier punto fronterizo del país. Este visado es concedido para una estancia máxima de 30 días, que puede ser prorrogada ante las autoridades tailandesas por un periodo de tiempo indeterminado, que siempre dependerá de la capacidad de diálogo y disuasión de la que haga gala el viajero interesado en obtenerlo.

Aunque oficialmente no existe la posibilidad de acceder al país sin la previa expedición del mencionado visado, en algunos puestos fronterizos con Malasia y Laos, los aduaneros tienden a olvidarlo, basándose en la reglamentación anterior a 1993 que permitía el acceso al país por periodos de 15 días no renovables, sin más trámite que la presentación del pasaporte. Aunque conviene añadir que esta práctica no es generalizada y normalmente va asociada a la solicitud por parte del funcionario de algún tipo de compensación económica por la gestión.

DINERO

La moneda oficial es el baht, que a su vez se divide en 100 satang. Existen monedas de 25 y 50 satang y de 1 baht (tres tamaños diferentes), 5 (dos tamaños) y 10. Los billetes son de 10 baht (color marrón), 20 (verde), 50 (azul), 100 (rojo) y 500 (púrpura). En algunas zonas aisladas del interior, el viajero podrá aún encontrar los precios marcados en saleng, cada uno de los cuales equivaldrá a 25 satang.

Los dólares son reconocidos como medio de pago habitual en cualquier parte del país. Los cheques de viaje son admitidos en las principales poblaciones, pero habrá de tenerse en cuenta que los bancos cobrarán una comisión fija (alrededor de 10 baht) por su tramitación al margen del valor nominal del cheque, por lo que se antoja más conveniente utilizar pocos pero de valor grande en lugar de muchos de pequeños importes.

Las tarjetas de crédito también son normalmente aceptadas en hoteles, restaurantes y establecimientos comerciales de un cierto nivel, siendo las más extendidas Visa, Masterd Card, American Express y Diners Club.

DESPLAZAMIENTOS

En tren.

Los trenes tailandeses son bastante cómodos y baratos, y a pesar de que la puntualidad no es el fuerte de los servicios ferroviarios tailandeses y de que con cierta frecuencia se producen averías en las líneas, desplazarse en tren por Tailandia puede llegar a ser una deliciosa experiencia cuando se comparte el vagón con campesinos rodeados de bultos, monjes envueltos en sus túnicas, lugareños que ofrecen sus comidas y adivinos que nos garantizan buena suerte durante nuestro viaje.

En avión. Thai Airways une desde Bangkok las principales ciudades del país, desde Ciang Rai en el norte hasta Penang, ya en Malasia, en el sur.

En coche.

Las agencias de alquiler de automóviles son fáciles de localizar en las grandes ciudades, pero el viajero se encontrará con el problema de que los indicadores de las carreteras están escritos en tailandés, lo cual es algo a tener muy en cuenta a la hora de contratar los servicios de un chófer en la misma oficina.

Es habitual que los camiones y los autobuses conduzcan temerariamente. En caso de accidente es altamente probable que el conductor culpable no tenga seguro.

En autobús.

La red de autobuses en Tailandia es muy amplia, rápida y barata. Los precios varían según los vehículos estén o no equipados con aire acondicionado. En las ciudades importantes suele haber varias estaciones de una misma línea, pero conviene informarse bien al comprar el billete, porque los conductores, con frecuencia demasiado intrépidos, no siempre paran en todas ellas.

En la ciudad

El transporte local está representado por taxis, tuk-tuks (triciclos motorizados), samlors (triciclo a pedales) y songthaews (pequeñas furgonetas). En la capital, la mayoría de los taxis disponen de taxímetro, y los songthaews suelen realizar una ruta establecida, pero el precio de estos transportes debe ser negociado antes de la salida.

GASTRONOMIA

Al viajero que conozca China, la gastronomía tailandesa le resultaría muy familiar si no fuese por el tradicional abuso que en las cocinas se hace del picante. Una vez advertido, conviene también sugerir al visitante que se haga con la guía que gratuitamente facilitan las oficinas de turismo con el título de «Eating in Thailand». En ella se describen los platos más comunes en inglés y en tailandés, algo que, se comprobará, es sumamente útil a la hora de enfrentarse con la carta en la mayoría de los restaurantes.

Las especialidades gastronómicas más frecuentes son el «kài phàt bai ka-phrao», especie de revuelto de pollo con ajo, chiles verdes tiernos y albahaca; el «khâo phàt», plato a base de arroz salteado con diversos ingredientes, pepino, pimientos, huevos y chile; y el «phàt thai», que sustituye el arroz del anterior por tallarines y añade judías, cacahutes y camarones.

Es muy frecuente ver cómo los tailandeses acompañan sus comidas bebiendo «oh-lee-ang», ni más ni menos que un café bastante amargo y helado. Pero si el viajero lo prefiere, la cerveza «Singha» no está nada mal y es omnipresente en todos los restaurantes del país.

La forma de comer es en mesas bajas, sentados sobre cojines.

Podemos disfrutar de una gran variedad de frutas frescas o en zumo y para los más animados el whisky de arroz. Además se pueden probar todo tipo de cocinas orientales y europeas ya que existen multitud de restaurantes especializados.

SALUD

La vacuna contra la fiebre amarilla es obligatoria para los viajeros procedentes de áreas afectadas por esta enfermedad. Igualmente, el Ministerio español de Asuntos Exteriores recomienda la vacunación contra la hepatitis A y B, la rabia, la encefalitis japonesa, el tétanos y la BCG (tuberculosis).

En general, los hospitales, particularmente en Bangkok, son de alto nivel y con un personal competente. Hay una lista de hospitales y procedimientos de admisión a disposición del público en la Embajada de España.

Además, sería conveniente, si el viajero piensa visitar zonas selváticas, contemplar la posibilidad de seguir algún tratamiento profiláctico del paludismo y el tifus, además de incluir en su equipaje algún repelente de insectos con un contenido superior al 35% de DEET y procurar no mantener desnudos los brazos y las piernas al amanecer y al atardecer, es decir, cuando los mosquitos son siempre más activos.

Si a pesar de haber tenido el habitual cuidado de no beber agua no embotellada ni ingerir verduras que no hayan sido previamente cocinadas, en algún momento el viajero se siente aquejado por la típica «diarrea del turista», convendrá tener a mano algún antidiarreico, del tipo Fortasec, e ingerir frecuentemente Sueroral (un sobre por litro de agua), medicamentos ambos que conviene tener la precaución de haber adquirido antes de iniciar el viaje.

Tampoco estaría de más llevar en el equipaje un pequeño botiquín en el que deberían figurar antibióticos, antipiréticos, antisépticos, vendas, tiras adhesivas de sutura (del tipo Steri-Trip) y jeringuillas de un único uso.

SEGURIDAD

En ocasiones se recomienda evitar la zona fronteriza con Camboya, donde la seguridad no está siempre plenamente garantizada, si bien el país es por lo general sumamente tranquilo y no presenta riesgos para el viajero que, no obstante, hará bien en adoptar unas mínimas precauciones.

Estas normas, que más que de seguridad, deberíamos adjetivar como de sentido común y que se pueden resumir en depositar en sitio seguro los objetos de valor y la documentación; mantener el dinero oculto sin exhibir grandes cantidades en lugares públicos; no lucir joyas valiosas; no perder nunca de vista el equipaje en aeropuertos y estaciones; no adquirir ningún tipo de droga y negarse a transportar paquetes o bultos de desconocidos; y evitar las calles poco transitadas así como los descampados durante la noche, exactamente igual que se haría en España.

El Ministerio de Asuntos Exteriores hace las siguientes recomendaciones al turista español que visite el país:

- En hoteles de nivel medio o bajo se ha dado el caso de desaparición de los efectos depositados en las habitaciones e incluso en las cajas fuertes del hotel. No es posible presentar ninguna reclamación a menos que el depositante disponga de una lista detallada, reconocida por el hotel, de los efectos que contiene la caja fuerte.

- Los robos de documentos (particularmente pasaportes) y dinero especialmente en las rutas de autobuses más frecuentadas por los turistas son frecuentes.

- Es conveniente tomar precauciones a la hora de visitar la zona roja de Patpong (Bangkok). Existen locales en los que pueden recurrir a la intimidación física de los clientes extranjeros para obtener el cobro de facturas exorbitantes.

- El tráfico y consumo de drogas (incluido el consumo de marihuana) está muy severamente penalizado en Tailandia.

COMPRAS

En ningún otro lugar del sudeste asiático está más extendida que en Tailandia la costumbre del regateo. Los tailandeses son verdaderos maestros en este difícil arte, así que el viajero deberá armarse de paciencia y desplegar toda su audacia para obtener ventajosos precios en sus compras.

De entre los tejidos tailandeses, las sedas y los algodones son de una calidad excepcional y sus diseños y colores cautivarán sin duda al visitante que tenga intención de adquirirlos. En el terreno de la artesanía, los trabajos de los pueblos del norte son realmente muy buenos y de una enorme variedad. El viajero podrá elegir entre bordados, lacados, tallas en madera y trabajos en bambú o papel de arroz.

También gozan de merecida fama los joyeros, que trabajan con especial habilidad todo tipo de piedras preciosas, en particular el zafiro y también los rubíes importados de Camboya y Myanmar. Si el visitante está interesado en adquirir antigüedades, encontrará espléndidas piezas de porcelana china, cajas para betel, pintura thai y preciosas tallas birmanas en madera y marfil, pero deberá tener en cuenta que las autoridades aduaneras son extremadamente rigurosas con respecto a la exportación de antigüedades budistas.

LUGARES

Bangkok.

Ruido, calles atestadas de gente, atascos, polución, calor asfixiante. La primera sensación del viajero que llega a Bangkok es de agobio en esta ciudad saturada. Sin embargo, la capital guarda reductos tranquilos y apacibles donde descansar del ajetreo que suponen las, por otra parte, inexcusables visitas al complejo del Gran Palacio y los Templos, y los wats del Buda Esmeralda, del Buda Reclinado, del Alba, de Mármol y del Monte Dorado, entre otros muchos.

Uno de los lugares más encantadores de Bangkok es la casa de Jim Thompson, en Soi Kasem San 2 (Rama I), un desaparecido magnate del comercio de la seda que construyó sobre un pequeño canal su residencia a la manera tradicional de las viviendas tailandesas de madera, decorándola con las más exquisitas obras de arte tailandés y rodeándola de tranquilos jardines.

Otra posibilidad muy interesante es dejar a un lado el pintoresco pero excesivamente artificial y más que preparado Mercado Flotante, y optar por realizar un delicioso recorrido por los canales de Bangkok en un taxi fluvial por el Chao Phraya desde Soi Klongsun, donde se disfrutará la verdadera dimensión de la vida sobre las aguas de Bangkok.

Al Hotel Oriental hay que acercarse siempre que se visite la ciudad, aunque sólo sea para tomar una copa disfrutando de las mismas hermosas vistas sobre el río Chao Phraya que en su día admiraron Joseph Conrad y Somerset Maugham mientras se hospedaron en esta joya donde, además, los domingos por la mañana puede disfrutarse con espectáculos de artes marciales y danzas tradicionales.

Frente al hotel Erawan existe un altar donde los habitantes de Bangkok acuden a orar y solicitar todo tipo de favores que, de ser concedidos, suelen agradecer con el pago a unos bailarines para que ejecuten sus danzas tradicionales ante el pequeño tabernáculo. Una inmejorable oportunidad de comprobar cómo se mantienen vivas las tradiciones en una ciudad que ha sido definida por muchos como la capital del sexo y del pecado por la cantidad de locales dedicados a tales menesteres en la famosa zona de la calle Patphong que, aunque sólo sea por curiosidad, merecería una visita por parte del viajero inquieto.

Ayuthaya.

Ayuthaya (conviene pronunciar «Ayuthiáa» para ser mejor entendidos por los tailandeses), fue durante siglos la capital del reino y conserva de aquella época numerosos y fascinantes wats de elegantes chedis, repartidos dentro y fuera de la isla formada a partir de un canal artificial que rodea su centro histórico, que se alza, a su vez, en la confluencia de los tres ríos que surcan la región.

Recorrerlos sin prisas amarrando frente a ellos desde el agua es una maravillosa experiencia que se acrecienta con el trato tranquilo, amable y sosegado de los habitantes de esta ciudad tan cercana y a la vez tan diferente a Bangkok.

Bang Pa In.

Desde Ayuthaya se puede realizar una fantástica excursión, nada habitual en los circuitos convencionales, a través de los 20 kilómetros de río que la separan de Bang Pa In, donde el viajero encontrará unos encantadores palacios, mezcla de estilos asiáticos y europeos, donde los reyes tailandeses disfrutaban durante sus descansos estivales.

Lopburi.

Tampoco suelen ser muy visitados los templos que en el siglo X se alzaron en la localidad de Lopburi, a unos 150 kilómetros al norte de Bangkok. Sin embargo, el viajero disfrutará recorriendo la sagrada Pagoda de las Tres Torres o el Wat Phra Sri Ratana, las construcciones del periodo khmer más bellas de Tailandia.

Pattaya.

Indudablemente no son las mejores ni, por supuesto, las más bellas playas de Tailandia, pero el visitante amante del bullicio y el jolgorio, propios de cualquier lugar de veraneo, se encontrará aquí en su ambiente.

Chiang Mai.

Chiang Mai, la «Rosa del Norte», es la segunda ciudad del país y en ella hay varias visitas que no se deben eludir, como los wats de Chiang Man, Phra Singh y Chedi Luang, el mercado nocturno que se organiza cerca de Tha Phae, y la cárcel, situada en el centro de la ciudad, ya que tras echarle un vistazo a su fachada e imaginar las condiciones en que se encuentran los europeos en ella residentes, el viajero comprenderá lo caro que puede llegar a resultar traficar con drogas en Tailandia.

Sukhotai.

Sukhothai fue la primera capital del reino de Tailandia y sus ruinas son mucho más grandes e impresionantes que las de Ayuthaya, además de ser mucho menos frecuentadas por el turismo, dado que no suelen incluirse en ninguno de los recorridos convencionales del país.

Recorrer las ruinas en bicicleta es una de las mejores ideas que tendrá el viajero el día que llegue a Sukhotai. Además, por su extensión y complejidad, es más que aconsejable contratar los servicios de un guía para que ayude al visitante a explorar y asimilar todo cuanto Sukhotai ofrece.

Fang/Chiang Rai.

Tanto Fang como Chiang Rai ofrecen la posibilidad de adentrarse en las colinas próximas para visitar las más diversas y pintorescas tribus de la zona, las cavernas de Chiang Dao, las cascadas de Mae Sa y trasladarse de una a otra ciudad a través de cinco horas de viaje por el caudaloso Chiang Rai.

Mae Hong Son.

La localidad fronteriza de Mae Hong Son es un lugar tranquilo y agradable, donde se dan cita comerciantes birmanos, traficantes de opio, viajeros de cualquier parte del mundo e indígenas de todas las etnias de la región. Es el lugar ideal para disfrutar de un bello viaje por el río Pai; trasladarse hasta los poblados Padong, donde las mujeres nacidas un miércoles de luna llena son fácilmente reconocidas como «mujeres jirafa» por los anillos que se acumulan sin compasión en torno a sus cuellos; o para degustar las exquisitas ranas fritas que se sirven en el restaurante Inthira.

Koh Samui.

Rodeada de islotes, en su mayoría deshabitados, Koh Samui es la mayor de las islas de la costa este tailandesa y posiblemente también la más bella, no sólo por sus magníficas playas, sino porque esconde en su interior las impresionantes cascadas de Hin Lad, Na Thon y Na Muang. Quienes busquen tranquilidad pueden ir directamente a la zona sur de la isla.

Un consejo: los viajeros que decidan alquilar una motocicleta para recorrer la isla deberían asegurarse antes de proveerse del correspondiente casco y de que tenga visera. Parecerá una tontería, pero en algunas zonas, a la caída de la tarde, los mosquitos pueden llegar a ser tan numerosos que entorpezcan gravemente la visión del motorista.

Koh Phangan.

Al norte de Koh Samui se encuentra la isla de Koh Phangan (20 minutos de trayecto en barco). Es bastante más tranquila que la anterior, y en ella el viajero también encontrará fantásticas playas y muy buenos lugares donde practicar el submarinismo. Además hay menos mosquitos e, igualmente, podrá disfrutar de las hermosas cascadas de Tran Sadet.

Phuket.

Las zonas costeras de la isla de Phuket, unida al continente por un puente, resultan siempre atractivas para el viajero, ya sea cuando las colinas se precipitan violentamente sobre el mar, o cuando las costas se dulcifican convirtiéndose en apacibles playas esparcidas por todo el litoral.

Krabi.

A poca distancia de Phuket y Phangnga, pero situada como esta última, dentro de la península de Malaca, Krabi cuenta entre sus playas con algunas de las mejores de toda Tailandia. Las de Noppharat Thara, Raileh, Ao Nang y la bahía de Phra Nang son las más populares y sin duda, esta última es, además, la más bella.

Koh Phi Phi.

Hace no demasiados años, muchos viajeros pensaban que Koh Phi Phi era uno de los lugares más hermosos del mundo. Dos islas paradisíacas, Phi Phi Don y Phi Phi Le, de recoletas playas bañadas por aguas claras y tranquilas donde poder bucear por fondos marinos de sobrecogedora belleza, o recostarse contra una palmera a disfrutar en soledad viendo cómo el sol se oculta tras el horizonte.

Hoy en día, las playas, las palmeras, los fondos y el sol siguen estando en el mismo sitio, pero Koh Phi Phi se ha llenado de turistas que, por alguna extraña razón, tienen una más que desmedida afición por el escándalo y la bulla. Al menos en Phi Phi Don, en la otra, la de Phi Phi Le, los lugareños que se dedican a la recogida de nidos de golondrina en las cavernas de la isla, para luego venderlos a precio de oro a los restaurantes de lujo, se encargan, por el momento, de que los visitantes no la contaminen.

DEPORTES

Las costas del sur de Tailandia ofrecen a los viajeros aficionados al submarinismo algunos de los fondos más bellos del sudeste asiático. En ellos, las formaciones de coral se alternan con las grutas submarinas y las paredes rocosas que descienden verticalmente plagadas de espongiarios por las que pulula una asombrosa variedad de fauna marina.

Las zonas más recomendables para la práctica del buceo están en Ko Pha Ngan, Krabi, Kho Phi Phi, Phang Nga y sobre todo Koh Samui, donde el viajero haría bien en acudir al Santana Diving Center para contactar con los guías más expertos de toda la isla.

Australia

CAPITAL Camberra, con 311.000 habitantes (censo de 1999).

EXTENSION 7.668.300 kilómetros cuadrados (equivalente a 15 veces España).

POBLACION 18.783.551 habitantes (censo de 1999).

COMPOSICIÓN ÉTNICA Descendientes de europeos (‘aussies’) 98%, aborígenes 2%.

IDIOMA El inglés es el oficial. Los aborígenes hablan más de 30 lenguas diferentes. En el norte existe una especie de «criollo australiano», mezcla del inglés de los primeros colonos con palabras aborígenes.

RELIGION Católicos (29,6%), anglicanos (27,8%), no religiosos (22,7%), ortodoxos (3%), musulmanes (0,2%) y budistas (0,1%).

GOBIERNO Democracia parlamentaria de tipo británico, con la reina de Inglaterra (Isabel II) como soberana, representada por un gobernador.

GEOGRAFIA

Situada entre el Océano Indico al oeste, y el Océano Pacífico, al este, Australia es el único país que ocupa un continente entero y es el sexto país más grande del mundo.

El país cuenta con 36.735 kilómetros de costa, en la que alternan tranquilas bahías, playas con un oleaje espectacular, salientes rocosos y acantilados.

Está rodeada por las aguas del Océano Pacífico al este, el Mar de Arafura al norte, el Océano Indico al oeste y el Océano Austral por el sur.

El fenómeno más notable de sus costas es la gran Barrera de Coral , con 2.000 kilómetros de longitud y una anchura entre 100 y 300 kilómetros que constituye la mayor barrera de coral del mundo y deja en el nordeste del país una gran cantidad de islas.

En cuanto al relieve, Australia ocupa una de las masas continentales más antiguas y menos elevadas del mundo. Su punto más alto, el Mount Kosciuszko, de sólo 2.228 metros, se encuentra en los Alpes australianos entre Nueva Gales del Sur y Victoria.

Las fértiles costas envuelven un interior seco e inhóspito, lo que los australianos conocen como «el Outback», en el que predominan los tonos rojizos, marrones, amarillos y naranjas, salpicados por las manchas verdosas de los arbustos y el blanco de los troncos fantasmales de los eucaliptos.

El Outback está lleno de lagos salados, montañas como las cordilleras MacDonnell, cerca de Alice Springs; Flinders, en Australia Meridional y las misteriosas formaciones rocosas de Ayers Rock/Uluru, Mt Olga/Kata Tjuta y Mt Augustus, monolitos que los aborígenes asocian con lo sagrado.

Rodeando la Gran Meseta del Outback se encuentran algunas montañas paralelas a la costa en la parte oriental, conocida como Gran Cordillera Divisoria. Los ríos australianos son cortos, siendo el más largo el Darling, que nace en Queensland y recorre 2.736 kilómetros.

Administrativamente, Australia está dividida en seis estados: Nueva Gales del Sur, Victoria, Queensland, Australia Meridional, Australia Occidental y Tasmania, y dos territorios: el Territorio de la Capital de Australia y el Territorio del Norte.

CULTURA

La cultura australiana de nuestros días es el resultado de la fusión de las influencias de todo el mundo, desde la cultura británica de sus primeros inmigrantes, hasta la cultura china o budista de los más recientemente llegados al país. Sin olvidarnos del sustrato aborigen que todavía no se ha perdido del todo y que lucha por conservar su esencia.

Así, forman parte de la cultura australiana desde el criquet hasta los festivales budistas o los carnavales italianos.

Esta diversidad hace que Australia esté abierto a todo tipo de artes escénicas: en sus principales ciudades hay una activa vida cultural que incluye conciertos de cámara; óperas; obras de teatro de vanguardia; clásicos de Shakespeare; música internacional; conciertos de rock; los grandes éxitos de Broadway; ballet; cultura aborigen; comedias; cabaret y exposiciones de arte.

En cuanto a la literatura australiana, se remonta a los inmigrantes llegados en el siglo XIX atraídos por la fiebre del oro. Entre estos primeros autores destacan Henry Lawxon, especializado en novela coa, o Xabier Herbert.

La novela de postguerra está representada por Patrick White, premio Nobel de literatura en 1973, autor de «El Arbol de la Vida», pero sin duda el autor más conocido es Morris West, quien publicó «El Abogado del diablo» y «Las Sandalias del Pescador».

Entre los nuevos autores destacan Barry Oakley, Frank Moorhouse o Michael Wilding. La cultura australiana tiene otra cara: la de los aborígenes, que expresan su sensibilidad artística y estética a través de adornos, lanzas, tallas, grabados, pinturas y representaciones rituales.

Todo en el arte aborigen tiene un sentido mágico–religioso o ritual. Son especialmente interesantes las pinturas, bien realizadas en tela, bien sobre el cuerpo, con carácter abstracto o simbólico y siempre diferentes.

Los pueblos aborígenes son de las civilizaciones más antiguas del mundo. Los aborígenes vivieron aislados por miles de años y como no tienen historia escrita, quedan pocos restos de su rica cultura.

El arte aborigen tiene funciones primordialmente sociales y religiosas y están relacionados con la llamada «Era de los sueños» (Dreamtime), cuando los antepasados de la creación viajaron por la tierra, creando las estaciones y las formaciones del relieve luchando contra otras criaturas.

En ello se basan las leyes que rigen las ceremonias y la vida cotidiana de cada grupo familiar o tribu. Las esculturas en la tierra, las pinturas del cuerpo, las tallas en madera y las pinturas en corteza son formas de arte que se combinan con una rica tradición oral y complejos cantos y danzas.

El instrumento más característico de su música es el didgeridoo, un largo tronco hueco de madera.

FIESTAS Los días festivos en Australia son:

1 de enero: Año Nuevo.

Semana Santa. 23 de abril: Anzac Day.

13 de junio: Cumpleaños de la reina.

25 de diciembre: Navidad.

Entre las fiestas más populares destacan: La Regata anual de Sydney o Hobart Yacht Race, que se celebra del 29 de diciembre al 2 de enero; el festival de Sydney que se celebra en enero con todo tipo de música, danza, teatro y conciertos gratuitos por la ciudad; el festival de Jazz de Montsalvat, en el estado de Victoria y el Día de Australia (el 26 de enero), que conmemora la llegada de las primeras embarcaciones a Australia, en el año 1788.

Otros acontecimientos que se celebran en Australia son el mardi Gras de Sydney, un carnaval de gays y lesbianas que se ha convertido en uno de los más conocidos internacionalmente; el Festival de la Vendimia de Nueva Gales del Sur; el Sydney Royal Agricultural Show, con espectaculares rodeos a principios del mes de abril; el Gran Premio Mundial de Motociclismo de Nueva Gales del Sur; el Royal Adelaide Show, uno de los festivales más antiguos del país; el Gran maratón de Sydney, donde participan más de 25.000 corredores; la Oktoberfest, una fiesta de cerveza tradicional que se celebra en todo el país; la Copa Melbourne, una espectacular carrera de caballos que se sigue en todo el país y el gran Premio de Fórmula Uno de Australia, que se desarrolla en Melbourne, entre otros.

CLIMA

Las estaciones son opuestas a las del hemisferio norte, así que uno se puede encontrar pasando la Navidad en la playa o esquiando en pleno mes de agosto. El verano comienza en diciembre, el otoño en marzo, el invierno en junio y la primavera en septiembre. Australia es el continente más seco del globo.

Debido a su gran extensión, a su situación geográfica y a la falta de altas cordilleras, Australia tiene diferentes tipos de climas, pero en general son suaves.

En primavera y verano el clima es tropical en el norte y suave en el sur. El otoño y el invierno es templado, con noches frías, en el norte y centro, soleado en el sur, con frecuentes lluvias, y la nieve es habitual en las áreas montañosas del sureste.

La temperatura media oscila entre los 23ºC y los 26°C al norte del Trópico de Capricornio y temperaturas más templadas en el sur.

DOCUMENTACION

Para una estancia de hasta tres meses, los viajeros españoles necesitan sólo el pasaporte en regla con una validez de seis meses, como mínimo, aunque suelen pedir también el billete de vuelta.

Los extranjeros pueden trabajar en Australia si tienen un permiso de trabajo. Los visados conocidos como Working Holiday tienen una validez de un año y únicamente lo pueden solicitar los jóvenes entre 18 y 25 años. El permiso puede obtenerse junto con el visado presentando una oferta de trabajo (no un contrato) en la embajada.

DINERO

La moneda australiana es el dólar, que está dividido en cien centavos. Hay billetes de $100, $50, $20, $10 y $5 y monedas de 5c, 10c, 20c, 50c, $1 y $2.

No hay ninguna limitación de entrada o salida para la moneda australiana ni para ninguna otra divisa, ya sea en efectivo o en forma de cheques de viaje.

Las tarjetas de crédito más usuales son aceptadas en muchas partes. El nivel de vida es alto, similar al de España, pero también se puede viajar por el país de forma económica, sobre todo pensando en mochileros y viajeros que no tengan previsto gastarse demasiado.

DESPLAZAMIENTOS

En avión

Qantas y Ansett Australia son las principales compañías aéreas que ofrecen vuelos interiores. Para los visitantes, lo mejor es consultar los precios y las posibilidades de los pases aéreos que ofrecen la posibilidad de conseguir descuentos de hasta un 50%, pero con la condición de que hay que comprarlos en el extranjero, antes de llegar al país.

En coche

Si nos decidimos a recorrer el país en coche, autocaravana o todo terreno, veremos que es relativamente fácil y seguro. Pese a todo, conviene ir prevenido contra las duras condiciones climatológicas y la inmensidad del desierto, con interminables rectas que suelen producir somnolencia.

Se conduce por el lado izquierdo y el límite de velocidad máximo en carretera es de 100 kilómetros/hora y 60 kilómetros/hora en ciudad. El cinturón de seguridad es obligatorio para conductor y ocupantes.

Si nos aventuramos por el Outback, es recomendable llevar agua suficiente, tanto para beber como para el radiador; calzado cómodo; ropa ligera; repelentes de mosquitos; cremas de protección solar y un botiquín de primeros auxilios.

También se aconseja circular con la barra de acero que llevan los vehículos en el capó que ayuda a amortiguar el golpe contra los canguros y búfalos que cruzan la carretera. Es imprescindible llevar una radio y provisiones suficientes, e incluso informar a la policía o a alguien del itinerario.

Existen ciertas áreas del país por las que está restringido conducir con vehículos de alquiler debido a su aislamiento, al mal estado de las carreteras y las pistas o por las duras condiciones climatológicas.

Es aconsejable consultar previamente el itinerario que se pretende seguir. No es recomendable conducir de noche en la región del Red Centre y en los Territorios del Norte debido a los animales sueltos.

En general hay que tener precaución fuera de las ciudades por los animales sueltos.

En tren

Es posible recorrer el país tanto en ferrocarril como en autobuses (líneas Greyhound-Pioner, entre otras).

Existen pases que deben comprarse fuera de Australia y que permiten viajar de manera ilimitada durante dos o tres semanas. El Kangaroo Road’n Rail Pass permite viajes combinados ilimitados en tren y autobús durante 14 días. Otro pase es el Austrail Flexipass.

Todos los estados y territorios cuentan con servicios de ferrocarril con excepción de Tasmania. Las líneas interestatales ofrecen viajes apasionantes al interior (Outback) o a lo largo de la costa oriental, así como servicios urbanos en la mayoría de las capitales. El «Indian Pacific» ofrece un viaje transcontinental de Sydney a Perth.

Este tren recorre la famosa recta «Long Straight» de 478,4 kilómetros de vías sin curva alguna entre Ooldea y Nurina en la planicie Nullarbor Plain. Se trata de la recta de ferrocarril más larga del mundo. National Rail (el ferrocarril nacional), propiedad conjunta del gobierno federal y de los gobiernos de Nueva Gales del Sur y Victoria, brinda un servicio nacional.

Otros dos trenes míticos son The Ghan (un lujosísimo tren que conecta Adelaida con Alice Springs en 20 horas) o el Queenslander, que hace el trayecto Brisbane-Cairns en 32 horas. Australia es también la escala inevitable de muchos cruceros que hacen la vuelta al mundo.

GASTRONOMIA

Existen pocos platos típicamente australianos, a no ser las diferentes formas de preparar los mariscos, el cordero y algunas carnes autóctonas como el canguro, el cocodrilo o el wallaby. La mayor parte de la gastronomía australiana procede de la colonización inglesa o de los inmigrantes que llegaron posteriormente.

Lo más «australiano» en cuestión de comidas es el T Bon, un enorme chuletón que los australianos asan en grandes barbacoas, igual que los filetes de carne de canguro, camello, cocodrilo, emu, búfalo y todo tipo de animales que a nosotros nos resultan al menos curiosos.

La «nueva cocina australiana» ha hecho un intento por dar un toque creativo a los ingredientes autóctonos, y así se pueden probar por ejemplo el paté de wallaby (una especie de canguro pequeño) o filetes de cocodrilo.

En cuanto al pescado y el marisco, Australia presume de sus gambas, cigalas, ostras y cangrejos. En pescados son famosos el salmón de Tasmania y el barramundi, una especie de perca de los ríos australianos.

Para acompañar, nada como el llamado bush-food (comida de plantas) que en ocasiones no tienen muy buen aspecto pero está buena. Lo más frecuente en el país es recurrir a las comidas ligeras tipo llevar a casa (take-away) o comida rápida (fast-food).

Los vinos y la cerveza son las bebidas nacionales. En muchos restaurantes permiten que cada uno traiga su propio vino para beberlo durante la comida y resulta así mucho más barato. En las principales ciudades, sobre todo en Syndey, existe todo tipo de restaurantes especializados en cocinas de todo el mundo.

SALUD

El nivel sanitario y de higiene en el país es muy alto, con profesionales y hospitales de gran calidad. De cualquier forma, se recomienda a los visitantes que viajen con un seguro médico que les cubra durante su estancia en Australia.

Deberá protegerse del sol australiano. Tenga en cuenta los efectos del jet lag (desfase horario) y tome precauciones para combatirlo al llegar.

En cuanto a las vacunas, no se exige ninguna. Sólo se pide el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a los viajeros mayores de un año que llegan a Australia en los seis días siguientes a la estancia de al menos un día y una noche en un país infectado, que se indique en el «Weekly Epidemiological Record».

España no se encuentra incluida en estas zonas.

SEGURIDAD

Australia es un país muy seguro, lo que no quiere decir que no tomemos precauciones, sobre todo por la noche y en algunos barrios marginales de Sydney. En muchas zonas, sobre todo en los suburbios urbanos, se pueden ver grupos de aborígenes alcoholizados. Es uno de los grandes problemas del país, aunque no son violentos ni especialmente peligrosos.

Las mujeres pueden viajar solas sin ningún problema. La mujer en Australia tiene una igualdad casi completa con el hombre y no sorprende ver a mujeres viajando solas.

COMPRAS

En Australia no hay demasiadas cosas que comprar, aunque se puede encontrar un gran número de centros comerciales donde gastar nuestro dinero. Entre lo más característico del país están los ópalos, de los que Australia es el primer productor del mundo, y otras piedras preciosas o semipreciosas.

También resultan especialmente interesantes las reproducciones de objetos aborígenes, como boomerangs, pinturas o tallas, e incluso en algunas zonas existe la posibilidad de comprar pinturas aborígenes auténticas, cada vez más cotizadas en todo el mundo y que no resultan especialmente baratas (aunque merece la pena).

Existen incluso galerías de arte especializadas en arte aborigen, sobre todo en el interior y norte del país.

Como souvenir lo más típico son los koalas y los canguros de peluche. El diseño actual ha creado también una línea de productos de souvenirs muy notable y de gusto que se pueden encontrar en las tiendas del centro de Sydney y en los centros comerciales y duty frees.

LUGARES

Los espacios naturales.

Australia cuenta con más de 2.000 parques nacionales y reservas naturales, zonas forestales protegidas de importancia natural y ambiental, desde paisajes desérticos a montañas, dunas costeras y bosques húmedos.

La costa oriental australiana.

La gran barrera de coral es una espectacular obra de la naturaleza que recorre la costa noroeste del estado australiano de Queensland a lo largo de más de 2.000 kilómetros de longitud. Un paraíso para los buceadores de todo el mundo.

En las localidades turísticas más populares de la costa de Queensland, como Cairns, Brisbane o Port Douglas, existen centenares de propuestas para bucear, sobrevolar los arrecifes en helicóptero o hidroavión, llegar en catamarán hasta la barrera, etcétera.

Port Douglas.

Es otro de los míticos reclamos de la nueva Australia que se desarrolla en el tropical estado de Queensland gracias al turismo.

Situada a unos 70 kilómetros al norte de Cairns, fue en los años setenta refugio de pintores, escritores, y hippies de lujo. Sus casas se han convertido en galerías y sus talleres, en restaurantes

Sydney, capital del Milenio.

La activa y luminosa ciudad del sureste de Australia fue escenario de los Juegos Olímpicos de 2000. Es una ciudad moderna y clásica a la vez, vanguardista en su diseño pero amante de la tradiciones legadas por los colonos británicos que llegaron a su radiante bahía hace ya algo más de dos siglos.

Construída sobre un mosaico de bahías, Sydney es la capital del estado de Nueva Gales del Sur, la primera ciudad que se creó en Australia y la mayor concentración de habitantes del país: 3,5 millones.

El desierto.

El «Outback» no es una región concreta: los australianos llaman así a todo lo que no está en torno a sus costas, a las tierras que quedan al interior, el corazón espiritual y físico de esta gigantesca isla.

La mayor parte del llamado Outback está comprendido en el estado de los Territorios del Norte (Northern Territory). Los dos grandes centros urbanos son Alice Springs, en el corazón del país, y Darwin, en el norte, junto a la costa del Mar de Timor.

Perth.

Dicen que Perth es la ciudad más aislada del mundo. Vive con el Océano Indico al frente y un enorme desierto a sus espaldas, pero resulta una agradable y tranquila ciudad con enormes edificios de cristal y acero.

Situada junto al océano a las orillas del río Swan, su mayor encanto está en sus playas y en sus alrededores. En el centro destacan los rascacielos junto al río Swan; el ayuntamiento, de finales del siglo XIX; la Casa del Gobernador, de la misma época y el Mirador de Mt.

También son interesantes la Eliza, con un cierto parecido a la torre de Londres, que ofrece una panorámica de la ciudad; la Galería de Arte de Australia Occidental; el Museo de Australia Occidental y la Hall Collection, con la colección particular más grande de todo el hemisferio sur (más de 25.000 objetos de estilo australiano, georgiano y victoriano).

Son también atractivos los mercados populares, como el de Waneroo, que se celebra los fines de semana.

Darwin.

La costa norte de Australia es un mundo casi deshabitado. La única gran ciudad es Darwin, capital del Territorio del Norte. Tiene 77.000 habitantes y se caracteriza por su diversidad étnica, ya que se encuentra a pocos kilómetros de Indonesia.

Pero además, la ciudad es distinta a cualquier otra de Australia por su clima tropical y su papel histórico en el desarrollo del norte del país. Para los turistas, Darwin es sobre todo el punto de partida para visitar las reservas septentrionales y el gigantesco Parque de Kakadu.

Katherine Gorge National Park.

Al sur de Darwin se encuentran los impresionantes barrancos del Katherine River, en Nimiluk, cerca de la ciudad de Katherine. Son unos parajes bellísimos que se pueden recorrer en canoas o botes de fondo plano, prestando atención a la exótica fauna y flora del lugar mientras se contemplan los espectaculares desfiladeros.

Al sudeste de Katherine están las Cuevas de Cutta Cutta, un lugar trascendente para la cultura aborigen. En la zona también hay viejas ciudades fantasmas de la época de los buscadores de oro, como Pine Creek, a 90 kilómetros de Nitmiluk.

Tasmania.

Tasmania es el más pequeño de los estados australianos y el único insular. Con un tamaño similar al de Irlanda, disfruta de unos paisajes naturales casi vírgenes, densos bosques, enormes parques nacionales, ríos perfectos para la aventura y pueblos bucólicos y pacíficos apartados del ritmo trepidante del resto del planeta.

Hobart.

En esta isla se instaló la segunda colonia británica de Australia, concretamente en Hobart, capital del estado de Tasmania, una ciudad llena de colorido situada en la desembocadura del río Derwent y rodeada por colinas.

Hobart ha conservado gran parte de su antigua arquitectura georgiana y se presenta como una ciudad histórica de tradición marinera que mezcla sus casas coloniales con hermosos parques bajo el telón de fondo del Monte Wellington. En la ciudad, las visitas imprescindibles son Flanklin Square y Salamanca Place, los dos grandes centros comerciales y sociales; el Ayuntamiento, del siglo pasado; el Museo Marítimo y Battery Point, la parte histórica del antiguo puerto.

Melbourne.

La capital del estado de Victoria es la gran rival de Sydney y presume de ser la capital australiana de la alta costura, la gastronomía, la música y del teatro. Desde los tiempos de su fundación, y durante la fiebre del oro del siglo pasado, fue la ciudad más grande de la isla.

De esta época de esplendor le queda su aspecto sólido de arquitectura victoriana. Melbourne es famosa por su mezcla de estilos de vida, por las carreras de botes de remos en el río Yarra, por tener uno de los mejores jardines botánicos del mundo y por sus tranvías.

DEPORTES

El australiano es uno de los pueblos más deportista de la tierra. El clima, en general agradable, el fácil acceso a las instalaciones deportivas y, por supuesto, a las playas, anima a muchos australianos a las actividades al aire libre.

Hay más de 120 organizaciones deportivas nacionales y miles de clubes estatales y regionales. Se calcula que 6,5 millones de personas participan en actividades deportivas.

Entre los deportes más practicados figuran la vela, la pesca, el golf, el tenis, la equitación y los deportes acuáticos en general, incluyendo por supuesto el surf, en el que los australianos son famosos en todo el mundo. Además, se practica frecuentemente el fútbol, el criquet, el tenis, el hockey, el baloncesto, el softball y la natación.

Los australianos también son espectadores entusiastas. El rugby es un deporte nacional y las competiciones (Rugby League, Rugby Union y Australian Rules) atraen multitudes.

La final de la Liga australiana de rugby se celebra en Melbourne en septiembre. También son seguidos masivamente los partidos de criquet, de tenis y las carreras de caballos, sobre todo la Copa Melbourne, que se celebra el primer martes de noviembre y que detiene la vida del país.

Sydney renovó todas sus instalaciones para los Juegos Olímpicos del año 2000, por lo que los visitantes encontrarán a partir de ahora unas excelentes instalaciones para todo tipo de deportes.

En cuanto a las actividades al aire libre, se encuentran todo tipo de facilidades para practicar el mountain bike, el senderismo, el rafting, el canyoning, el surf, la vela y otros muchos deportes.

Australia tiene además la distinción de haber sido el primer país en ganar la Copa América de vela, un trofeo que no había salido jamás de manos de los Estados Unidos.


Polinesia francesa

Para llegar a los 118 oasis flotantes que componen las islas de la Polinesia Francesa se necesita un día entero de vuelo sobrevolando el Atlántico y parte del Pacífico. El Estado polinesio está formado por cinco archipiélagos:
Sociedad, Marquesas, Tuamotu, Gambier y Austral.

Los vuelos internacionales aterrizan en Papeete, mayor población de Tahití —la isla más grande de la Polinesia Francesa— y capital del país. El conjunto de archipiélagos abarca una superficie de mar tan grande como Europa, sin embargo la población es de poco más de 260.000 personas —la mitad de ellas reside en la capital—: un dato que da cuenta del carácter solitario de muchas islas. En Papeete aún quedan algunas casas de madera con fachadas pintadas de vivos colores y galerías sombreadas, son vestigios de la época en que Tahití fue protectorado francés, de 1842 a 1880. Un paseo por el Mercado Central, que también data de aquel periodo, es un auténtico placer para los sentidos: puestos rebosantes de papayas, limones, bananas, piñas y frutos del árbol del pan. Para abandonar el ambiente plácido de la isla, hay una única carretera que sigue la costa y atraviesa bellas aldeas donde se instalaron escritores como Robert Louis Stevenson, y pintores como Paul Gauguin. El siguiente destino es la isla volcánica de Moorea, a la que se accede en transbordador. Con sus iglesias solitarias y casas dispersas de pescadores y agricultores, Moorea destaca por su belleza y armonía naturales. En la isla de Raiatea también predominan la agricultura y la pesca, y es el lugar idóneo para conocer de cerca el auténtico modo de vida polinesio. Desde aquí parten transbordadores frecuentes hacia Bora Bora, la última isla de nuestro viaje por el archipiélago de la Sociedad. Bora Bora es uno de los primeros destinos paradisíacos del mundo, es como un enorme acuario natural delimitado por una línea de islotes de arena blanca y cubiertos de cocoteros que han surgido sobre el arrecife coralino.


Tahití
Es la puerta de entrada a la Polinesia Francesa, pues aquí se halla su capital, Papeete. Un itinerario circular muestra la vida rural de la isla, pasa junto a maraes –templos animistas al aire libre– y visita aldeas que fueron residencia de artistas e intelectuales europeos, como el pintor Paul Gauguin, cuyo museo se halla en la aldea de Papeari, accesible por la carretera que circunda la isla.

Papeete
La capital de Polinesia tiene un gran encanto. Merece la pena perderse por su casco antiguo para ver edificios coloniales de madera. El paseo debe detenerse en la catedral –los domingos celebran misas con cantos tradicionales–, el Mercado Central, con productos de todo el archipiélago, y el parque de Bougainville.

Punaauia
Esta localidad costera al sur de Papeete acoge el Museo de Tahití. Se trata de un centro que recoge la historia y las tradiciones del archipiélago polinesio.

Moorea Vecina a Tahití, se llega en trasbordador desde Papeete. La ruta circular por la isla empieza en las bahías de Pao Pao y Opunohu, divididas por el monte Rotui. Una carretera que sale del pueblo de Pao Pao, en el centro de la bahía del mismo nombre, sube hasta el Belvédère, un mirador desde el se domina la vista sobre las dos bahías.

Raiatea
Es la mayor de las islas de Sotavento. Se llega en avión desde Tahití. Uturoa es su población principal. La bahía de Opoa y el marae de Taputapuatea son dos de sus máximos atractivos. En un día es posible recorrer toda la isla siguiendo la carretera de 104 kilómetros que sigue su perímetro. Un lugar de gran belleza es la bahía de Faaroa, en cuyas riberas crecen plantaciones de vainilla; se puede remontar en piragua o en barca a motor.

Tahaa
Separada cuatro kilómetros de Raiatea, esta isla de pequeño tamaño es popular por sus criaderos de perlas negras y sus plantaciones de vainilla. Una manera muy agradable de conocer la isla es navegar hasta ella en un velero de alquiler o en una excursión en barca desde Raiatea.

Bora Bora
Es la isla más famosa de la Polinesia por la inmensa laguna que se extiende frente a su costa. La zona más idónea para las inmersiones es la Vallée Blanche, un banco de arena con 34 metros de profundidad. Otro lugar ineludible es Punta Matira, una larga lengua de arena cubierta de cocoteros en el extremo sur de la isla.

De las innumerables islas del triángulo de la Polinesia, unas 130 pertenecen al Territorio Francés de Ultramar y están agrupadas en varios archipiélagos. Quizá el más conocido y visitado sea el de las Islas de la Sociedad, donde se encuentran Tahití, Moorea y Bora Bora. Son islas volcánicas, de montañas escarpadas y selváticas, con ríos, quebradas y bahías, rodeadas por atolones (islas de origen coralino, muy bajas y cubiertas de palmeras). Desde el aire los atolones se ven como un 95 por ciento agua y 5 por ciento tierra, un fino anillo de arena y coral que encierra una porción de mar poco profundo (laguna).

La cultura polinesia, como se puede apreciar a primera vista o en una visita al Museo de Tahití y sus islas (en Papeete), desarrolló una profunda expresividad plástica y artística en la vida cotidiana, ya sea en la música, en la danza y la escultura en madera (recordar los impresionantes tótems). Hoy nos sorprende la extraña mezcla entre lo que sobrevive de una cultura desprejuiciada que tiene vínculos profundos con el mundo natural y mítico, y el lujo y la hipersofisticación de la cultura francesa, palpable sobre todo en la “cuisine”.

Playas, selvas y cumbres

Como en cualquier isla de la Polinesia, el mar nos captura durante todo el día. Tahití tiene varias playas de arena blanca o coralina, y de arena negra o volcánica. Aunque a comparación de las otras islas no es la preferida porlos buzos, es un excelente lugar para tomar las primeras lecciones, ya que hay siete centros de buceo y actividades náuticas (paseos en lancha con fondo de cristal, travesías en velero y otras excursiones) distribuidos entre los hoteles principales y las bahías de Outumaoro y Marina Puunui. En el interior isleño se puede ascender al escarpado Monte Marau. Por el sendero, entre gargantas selváticas y cumbres fantasmales tras la niebla, veremos las cascadas de Faarumai y de Vaiharuru emergiendo de un paisaje jurásico que nos transporta a un mundo perdido. Una excursión para los más aventureros es la travesía a pie, de dos o tres días, por la parte más agreste de la isla, la península de Tahití Iti. Desde los pueblitos de Peu y Tautira, donde termina el camino norte, el sendero nos lleva por la costa deshabitada y selvática a lo largo de los acantilados de Pari, adonde asoman grutas, petroglifos y restos arqueológicos.

Moorea, al son del ukelele

Tras siete minutos de vuelo en un avioncito casi de juguete llegamos a esta isla, según dicen, la más hermosa junto a Bora Bora. Desde la Bahía Cook, la primera visión es impresionante: cubiertas de selva, una hilera de montañas de silueta fantástica, dentadas y de cumbres por siempre bajo nubarrones sombríos, con nombres tan elocuentes como Diente de Tiburón y Mouaputa (montaña con agujero).

En la playa siempre brilla el sol. El hotel consiste en varios bungalows de estilo polinesio frente al mar de un turquesa inverosímil, en medio de un jardín en el que crecen árboles floridos de hibiscus, buganvillas y algunas orquídeas. Para completar el mito del Edén también abundan bananos y cocoteros. Una banda de hombres en pareos coloridos y coronas de flores va por el jardín entonando al son del ukelele las armonías claras de las canciones polinesias; según nos cuentan, en la cultura tahitiana quienes más trabajan son las mujeres, mientras los hombres “se dedican al arte”: a cantar, bailar y organizar las ceremonias.

Caminando por los jardines, recogemos un coco del suelo. Al instante aparece August, un polinesio voluminoso y sonriente, que de la nada saca una especie de facón y una mesita de madera en forma de tortuga. En tres segundos pela el coco, lo parte, lo abre y raya (con los dientes de la “tortuga”) la carne blanca, que nos ofrece sobre el “lomo” del animal. En francés con acento nos cuenta que Mo-orea significa “lagartija amarilla” y Bora Bora, “bravo”. Tiene las pantorrillas tatuadas con delicados dibujos geométricos. “Los tatuajes no son de adorno, éstos cuentan dos historias”, dice August, “la de la Polinesia, y la de mi vida”.

Bora Bora, el cielo bajo los pies

Esta isla famosa sintetiza a la Polinesia: espectaculares picos volcánicos rodeados por la laguna más bella y colorida de las islas. Para entrar en éxtasis en esta isla no hace falta más que montar una canoa para deslizarnos entre los infinitos tonos de verdes, azules y turquesas nunca repetidos, sobre aguas tan cristalinas que juraríamos que las piraguas navegan sobre el aire. Desde la superficie los peces iridiscentes del fondo se ven a la perfección, y las gigantescas mantarrayas parecen volar en un cielo bajo los pies.

Obviamente, lo más recomendable es pasarse horas explorando los jardines sumergidos de coral, pero también podemos dejarnos convencer y anotarnos en una excursión que nos lleva a conocer tête a tête a los tiburones. Cuando la lancha llega al punto escogido, nos sumergimos en el agua con máscaras y respirador, y nos tomamos de una soga para que no nos lleve la corriente, sin terminar de entender lo que va a suceder. Entonces el guía, un polinesio tranquilo y sonriente, se sumerge con nosotros y saca de un balde pedazos de pescado. Al principio, a través del agua clarísima, vemos acercarse a cientos de peces de colores atraídos por el olor. A nuestra fascinación le sigue el pasmo cuando vemos que se acercan uno, dos, cuatro, y luego más de veinte tiburones que a escasos metros, nadando en círculos y con los ojos en blanco por el frenesí, se diputan la carne. No tenemos miedo; estamos como hipnotizados por el espectáculo salvaje y magnífico. Cuando una media hora más tarde vamos de nuevo en la lancha, enteros y rumbo a la costa, entonces sí que no lo podemos creer.

Nueva Zelanda

CAPITAL Wellington (326.900 habitantes )

EXTENSION 270.543 kilómetros( la mitad de España)

POBLACION En Nueva Zelanda se calculan 3.625.388 habitantes( según el censo de julio de 1998).

COMPOSICIÓN ÉTNICA Las etnias que se distinguen son 87% ‘pakeha’ (descendientes de europeos), 9,5% maoríes y 3,5% otros pueblos polinesios. El 30% no tienen religión definida.

IDIOMA Inglés (lengua oficial) y maorí

RELIGION Anglicana (29%), presbiteriana (18%), católica (15%), metodista (6%) y baptista (2%).

GOBIERNO Nueva Zelanda es un estado soberano e independiente con un gobierno parlamentario y la reina de Inglaterra (Isabel II) como soberana, representada por un gobernador .

GEOGRAFIA

Nueva Zelanda está situada «al otro extremo del mundo», en nuestras antípodas, a 18.000 kilómetros de Europa, en medio del Pacífico Sur. El país está formado por dos islas principales: la isla Norte y la isla Sur, situadas en el suroeste el océano Pacífico, cerca de Australia, a las que se añaden la isla Stewart, en el sur y otras islas menores (Chatham, Kermadec, Campbell, Tres Reyes, Bounty, Snares, islas de las Antípodas, isla Auckland, entre otras). Las dos islas mayores se extienden de forma alargada de norte a sur, a lo largo de unos 1.600 kilómetros.

La isla del Norte, que ocupa menos de la mitad del territorio, concentra sin embargo a las tres cuartas partes de la población. Se trata de una isla volcánica, cuyas principales cimas son volcanes activos o apagados, con presencia muy abundante de géiseres, solfataras y burgas.

En la meseta central destacan los volcanes activos de Rapehu (2.797 metros), Ngauruhoe (2.291 metros) y el Monte Egmont (2.517). Esta isla del Norte, con un litoral muy recortado, posee dos penínsulas importantes: una al norte, que comienza en el istmo de Auckland, y otra más al sur, que se extiende hasta los cabos de Terawhiti y Palliser.

En su costa oriental se abren bahías muy bellas como las de Doubtless, Hauraki o la Gran Bahía de la Abundancia, mientras que las costas occidentales son menos recortadas, también con abundantes calas, estuarios de ríos y una playa, la de las Noventa Millas, que se extiende a lo largo de estas 90 millas que indica su propio nombre.

La isla del Sur es más montañosa que su vecina, aunque también se pueden encontrar algunas llanuras, como las de Canterbury, Invercargill y Otago, en la zona oriental y meridional. La isla es muy alargada, marcada por la gran cordillera de los Alpes del Sur, con cimas que rondan los 3000 metros y coronadas por el Mount Cook (3.764 metros), el más alto del país, y el monte Tasman (3.499 metros). Estas alturas, junto con su situación geográfica, ocasionan nieves perpetuas a partir de los 2.250 metros.

Otro de los fenómenos destacables son los glaciares, como el Franz Josef y Tasman, de 155 kilómetros cuadrados que está considerado como el mayor del mundo (fuera de las zonas polares y del Himalaya). Las costas occidentales de la isla están recortadas por profundos fiordos, como el Milford Sound, el Doubtful Sound y el Dusky. En cuanto a los ríos, son cortos, rápidos y con mucho caudal.

En el norte destaca el Waikato y en el sur, el Clutha y el Waitaki. Lo que sí abundan son los lagos, que en el norte son de origen volcánico, ubicados en viejos cráteres o valles cerrados por las coladas de lava (Rotorua, Taupo, Tarawera...) mientras que en el sur son de origen glaciar (Taupo, Te Anau, Wakatipu, Wanaka...). Gran parte del territorio está prácticamente inalterado por el hombre y está declarado Parque Nacional. Nueva Zelanda es pionera en la protección ambiental de los paisajes y recursos de flora y fauna.

CULTURA

En Nueva Zelanda conviven dos tradiciones culturales, la maorí y la británica, que han llegado en muchos aspectos a fusionarse hasta crear una nueva cultura propia: la neozelandesa, que se expresa en la literatura, el arte, el teatro, el cine y la música, con manifestaciones que en las últimas décadas han tomado fuerza en todo el mundo.

A esta cultura neozelandesa común pertenecen los cantantes de ópera Kiri Te Kanawa y Donald McIntyre, la cineasta Jane Campion, las escritoras Janet Frame y Keri Hulem, el Ballet de Nueva Zelanda o la Orquesta Sinfónica de Nueva Zelanda.

La cultura es apoyada económicamente por el gobierno a través de una entidad independiente: el Consejo de Artes Reina Isabel II. Los rasgos culturales más originales del país los aporta indudablemente la cultura maorí, conocida como maoritanga. Los maoríes suponen el 9,5% de la población total de Nueva Zelanda. Disponen todavía de sus propios ritos, su propio idioma y sus propias tradiciones.

Rotorua es uno de sus principales centros culturales y un lugar de destino para los turistas que quieren conocer de cerca la maoritanga. Los maoríes han adoptado muchos aspectos de la cultura occidental pero sin abandonar sus propias costumbres y legados culturales (los taongas), que entroncan claramente con la cultura de otros pueblos polinesios.

La base de la vida de los maoríes es la «marae», una casa de reunión en cuyos alrededores se desarrolla la vida comunitaria y que existen en casi todas las ciudades. Allí se debaten los asuntos importantes en reuniones llamadas «hui» en las cuales se da la bienvenida a los invitados y el adiós a los muertos («hui tanii»). La «marae» tiene forma humana, está tallada en madera, recibe el nombre de un antepasado, y funciona con principios democráticos.

Entre lo más característico de la cultura maorí figuran las tallas en madera (de pino o de kauri), los tejidos, las danzas tradicionales y sus elaborados tatuajes. Las tallas más representadas son los «tikis», con formas humanas, que tienen un profundo significado espiritual.

Otras piezas muy interesantes son los objetos tallados en nefrita (una piedra verde) con los que los maoríes hacían sus primeros utensilios. En cuanto a la música y las danzas, sirven para acompañar las ceremonias sagradas y todo tipo de ritos. Se acompañan con tambores primitivos de cuero en forma de reloj de arena, flautas de bambú, «ukeles» (un tipo de cítara), y el «ukelele», un laúd de punteo.

Con sus trajes y adornos peculiares, sus tatuajes y sus extraños gestos (como el de sacar la lengua), las danzas maoríes se han convertido en uno de los símbolos más conocidos de Nueva Zelanda en el exterior.

FIESTAS Las fiestas oficiales en Nueva Zelanda son:

1 enero: Año Nuevo.

6 febrero: Día de Waitangi (Fiesta Nacional, en recuerdo de la fundación de Nueva Zelanda).

Viernes de Carnaval.

Lunes de Pascua.

Hay otros días festivos como el 25 de abril: día de ANZAC (Fiesta en recuerdo a los héroes de los ejércitos australiano y neozelandés), el primer lunes de junio, por ser el cumpleaños de la Reina Isabel y el cuarto lunes también de este mes por ser el día del Trabajo.

Además están los habituales 25 de diciembre Navidad el 26 de diciembre por ser el segundo día de fiesta por Navidad.

Además de los días festivos oficiales, cada región del país tiene sus propios festivales y fiestas. En Enero se celebra Auckland la regata de yates, conocida como el 'Festival Náutico Dragón Kiwi'. También es conocido el rodeo que se celebra ese mismo mes en Glenarchy.

En Febrero tiene lugar el festival de Vino y la gastronomía de Malborough.

Todo el mes de Marzo se dedica en Masterton al esquileo y en el ‘Golde Sheans’ se busca al esquilador más rápido. Los maoríes organizan en Hamilton la ‘Regata Maorí en canoa’ y en Hokitika, se celebra el 'Festival de la comida natural'.

En Abril Arrowtown celebra su festival de otoño. - De Febrero a Abril se celebran también algunos ‘A and P Shows’ (Exposiciones agropecuarias) en las cuales se puede conocer de cerca el mundo agrícola neozelandés.

En Mayo se espera cada año con gran expectación el ‘Fletcher Challenge Marathon’ alrededor del lago Rotorua y la 'Fiesta Kiwi' en Te Puke.

En Junio se celebra la más importante reunión agrícola de Nueva Zelanda en Hamilton –‘National Agriculture Fielddays’.

En julio comienza la temporada de esquí con el ‘Festival de invierno de Queenstown.’

En Septiembre se celebra en Rotorua una competición internacional de pescadores de truchas.

En Octubre, Auckland es famoso en todo el mundo por el Maratón Internacional. En New Plymouth se exhiben todas los flores en el festival Taranaki de rododendros.

En Noviembre se celebra una exhibición de tres días de duración de explotaciones ganaderas y agricultura en Christchurch, con atracciones de feria. En Central Otago se celebra el celebra el día de los buscadores de oro de los años 60 del siglo pasado.

CLIMA

Nueva Zelanda está en el otro extremo del mundo. Esto significa también que las estaciones son completamente contrarias a las nuestras. El país disfruta de un clima templado y húmedo, sin grandes diferencias estacionales, pero con diferencias notables según las regiones: desde subtropical en el norte, hasta templado frío en el sur.

La nieve cae a partir de los 1000 metros de altitud y es frecuente en la isla sur. Las lluvias son abundantes, sobre todo en el sur del país, particularmente en la costa oeste, donde se sobrepasan los 5000 mm.

El extremo norte de la península de Auckland es la zona más calurosa, mientras que la vertiente suroeste de los Alpes Meridionales es la zona más fría. Las precipitaciones van de moderadas a abundantes, dependiendo de la región, por lo que resulta imprescindible llevar un impermeable y durante todo el año alguna prenda de abrigo.

Con casi 2000 horas de sol al año, Nueva Zelanda es un destino ideal durante todo el año, pero la mejor época para viajar es entre octubre y marzo (verano en Nueva Zelanda), aunque los mejores precios se encuentran en la temporada baja: de abril a septiembre.

DOCUMENTACION

Para una estancia de hasta tres meses, los viajeros españoles necesitan sólo pasaporte en regla con validez de seis meses, como mínimo. Para estancias más largas, que en ningún caso pueden superar los 12 meses, es necesario un visado que se puede obtener en la Embajada correspondiente.

Los extranjeros sólo pueden trabajar en Nueva Zelanda si tienen un permiso de trabajo. Este puede obtenerse junto con el visado presentando una oferta de trabajo (no un contrato), en la embajada.

DINERO

Dólar neozelandés($NZ.) El $NZ se puede encontrar en monedas de 5, 10, 20 y 50 centavos, de 1 y 2 dólares, así como en billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 dólares.

No hay ninguna limitación de entrada o salida para la moneda neozelandesa ni para ninguna otra divisa, ya sea en efectivo o en forma de cheques se viaje. Las tarjetas de crédito más usuales son aceptadas en muchas partes. Los Eurocheques no pueden cambiarse en Nueva Zelanda.

En cuanto a las propinas, no están muy bien vistas en el país e incluso encontrarás letreros aconsejando al viajero no darlas. En algunos lugares turísticos y en los restaurantes de lujo se está empezando a introducir la costumbre de darlas.

El nivel de vida es alto, más o menos al nivel de España, pero hay numerosas opciones para moverse, comer o alojarse de forma económica.

DESPLAZAMIENTOS

Avión

Ansett New Zealand y Mount Cook Airlines vuelan a 24 ciudades de Nueva Zelanda. Estas compañías ofrecen descuentos muy interesantes para utilizar sus rutas nacionales y las conexiones con Australia. Anssett, por ejemplo, dispone de un programa llamado G'Day, con descuento en vuelos dentro de Australia y Nueva Zelanda.

Carretera

Nueva Zelanda cuenta con una buena red de carreteras, casi todas asfaltadas, a pesar del escaso tráfico. Todas las empresas internacionales de alquiler de coches tienen representación en Nueva Zelanda, junto con otras muchas empresas locales que alquilan coches, motos y caravanas. ¡Cuidado!: se conduce por la izquierda y la velocidad máxima permitida es de 100 kilómetros por hora en carretera y 60 kilómetros por hora en los núcleos urbanos. Sólo se necesita un carné de conducir internacional (el español vale). La red de líneas de las empresas de autobuses Newmans, Mount Cook Landline e Intercity, es densa y es posible llegar en autobús a casi todos los rincones sin problemas.

Tren

Existen también cuatro empresas de ferrocarriles, cuya red de líneas a través de país ofrecen un viaje maravilloso. En Auckland y en Wellington existe un ferrocarril suburbano y la Railways Corporation cuenta con 4.200 kilómetros de vía entre las que se incluye el cruce de los Alpes del Sur.

Bicicleta

Montar en bicicleta en Nueva Zelanda puede resultar muy interesante pesar de las muchas pendientes del terreno. y es muy fácil alquilarlas. Es obligatorio llevar casco.

Barco

Otra posibilidad para conocer el país son los barcos y transbordadores que son una de las mejores formas de conocer los fiordos y algunos de sus parques naturales. También hay varios lagos y ríos del interior aptos para embarcaciones de crucero, piraguas o lanchas rápidas. En transbordador, se puede ir desde la isla Norte a la isla Sur, con más de una frecuencia al día. Se recomienda reservar plaza. Desde mediados de diciembre del 94 se ofrece un servicio suplementario de catamarán 24 horas al día.

Taxi Los taxis se encuentran fácilmente en los aeropuertos y en todas las ciudades.

GASTRONOMIA

En cualquier rincón de Nueva Zelanda se puede encontrar una variada cocina internacional, con una nota propia, la cocina ‘kiwi’, conocida como tal desde hace algún tiempo, que es cada vez es más apreciada y ofrecida por los restaurantes del país. Entre sus especialidades destacan más de setenta variedades de pescado, el cordero, que se suele servir con salsa de hierbabuena y con verduras frescas, la Pavlova un irresistible pastel de merengue con nata y fruta fresca y el Whitebait una tortilla de pequeños pescados y tomates.

Entre las especialidades neozelandesas figuran también todos los productos del mar: bogavante, langosta, lenguado, o ‘hoki’ todo ello ofrecido en grandes cantidades así como muchas clases de moluscos y maravillosos ostras. En cuanto a la gastronomía maorí, le plato típico es la Kumara, una patata dulce servida con patatas y cordero. Las Hangi son las cenas típicas, en las que los alimentos se cuecen durante horas en el interior de un agujero en la tierra cubierto por piedras calientes. También merecen la pena las frutas y verduras frescas: manzanas y peras, ‘naskis’, un cruce de ambas, kiwis, patatas dulces, alcachofas o fruta de la pasión.

Existen cafeterías, cafés, salones de té con sabrosos snacks, restaurantes ‘no autorizados’ (en los cuales no se sirve alcohol, aunque en muchos se pueden traer las bebidas alcohólicas y se indican como BYO, es decir, Bring your own alcohol), pubs o restaurantes autorizados...

Los vinos neozelandeses destacan por su alta calidad y son ya conocidos en todo el mundo. Los Riesling del Rhin, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Chablis se desarrollan espléndidamente en suelo neozelandés. El Sauvignon Blanc se produce actualmente en Nueva Zelanda pero ya no en Francia.

La cerveza neozelandesa se sirve al estilo inglés: en vasos llenos hasta el borde y sin espuma. Se sirven dos clases: la law cook, poco fuerte y la dark beer, muy fuerte (cerveza negra). Las marcas más conocidas son la Steinlager y la Kiwi Lager.

SALUD

Para viajar a Nueva Zelanda no hace falta ninguna vacuna ni precaución especial. Una vez allí, la asistencia médica en Nueva Zelanda tiene un alto nivel de prestaciones pero no es barata. A todo visitante se le recomienda llevar un seguro médico de viaje.

En Auckland y en todas las ciudades importantes encontrarás instalaciones hospitalarias de primer nivel, con las máximas garantías. El teléfono para ambulancias y emergencias es el 111. En cuanto a los medicamentos, se pueden encontrar prácticamente todos en cualquier punto del país.

Para mayor información consulte con un Centro de Vacunación Internacional. Sólo hay que recordar que debido a la diferencia horaria, el’ jet lag’ que produce el vuelo desde Europa es muy grande y tarda varios días en desaparecer.

SEGURIDAD

Nueva Zelanda es un país muy seguro, con una tasa muy baja de criminalidad. Incluso las grandes ciudades, son seguras y no existen prácticamente problemas para moverse de día o de noche, sin olvidar las precauciones más elementales. Incluso en los barrios de prostitutas y de juego reina un ambiente tranquilo y seguro.

Tampoco hay ningún problema para las mujeres, que encuentran aquí una libertad y seguridad como en pocos países de la tierra.

COMPRAS

Lo que todo el mundo compra en Nueva Zelanda es, lógicamente, prendas de lana, por su calidad y por su precio. Merecen la pena los jerseys, abrigos, las mantas de cuadros (los plaid)y alfombras tejidos a mano, pero también son muy recomendables los productos de cuero y las tallas maoríes en madera de kawi , en paua (un molusco de mar), en una especie de jade (el greenstone)

En Nueva Zelanda se producen también maravillosas piezas de vidrio y cerámica, que van desde vasos de vidrio soplado hasta platos decorados. En Wellington, Auckland y Nelson se pueden encontrar diversos talleres de cerámica y artesanía, en particular en la Península de Coromandel y en la región de Nelson. En los antiguos yacimientos de oro se pueden adquirir pepitas de oro como colgantes o pendientes. Uno de los recuerdos imprescindibles es una camiseta del famoso equipo de rugby All Blacks.

La mayoría de los establecimientos comerciales abren de lunes a jueves de 9.00 h. a 17.30 h. y los viernes hasta las 21.00. En algunas regiones el jueves es el día que se cierra más tarde. Los sábados, la mayoría de los comercios abren hasta el mediodía. Las conocidas ‘Dairies’ abren hasta las 22.00 h. todos los días.

LUGARES

Los parques nacionales.

Son la joya del país. Existen trece Parques Nacionales y tres reservas marinas que sirven para proteger los tesoros naturales de Nueva Zelanda, manteniendo los paisajes, la flora y la fauna en su estado original. En cualquier punto del país siempre existe un parque nacional a corta distancia.

En la Isla del Norte.

En la Isla del Norte, no muy lejos de Rotorua, están situados el Te Urewera National Park, el bosque tropical más extenso de Nueva Zelanda y "jardín de Edén" de la costa oriental, así como el solitario Lake Waikaremoana. En el corazón de la Isla del Norte, en la región de las montañas volcánicas, se encuentra el ‘Reino de los Dioses’ con tres volcanes parcialmente activos: el Tongariro National Park, que ha sido elegido por la UNESCO como Patrimonio Universal por su singularidad. Sobre la costa occidental se eleva el volcán Mount Taranaki (también llamado Mount Egmont), que presenta formaciones de lava de más de 100 metros de altura.

También digno de mención es el Whanganui National Park, cuyo paisaje es atravesado por el río más largo de Nueva Zelanda. El Fjordland National Park es el parque nacional más extenso de Nueva Zelanda, y uno de los más grandes del mundo. Está situado en el sudoeste de la isla del Sur y ha sido también declarado en parte Patrimonio Universal. En el parque se pueden encontrar dos especies casi extintas de aves incapaces de volar: el Takahe y el Kakapo. También en la isla sur está el Westland National Park, famoso sobre todo por sus tres glaciares, denominados Tasman, Franz-Josef y Fox Glacier.

Otro parque es el de las idílicas bahías del Abel Tasman National Park, que lleva el nombre del famoso navegante y explorador holandés e invitan al descanso. Hacia su interior crecen palmeras, pinos y helechos.

El parque de más reciente creación es el Kahurangi National Park que ocupa gran parte del extremo noroccidental de la Isla del Sur. Otro curioso lugar en la costa oeste son las Pancake Rocks (rocas panqueque) en el Paparoa National Park. También existen tres reservas marinas, destinadas a la protección de la zona del litoral: Bay of Islands, Hauraki Gulf y Marlborough Sounds.

Auckland es la principal ciudad de Nueva Zelanda, aunque no es su capital. Tiene algo más de un millón de habitantes, la cuarta parte del total de Nueva Zelanda. Está situada entre dos grandes bahías, la de Waitemata, al norte, y la de Manukau, al sur, en las que se despliegan miles de velas. Sus principales rasgos identificadores son el puente y el cono de la isla volcánica de Rangitoto.

Auckland es una ciudad animada y cosmopolita, llena de restaurantes, hoteles y vida nocturna. Conserva algunos barrios encantadores, como el Parnell Village, de aire bohemio, con cafés, galerías de arte y tiendas de artesanía, el Tamaki Drive, el Orakel, donde viven los millonarios y el de Missiom Bay, una réplica de la Santa Mónica californiana, muy popular en verano.

En cuanto a las atracciones turísticas, están en las afueras y son: el Museo de Auckland, el Museo marítimo de Hobson Wharf, y sobre todo el Kelly Tarlton Underwater World & Antartic Encunter, que ofrece una de las visiones más impresionantes del mundo del mundo subacuático, incluyendo un acuario que reproduce las condiciones del casquete polar antártico. Son también muy atractivos los edificios coloniales como el Alberton Homestead o el Howick Colonial Village, una pequeña villa de mediados del siglo XIX, totalmente restaurados.

Merece la pena detenerse en las ciudades del norte, como Wellington, la capital, Hamilton, la principal ciudad interior del país o Whangarei, un paraíso para los amantes de las regatas y rodeada de maravillosas playas. En la capital no hay que perderse el Edificio del Parlamento, uno de los edificios de madera más grandes del mundo, los tranvías victorianos y Port Nicholson. –

Rotorúa y los geíseres son visita obligada. Se trata de una zona de aguas termales situada en el centro de la isla y su punto turístico más importante. La ciudad está al borde del lago Rotorúa, por el que se puede navegar. La zona termal más importante se encuentra en la Reserva de Whakarewarewa, con el géiser Pohutu, que entra en acción varias veces al día sin previo aviso y alcanza hasta 30 metros de altura. Junto a los géiseres, la principal atracción de Rotorúa es la cultura maorí (se ofrecen conciertos y hangis o festines maoríes).

Bay of Island situada al norte de la isla, es una de las principales atracciones turísticas del país. La bahía tiene 150 islas, y en ella se pueden hacer cruceros, nadar con los delfines, avistar ballenas o explorar la bahía en barco de motor o vela. Aquí se encuentran Waitangi, donde se firmó el acuerdo entre maoríes y europeos, y la pequeña ciudad de Pahía, centro de veraneo.

Isla del Sur.

Las ciudades de la isla del Sur tienen un carácter muy diferente a las del norte. Nelson, al norte, presume de reunir los mejores artistas y artesanos del país, de sus playas familiares y bien protegidas, y del cercano parque Nacional Abel Tasman, una de las zonas de senderismo más populares del país (destaca la ruta de la Abel Tasman Coastal Trak, que se hace en tres o cuatro días). Christchurch, la principal ciudad del sur, es la más inglesa de las ciudades neozelandesas, centrada en torno a la plaza de la catedral, muy rica arquitectónicamente y perfecta para pasear en bicicleta, a pie o en carruaje. Por último Dunedin, en la costa este, es una copia de Edimburgo y tiene un carácter marcadamente escocés en sus cafés, sus pubs, su arquitectura y sus centros artísticos y culturales.

El Monte Cook es la cumbre más alta de los Alpes meridionales. Desde Christchurch o desde Queenstown parten avionetas para conocer la zona, sus glaciares y sus grandes ríos. También es una zona de esquí en invierno.

Queenstown es la gran ciudad de los deportes de la Isla Zur. Se encuentra en las orillas del lago Wakatipu, que según las guías es uno de los más bellos paisajes de la tierra. Vive del esquí en invierno y en verano de las actividades en el lago y en los ríos circundantes (Shotover, Kawaru y Dart) donde se puede practicar rafting, boogey bording, jet-boating, bungy -jumping, heli- bungy, parapente, paracaidismo...

Desde Queenstown parten las rutas a los fiordos de Milford Sound y Doubtful Sound, que forman parte del parque Nacional de los Fiordos, una de las reservas naturales más grandes del planeta, con espacios aún vírgenes. De Milford Sound parte el Milford Track, considerado uno de los senderos alpinos más bellos del mundo.

Entre los puntos curiosos del país, se puede visitar Arrowtown, a 21 kilómetros de Queenstown, un pequeño pueblo de buscadores de oro, fundado en 1862, que se ha convertido en un paraíso para fotógrafos y artistas. Cerca se encuentran un verdadero pueblo fantasma, Macetown, y algunas viejas minas en las que se puede intentar encontrar alguna pepita con un cedazo, como los antiguos buscadores.

Una experiencia única es alojarse en las granjas rurales, como las de los alrededores de Te Anau y del Lago Wakatipu, en el sur. Es una forma de conocer la vida rural más genuinamente neozelandesa. Es fácil informarse a través de las oficinas de turismo locales. - El viaje a Nueva Zelanda hay que completarlo con la visita a la isla Stewart, con sólo 450 habitantes, situada al sur. Su gran atractivo es la naturaleza: aquí se pueden encontrar kiwis, el pájaro característico del país, pingüinos, focas y delfines. Se llega en ferry desde Bluff, al sur de Invercargill.

REGIONES: ISLAS COOK -TOKELAU -NIUE

DEPORTES

Nueva Zelanda está considerada como el paraíso para los amantes de los deportes y la vida al aire libre. Los ‘kiwis’, como se llama a los habitantes de Nueva Zelanda, practican cualquier tipo de deporte, desde viajar en globo hasta paracaidismo, parapente, conducción de lanchas motoras o rafting, por citar sólo algunos de los más practicados. Pero también es posible practicar muy fácilmente la pesca de río y en el mar, la natación, el buceo, el submarinismo, el alpinismo, el golf, el piragüismo, la caza, la vela, la equitación, el surfing, el fuera-borda, el esquí, el tenis, el squash, el ciclismo y mountain bike, el motociclismo, el senderismo o el piragüismo en aguas bravas... deportes todos ellos que cuentan con tantos seguidores como el cricket, el rugby, los bolos, cortar troncos o el croquet.

Pero sin duda, el gran deporte nacional es el rugby, donde destaca el equipo nacional con el sobrenombre de los All Blacks seguido por el netball. (una especie de baloncesto), que cuenta con un excelente equipo femenino nacional. Otra afición deportiva nacional es la navegación, con regatas internacionales como la Copa del Almirante y la Regata alrededor del mundo. Sólo hay que recordar los reciente éxitos en la Copa América.

Sin olvidar la afición a las carreras de caballos heredada de los británicos y al concurso completo y los Raid, donde han sido recientes campeones del mundo. También en la tradición británica, los neozelandeses practican masivamente el golf, para lo que cuentan con más de 400 campos, todos excelentes.

Y por último, hay que destacar la aportación que los neozelandeses han hecho en las últimas décadas en la invención de todo tipo de nuevos deportes, como el Bungee Jumping (puenting) que es un invento neozelandés imitado ya en todo el mundo

ISLAS COOK

CAPITAL varua (10.913 habitantes)

EXTENSION 240 Kilómetros cuadrados

POBLACION 20.000 habitantes

COMPOSICIÓN ÉTNICA Indios, micronesios, polinesios

IDIOMA Inglés y maorí de las Cook

RELIGION Protestantes 76,3%, católicos 10%, protestantes marginales 6%

GOBIERNO Cook tiene el estatuto de estado autónomo en libre asociación con Nueva Zelanda. El estado se rige por una constitución firmada en 1965 y posteriormente enmendada en el año 1981. El jefe de estado es el rey de Inglaterra, y existe también un representante

GEOGRAFIA

El archipiélago de las Cook lo forman quince islas que se ubican en el Pacífico sur, a 3.200 Kilómetros al noreste de Nueva Zelanda. Están diseminadas en dos millones de kilómetros cuadrados de superficie marina.

La formación de las islas más septentrionales es fruto de la formación de atolones coralinos. Ejemplo de éstas son Manihiki, Pukapuka y Rakahanga. Estas islas pertenecientes a la región septentrional del país, sólo suponen un 10% de su superficie.

Las meridionales en cambio son de origen volcánico, más grandes y en mayor conexión con el resto del mundo. La más grande es Rarotonga, y le siguen en superficie Magaia, Atiu, Mitiaro, Mauke y Aitutaki entre otras.

HISTORIA

Los primeros asentamientos humanos en las Cook probablemente se produjeron hace 1400 años. Aunque no existen documentos escritos hasta la llegada de los europeos, sabemos bastantes cosas de la historia de las islas gracias a la arraigada tradición oral.

La isla de Rarotonga, que siempre ha jugado el papel más importante, estaba divida en seis distritos dirigidos por seis diferentes familias. Los jefes más importantes eran los ariki, que gobernaban cada uno de los distritos y supuestamente contaban con la poderosa fuerza del mana, poder sobrenatural que despierta el respeto del pueblo.

Este poder se podía ganar o a veces perderlo si el ariki se comportaba de forma poco comprensiva o tomaba decisiones no compartidas por el pueblo. Otros personaje poderosos en la Ratonga preeuropea eran los taungas, especie de sabios encargados de diferentes especialidades, entre ellas los asuntos religiosos o la memorización de la historia y genealogía del pueblo.

Los primeros europeos en divisar las Cook fueron los españoles, en 1595. Visitadas por el capitán Cook más de un siglo después, las islas no estuvieron completamente exploradas hasta que se descubrió Rarotonga a finales del XVIII. Las islas no se unieron bajo el mismo nombre hasta su anexión a Nueva Zelanda.

Los primeros en establecer un cierto control sobre los indígenas fueron los misioneros, que fueron capaces de convertir a gran parte de los isleños en un tiempo récord. Consiguieron establecer la religión de la Biblia, hasta el punto de considerar extinguidos los cultos locales. Sin embargo, con la centralización del poder en Rarotonga las islas más pequeñas quedaron desatendidas y en ellas se han mantenido vigentes muchas de las tradiciones y cultos preuropeas. El sistema de gobierno continúo siendo el basado en los ariki.

Las enfermedades que los europeos trajeron consigo eran completamente nuevas para los indígenas, y los estragos que éstas provocaron entre la población fueron realmente serios. La población de las islas descendió dramáticamente hasta la entrada del siglo XX, cuando la población de las Cook era dos tercios menor que antes de la llegada de los europeos.

En 1901 las islas pasaron de manos británicas a neocelandesas. Los intentos de establecer un estado independiente fracasaron. Durante el siglo pasado, las islas permanecieron bastante ignoradas por el resto del mundo excepto en la II Guerra Mundial, cuando los americanos establecieron allí alguna pista de aterrizaje.

La política exterior de las islas es manejada por Nueva Zelanda y los ciudadanos de las Cook son a todos los efectos neocelandeses.

CULTURA

Las costumbres y tradiciones de las Islas Cook, si bien han quedado bastante «camufladas», permanecen vivan y se practican por la mayoría de los nativos. En las calles veremos que todo el mundo viste al estilo occidental y que las edificaciones no resultan especialmente exóticas.

Sin embargo el funcionamiento general de la vida de las islas está claramente marcado por concepciones y actitudes heredades de la forma de vida de sus ancestros. Todos forman parte de algún clan y están todavía relacionados con un ariki. Esto marca además las forma de gestión de los terrenos, que siguen ser propiedad de nadie, estando siempre en un régimen parecido al arrendamiento.

Todavía se celebran las ceremonias tradicionales cuando hay cambio de jefe en la tribu, utilizando los trajes tradicionales. Veremos además que muchas tumbas están instaladas en las proximidades de las casas, ya que los espíritus no se consideran fantasmas, sino que se asume con toda naturalidad que siguen cohabitando con los vivos.

FIESTAS

1 de Enero: día de año nuevo.

Segunda Semana de Febrero: Festival de la Semana Cultural. Exposiciones de artesanía y competiciones diversas.

Tercera semana de Abril: Semana de la Danza. Espectáculos y concursos de baile celebrado en Rarotonga en el que participa gente de todas las islas.

4 de Agosto: en las semanas anterior y siguiente a este día se celebra la independencia de las Cook, lograda en el año 1965. Hay festejos de todo tipo, actuaciones musicales, exp osiciones, etc.

Principios de Octubre: se celebra un maratón en el que se recorre toda la isla. Todo el mundo está invitado a participar

26 de Octubre: Día en que se conmemora la llegada de los misioneros británicos a la isla

Tercera semana de Noviembre: Semana Floral. Durante estos día todo s e decora con flores, incluidos barcos y tiendas

25 de Diciembre: Día de Navidad

26 de Diciembre: Boxing Day. Toda la comida sobrante de la cena de noche buena se distribuye entre los pobres.

CLIMA

El clima de las islas es muy parecido al de las vecinas Hawai, aunque al estar unas al sur y las otras al norte, las épocas de las estaciones no coinciden. Las temperaturas no varían demasiado a lo largo del año, manteniéndose entre los 20 y 30 ºC. Aunque en cualquier momento puede darle por llover, los periodos lluviosos nunca son demasiado largos. Los meses menos lluviosos son los que van de junio a septiembre, aunque las temperaturas son también una pizca más bajas.

Como en muchas islas del Pacífico, los huracanes no son un fenómeno demasiado extraño. La época en que este fenómeno es más común es entre noviembre y marzo. La verdad es para ir a las Cook no hay que elegir una época determinada, ya que todo el año el clima resulta bastante benigno.

DOCUMENTACION

Con tener un pasaporte en regla, cualquier persona de cualquier nacionalidad tien e garantizada una autorización para permanecer durante treinta y un días en las Isla s Cook, siempre que demuestre estar en posesión de un billete para proseguir el viaje , o regresar al país de origen. Obtener ampliaciones no suele ser complicado. Si demostramos autosuficiencia financiera. La única embajada que las Cook tienen en Europa está en Noruega.

DINERO

La moneda de las Cook es el dólar de las Cook, pero su cotización es siempre la del dólar neocelandés, ya que en realidad son la misma moneda. Incluso podemos utilizar billetes neocelandeses en las islas, aunque las monedas no son aceptadas.

Es importante cambiar el dinero a nuestra moneda habitual al sal de las islas, ya que es difícil obtener cambio en otros países, excepto en Nueva Zelanda.

Las tarjetas más adecuadas para llevar a las Cook son la Visa y las MasterCard, que se aceptan en casi todas partes. En hoteles también aceptarán la American Express o la Dinners Club.

Las islas Cook no son un lugar barato, pero comparadas con otros archipiélagos de Polinesia, no resultan nada caras. Hay que tener en cuenta que las islas son incapaces de autoabastecerse, y que el traslado de la mercancía hasta ellas resulta muy costoso.

DESPLAZAMIENTOS

Cómo llegar.

Viajar a Rarotonga es básicamente ir todo lo lejos que se puede ir. Por ello resulta interesante hacer un buen plan antes de salir, analizando muy bien cuál es el vuelo que más interesa, y echando una ojeada a los «Round th World Tickets», que pueden resultar más baratos y darnos la oportunidad de conocer otros lugares. Hay una tarifa muy interesante desde Frankfurt para una línea regular Frankfurt- Rarotonga operada por Air New Zealand, que sorprendentemente cuesta algo más de 100.000 ptas. Este vuelo hace escala en Los Angeles.

Cómo moverse en el interior.

La única compañía que opera vuelos entre las diferentes isla es Air Rarotonga, que dispone tan solo de tres aviones. Las conexiones con las islas del norte son muy poco frecuentes, mientras que será más sencillo trasladarnos a otras islas del sur desde Rarotonga (Atiu, Mitiaro, Mauke, Aitutaki y Mangaia).

Existen servicios de barcos que comunican las diferentes islas, pero no son de fiar dada la dificultad de los puertos, la escasa demanda, la antigüedad de los barcos, etc. Un viaje entre una y otra isla del mismo archipiélago puede llevar una noche. Ir de las islas del norte a las del sur o viceversa implica tres días de navegación.

GASTRONOMIA

La comida es un problema en las Cook. La mayor parte de la comida envasada viene de Nueva Zelanda y es carísima. Para ahorrar un poco de dinero lo mejor es llevarse desde casa algo de comida, o bien elegir las pocas cosas que se producen en la isla como algunas frutas y verduras. Los bollos y el pan tampoco son demasiado caros. En la mayor parte de los alojamientos de las Cook hay una cocina, con lo cual no habrá problemas para preparar nuestros propio guisos.

Si vamos a alguna isla fuera de Rarotonga, es también importante hacerse con provisiones, no solo porque los precios son aún más altos, sino porque existe la posibilidad de quedarse sin comer.

Existen algunos platos típicos que podemos degustar en restaurantes especialmente en Rarotonga. La raíz de mandioca, el kuru o fruta-pan (cocinada de muchas maneras), el pulpo, la kumura (patata dulce) o el taro.

SALUD

Las Cook son un lugar bastante saludable, donde ni los visitantes ni los locales suelen tener demasiados problemas de salud. No se requiere ninguna vacuna para entrar en el país, aunque se recomienda el tétanos. Si no abusamos del sol, tenemos cuidado con la fauna y flora marina y vigilamos que los alimentos que tomamos estén en buen estado, no tiene por qué pasarnos nada.

SEGURIDAD

Como en todas partes, en las Cook hay algún que otro "chorizo", pero es probablemente uno de los lugares más seguros del mundo y sus gentes son atentas y amables por lo cual no debemos preocuparnos demasiado por robos o atracos, si bien es más recomendable usar el sentido común y mantener nuestros objetos personales a nuestro alcance y bien vigilados.

COMPRAS

Las Cook pueden resultar baratas comprar objetos electrónicos y otros productos importados, ya que es una zona libre de impuestos. Todavía más baratos son los objetos de artesanía fabricados en la isla, tales como cestas, faldas tejidas con hierbas locales, sombreros y otros objetos artesanales. También son muy curiosas las tallas en madera.

Hay más cosas interesantes que comprar en las Cook. Por ejemplo, los aficionados a la filatelia encontrarán sellos difíciles de encontrar en otras partes del mundo. Los interesados en las joyas también podrán adquirir preciosas perlas, eso sí, a precio de oro. También es interesante la moda de la isla, con exóticas faldas y colores tropicales.

LUGARES

Isla de Rarotonga.

Es la isla más grande y la más habitada, donde se encuentra la capital. Mucha gente nunca llega a saber de la existencia de otras islas, y es que realmente, conociendo esta, no dan ganas de ir a ninguna otra parte.

Rarotonga es realmente un lugar paradisiaco, donde todo es tan bonito y está tan bien colocado que parece una especie de jardín, atendido cuidadosamente por un cualificado equipo de botánicos. Las montañas y los lagos, los valles, las playas blancas, ... Rarotonga es realmente un lugar único en el mundo.

En esta isla, las más turística de las Cook, hay montón de lugares que visitar. Arorangi, en la costa oeste, es el primer pueblo misionero de la isla, que sirve de patrón para otras poblaciones de las islas. Merece la pena una visita a la iglesia, al Serenity Art Studio y al pico de Raemauru.

La isla tiene un montón de atractivos más. El lago Muri, el puerto de Avana, Matavera, las numerosas playas y la posibilidad de practicar todo tipo de deportes acuáticos además del golf, el tenis o el squash, hacen de Rarotonga la isla más atractiva para el turismo.

Aitutaki.

El lago de Aitutaki es uno de los lugares más cautivadores de las islas. Está lleno de vida acuática y es un lugar ideal para sumergirse. Tiene varios bancos de arena y unas cuantas islas. Todas las playas de la isla son preciosas, aunque se echa de menos un poco de profundidad para nadar más cómodamente. Una de las más visitadas es la de Tapuaetai, con su agua absolutamente cristalina tal y como nos la imaginamos en un paraíso.

Northern Cook Islands.

El archipiélago norte está poco habitado. Las islas son atolones, generalmente de forma circular con su lago interior. Normalmente a estas islas se llega por barco, ya que por aire no hay conexiones regulares. Están muy aisladas y dada su escasa extensión, su abastecimiento resulta caro y complicado. No son lugar propicio para el turismo y cada vez están más despobladas, aunque indudablemente se corresponden con el concepto occidental de lugar de vacaciones, con blanquísimas playas, aguas poco profundas, clima suave todo el año...

DEPORTES

Cook es uno de los paraísos del submarinismo. Las aguas limpias y claras de sus atolones son el lugar ideal para presenciar la vida marina. Las isla son también magnífico escenario para la práctica de todos los deportes relacionados con la navegación , incluido el windsurf.

Una de las actividades más usuales es el llamado «Lagoon Cruise», en que se dedica un día entero a cruzar el lago del atolón, parando en los lugares más interesantes y almorzando el pescado obtenido cocinado a la parrilla en una barbacoa improvisada. Otro deporte de incipiente popularidad es el llamado puente (Ski Diving o Bungie Jumping), que se practica cada vez más en Nueva Zelanda y el cual podemos experimentar en Cook por aproximadamente el mismo precio.