Universidad Nacional del Nordeste- Tecnicatura en Turismo-


sábado, 23 de octubre de 2010

Trabajo Práctico Nº3- Informe de Relevamiento y Evaluacion de Destinos

America del Norte

Canadá


Nombre oficial: Canadá
Superficie: 9.975.000 km²
Población: 31.280.000 hab.
Capital: Ottawa (1.010.500 hab.)
Nacionalidades y etnias: 28% de origen británico, 23% de origen francés, 3% de origen italiano, 2% aborígenes y minorías de otras procedencias
Idioma: inglés, francés y 53 lenguas nativas
Religión: 45% católicos, 36% protestantes, 18% otros
Régimen político: monarquía constitucional

PIB: 774.000 millones de dólares
PIB per cápita: 25.000 dólares
Crecimiento anual: 3%
Inflación: 3%
Principales recursos económicos: minerales procesados y sin procesar, productos alimentarios, madereros, de papel y químicos, equipamientos de transporte, pesca, petróleo y gas natural
Principales socios comerciales: Estados Unidos, Japón, Unión Europea (Reino Unido, Alemania, Países Bajos), China y Corea del Sur.

Visados: los viajeros procedentes de la UE no necesitan visado si su estancia no supera los tres meses. Sí lo necesitan aquéllos procedentes de Portugal, República de Sudáfrica, Hong Kong (excepto los que tengan un pasaporte SAR), Corea del Norte, Taiwán, algunos países de Europa del Este y países en vías de desarrollo. El sello de entrada para una estancia inferior a seis meses es gratuito.
Condiciones sanitarias: óptimas
Hora local: existen seis zonas horarias distintas, entre GMT-5 y GMT-9
Electricidad: 125V, 60Hz
Moneda:Dólar canadiense
Turismo: 50 millones de visitantes al año; el 90% procede de Estados Unidos

Otawa
La capital de Canadá se extiende a la orilla sur del río Ottawa, en el extremo este de Ontario. Es la ciudad sede del gobierno, y se caracteriza por los edificios del Parlamento, de estilo neo-gótico. Se oye mucho hablar francés, puesto que los funcionarios deben ser bilingües. No hay demasiadas cosas excitantes para hacer en Ottawa, aparte de estar en una capital, pero el aire está limpio, las calles son anchas, abundan los parques públicos y los ciudadanos parecen gente feliz y saludable pues corren o van al trabajo andando. En la ciudad hay numerosos edificios impresionantes, como suele ocurrir en la mayoría de capitales: el Museo de la Guerra (con una réplica a tamaño real de una trinchera de la Primera Guerra Mundial), el Royal Mint, varias casas habitadas por ministros y museos que hacen justicia de los iconos del país: naturaleza, aviación, ciencia y tecnología, esquí y agricultura. Ottawa alberga también la colección de arte más importante del país en la National Gallery, que muestra una selección de obras norteamericanas y europeas. En verano la ciudad se llena de color con los uniformes rojos de la Royal Canadian Mounties, la policía montada.
El Rideau Canal divide el centro de Ottawa en la orilla este y la oeste. En la parte este se encuentran numerosas casas de huéspedes, muchas de ellas con un importante patrimonio. Los moteles se agrupan en Rideau Street al este, y en Carling Ave en la orilla oeste de la ciudad. Byward Market, al este del canal, concentra lugares baratos para comer, y la en la parte oeste hay restaurantes más caros.

Toronto
La ciudad más grande de Canadá se caracteriza por su multiculturalismo. En sus calles se pueden escuchar más de 100 idiomas y se estima que el 40% de la población nació fuera del país. El símbolo que identifica a la ciudad es la CN Tower, la estructura independiente más alta del mundo. Harbourfront es un buen lugar para dar un paseo o comer en un almacén restaurado. La ciudad tiene un montón de buenos museos, desde el Bata Shoe Museum (museo del calzado) hasta el Jockey may of Fame, que se encuentra en un hermoso edificio. Algunos de los edificios mejor conservados pueden verse en York Old Town, con una colección de arquitectura doméstica incomparable en Cabbagetown. Y a tan sólo dos horas en automóvil se encuentra una de las atracciones más famosas, especialmente para los norteamericanos, las Cataratas del Niágara.

Montreal
La pasión y el orgullo están tan arraigados en esta elegante isla bilingüe como profundas son las aguas que la circundan. Fundada en el celo religioso y como centro para el comercio de pieles, Montreal vivió las luchas entre británicos y franceses pero, afortunadamente, hoy tan sólo se libran en las urnas.
El Mont Royal, con 232 m, es la montaña más alta de la zona y de ella proviene la denominación de la ciudad. La parte antigua de Montreal presenta algunas joyas arquitectónicas del siglo XVIII, como el museo de arqueología e historia de Pointe-à-Callière. Cuando el tiempo empeora (el invierno en esta ciudad es famosa por sus inclemencias climáticas), el refugio adecuado es su acogedor laberinto subterráneo de restaurantes, tiendas y bares.
La mayoría de los hoteles se encuentran en la parte oeste del centro de la urbe, pero conseguir una habitación durante el verano o Navidad es casi una batalla. La vida nocturna en Montreal es bastante agitada y se define por dos estilos diferentes, el inglés y el francés. Además, ésta es la ciudad donde los locales nocturnos cierran más tarde. En los últimos años, los mejores clubes se han ido estableciendo alrededor del Plateau, al extremo sur del núcleo urbano.

Vancouver
Esta ciudad, una de las más bellas del país americano, conquista el corazón del viajero sin mayores esfuerzos. Desde la colina sobre la que está construida, o desde los muchos puentes que la cruzan, se disfruta de impresionantes vistas del océano Pacífico, la bahía y la propia urbe. El clima es suave, según los parámetros canadienses, y se respira un ambiente despreocupado y alegre al estilo californiano que hace que incluso sus vecinos estadounidenses se deshagan en alabanzas. El centro de la ciudad ofrece un vivo mosaico de interesantes atractivos para los turistas, y que abarca desde el renovado encanto victoriano de la zona antigua de Gastown hasta los frondosos espacios del parque Stanley, uno de los más grandes del mundo dentro de una metrópoli. Vancouver dispone también, a muy corta distancia, de famosas playas de arena donde practicar el surf, como la Wreck Beach, y de numerosas posibilidades para realizar excursiones, descender en aguas bravas o ir de picnic en la misma ciudad. En los alrededores se halla la isla de Vancouver, donde puede procederse a la observación de ballenas y disfrutar de innumerables maravillas naturales. Huelga añadir que, en verano, Vancouver rebosa de visitantes.

Montañas Rocosas
Situadas a lo largo de la frontera entre Alberta y la Columbia Británica, las Montañas Rocosas están situadas dentro de dos parques nacionales gigantes: el Banff, al sur, y el Jasper, al norte. El Parque Nacional Banff fue el primer santuario oficial de la vida salvaje en Canadá, y hoy en día la ciudad que le dio nombre se ha convertido en el primer centro turístico del país, tanto en verano como en invierno, aunque el Parque Nacional Jasper sea más extenso e inexplorado.
El magnífico lago Moraine, de aguas azul turquesa, se encuentra en Banff; a pesar del peligro de convertirse en una de las imágenes más explotadas del país, no deja de ser una de las más bellas atracciones naturales de Canadá. Los parques Banff y Jasper están unidos por el Columbia Icefield, un gran bloque de hielo del período glaciar, formado por unos treinta glaciares. Esta zona ofrece otras opciones, como pasear a través del parque natural, bañarse, visitar cuevas, ir de acampada, hacer excursiones, descender en canoa, bañarse en fuentes de agua caliente o escalar montañas. Las Montañas Rocosas, quintaesencia de Canadá, ofrecen también multitud de lugares para alojarse a precios que, generalmente, son más bajos en los lindes del parque Jasper.

Las Grandes Llanuras
Desde la base de las Montañas Rocosas y en dirección a Alberta, Saskatchewan y Manitoba, se extienden las amplias mesetas canadienses en el corazón del territorio, cubiertas de dorados trigales y girasoles. No es extraño oír a los lugareños quejarse de que, a pesar de la belleza de las Montañas Rocosas, éstas les impiden contemplar el paisaje. Entre las zonas de interés más populares de Alberta se encuentra el curiosamente denominado patrimonio de los indios Pies Negros, formado por el Head-Smashed-In Buffalo Jump, cerca del fuerte Macleod. El Parque Nacional Riding Mountain, con 3.000 km2 de superficie, es un oasis arbolado entre las praderas de Manitoba, donde pasean tanto bisontes como ciclistas. En la región de Saskatchewan, las praderas se alternan con parques nacionales de nombres evocadores, y existen más rutas en canoa que carreteras. Yorkton, población situada al norte del parque provincial del lago Crooked, es una de las sorpresas que depara esta zona. Aquí las iglesias con cúpulas de cebolla reflejan la herencia de la cultura ucraniana. Al sur de este pueblo se emplaza el diminuto Rocanville, uno de los municipios especializados en el cultivo en círculo más modernos de Canadá.

Juegos Nórdicos del Ártico
La fría Inuvik, ciudad emplazada en el extremo norte y claro ejemplo del clima glacial propio de Alaska, suele albergar los Juegos Nórdicos del Ártico. En esta celebración lúdico-deportiva destacan los deportes tradicionales de los dene y los inuit; asimismo, se organizan concursos y bailes y existe una zona donde se exhibe la artesanía local. Otra de las actividades de estos juegos se basa en un concurso denominado La buena mujer, donde se evalúan las habilidades de las lugareñas en actividades consistentes, por ejemplo, en desollar animales.

Museo de la Patata en la isla del Príncipe Eduardo
En el puesto rural fronterizo de la isla del Príncipe Eduardo (PEI), en el extremo este de Canadá, la ciudad de interior O'Leary recompensa a sus visitantes con el Museo de la Patata de PEI, donde se encontrará toda la información existente de este tubérculo, base de la dieta irlandesa. Un curioso dato informa de que el 85 % de las patatas cultivadas en América del Norte acaban siendo fritas. El museo alberga diversos edificios históricos e incluye un restaurante especializado en cocina a base de este alimento.

Reserva Natural de Narcisse
La ciudad de Narcisse, en Manitoba, es el lugar de reunión de los amantes de las serpientes, ya que en la provincia habitan más de 10.000 de estos reptiles. El lago Manitoba está considerado el lago Ness canadiense, pues los lugareños aseguran haber visto una criatura gigante con forma de serpiente y cabeza de caballo que moría a manos del gobierno al amparo de la noche y que, posteriormente, había sido trasladada en un camión a un paraje desconocido. Sea verdad o no, hay que tener en cuenta que desde los años setenta se han explicado muchas historias de este tipo.

Parque provincial Wells Gray
A través de la autopista Yellowhead se accede a las montañas de Cariboo, en la Columbia Británica; forman el inmenso parque virgen Wells Gray, uno de los menos visitados del país. De las muchas y bellas cascadas que en él se encuentran, las más espectaculares son las cascadas Helmcken del río Murtle, con una caída de 137 m.


Accesibilidad:

Patrimonios de la Humanidad:
- 1978 - Parque nacional histórico de L’Anse aux Meadows

- 1978 - Parque nacional Nahanni

- 1979 - Parque provincial de los Dinosaurios

- 1979, 1992, 1994 - Tatshenshini-Alsek, Parque Nacional de Kluane, Parque Nacional y Reserva de Wrangell-St.-Elias, y

- 1981 - Sector del Precipicio de los Bisontes 'Head-Smashed-In Buffalo Jump Complex'
- 1981 - Isla Anthony

- 1983 - Parque nacional Wood Buffalo

- 1984, 1990 - Parque de las montañas Rocosas canadienses

- 1985 - Distrito histórico de Quebec

- 1987 - Parque nacional Gros Morne

- 1995 - Ciudad vieja de Lunenburg

- 1995 - Parque Internacional de la Paz Glacier-Waterton

- 1999 - Parque de Miguasha

- 2007 - Rideau Canal

- 2008 - The Joggins Fossil Cliffs


Estados Unidos

CAPITALWashington D.C., aunque con 607.000 habitantes no es la ciudad más grande del país. Ésta es Nueva York (8 millones), seguida por Los Ángeles (3,8 millones) y Chicago (2,9 millones).
EXTENSION 9.629.091 kilómetros cuadrados (19 veces más grande que España).
POBLACION 290,8 millones de habitantes.
COMPOSICIÓN ÉTNICA Los blancos son la etnia mayoritaria. El segundo grupo racial en importancia son los hispanos (13%), seguidos de cerca por los negros (12,7%). También existe un 4,4% de asiáticos y polinesios y un escaso 1'5% de indígenas americanos.
IDIOMA
La lengua oficial es el inglés. El español es hablado por una creciente minoría. Las distintas comunidades de inmigrantes de Europa y Asia conservan en algunos casos sus lenguas maternas.
RELIGION
Protestantes, 52%; católicos, 25%; musulmanes, 2% y judíos, 1,7%. Un 10% de la población se declara aconfesional.
GOBIERNO EEUU es una república federal presidencial que se divide en 50 estados y un Distrito Federal con alto grado de autogobierno y su propio sistema electoral y judicial. El presidente se elige por un periodo de cuatro años, y es reelegible en el cargo sólo una vez más. Se independizó de Reino Unido el 4 de julio de 1776. La Constitución en vigor data de 1787.
GEOGRAFIA
Estados Unidos es el tercer país más grande del mundo después de Rusia y Canadá y el tercero más poblado, tras China e India. Limita al norte con Canadá, al este con el océano Atlántico, al sur con México y al oeste con el Pacífico. En tan vasto territorio tienen cabida desde altas montañas como las Rocosas hasta playas paradisíacas como las californianas o desiertos interminables como los de Arizona o Nevada. En este amplio territorio se cultiva la mitad del maíz del mundo, un tercio del algodón y se produce un 60% del petróleo del planeta.
El principal accidente geográfico del país son las Montañas Rocosas, uno de los más elevados sistemas montañosos del mundo, que recorren el oeste del país de norte a sur, desde Nuevo México a Montana (6.400 kilómetros), si bien el pico más alto del país está en Alaska (Mt. McKinley, 6.194 metros). La otra gran cordillera, con la misma disposición norte a sur, son los Apalaches, que corren paralelos a la costa atlántica desde el Golfo de México hasta la península de Labrador (1.800 kilómetros) y no superan los 3.000 metros de altitud. Entre ambas cadenas montañosas se extienden las Grandes Llanuras, una inmensa superficie sin apenas elevaciones.
Con esta disposición topográfica, el país disfruta de diversos climas y ecosistemas, que van desde los bosques tropicales de Florida a los parques nacionales cubiertos de bosques de Colorado a los desiertos de los estados fronterizos con México o los duros inviernos continentales del norte y las tundras de Alaska.
El sistema fluvial es extenso y complicado, destacando fundamentalmente el Mississippi-Missouri, que drena todo el área central de las grandes praderas. Otros ríos importantes son el Colorado, el Ohio, el Sacramento, el Hudson, el Columbia o el Michigan. En la frontera con Canadá se encuentran los lagos Michigan, Superior, Hurón, Erie, y Ontario que ocupan una superficie mayor que la mayoría de los estados europeos. Los ríos y canales que unen los lagos al Océano Atlántico convierten a ciudades interiores como Chicago y Detroit en importantes puertos.
HISTORIA
Todo parece indicar que los primeros pobladores del continente americano eran cazadores de mamuts que llegaron durante la era de las glaciaciones desde Siberia por el lugar en que hoy se encuentra el estrecho de Bering, en aquella época helado (hace aprox. 14.000 años). Estos primeros americanos fueron avanzando hacia el sur del continente hasta colonizarlo por completo 2.000 años después. Antes de que los europeos llegasen a esta parte de América, concretamente al territorio de Delaware en 1497, el continente se encontraba poblado por diversos grupos de indios en un estado de civilización diverso, pero claramente menor que otros grupos indígenas del sur del continente como los mayas o los incas. El norte estaba poblado por tribus de iroquineses, delawares, powhatan, algonquinos, arapahoes, crow y cheyenes, entre otras.
El primer contacto de los europeos con Norteamérica se produjo probablemente hacia el año 1000, cuando el explorador vikingo Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, llegó a las costas de la península de Labrador. Sin embargo habría que esperar para su asentamiento hasta el descubrimiento de América por Colón, al que siguieron otras muchas expediciones a través de territorio norteamericano que se sucedieron entre 1497 y 1586 por parte de españoles (Florida), holandeses (Nueva Amsterdam, la futura Nueva York), franceses e ingleses, que son los que finalmente se impusieron.
En 1607 el capitán John Smith había fundado la colonia de Virginia en Jamestown y en 1620 se produjo el desembarco de los peregrinos del Mayflower en Plymouth, huidos de Europa por su integrismo religioso, que daría lugar cuatro años después a la fundación por los puritanos de Boston. En 1638 los suecos se establecieron en Delaware; en 1682 William Penn fundó la colonia cuáquera de Pensilvania y en 1718 los franceses fundaron Nueva Orleans, dentro de la Luisiana que en 1764 pasaría a manos españolas. Al otro lado del continente los españoles comenzaron hacia 1770 a establecer misiones en la costa de California.
Con este panorama, la nación fue formándose bajo la corona británica, pero con una enorme variedad de gentes, culturas y gobiernos. El aumento de las protestas contra la presión fiscal británica provocó en 1773 el llamado Motín del Té, en Boston, que sería el detonante de la Guerra de Independencia, que comenzó en el año 1774, con el Congreso Continental de Filadelfia, en el que se redactó una lista de agravios dirigida al Gobierno de Londres. Al ser rechazada, comenzaron los enfrentamientos armados, declarándose la guerra contra la metrópoli en 1775, con George Washington al mando del ejército independentista. Apoyadas por fuerzas españolas, francesas y holandesas, las 13 colonias americanas consiguieron al fin ganar la guerra en 1783 y que Inglaterra reconociera su independencia por el Tratado de París.
En 1788 se firmó la Constitución y George Washington asumió la Presidencia de Estados Unidos de América un año después. En 1801, Washington pasó a ser la capital del Estado, con Thomas Jefferson a cargo del Gobierno. Poco a poco nuevos estados se van anexionando a la unión: Luisiana de manos francesas, Nuevo México, California, Arizona y Texas de manos mexicanas y Florida de manos españolas.
La desunión entre los estados crece y en 1861 estalla la Guerra de Secesión entre el norte industrial y abolicionista y el sur agrícola y esclavista que se prolongará hasta 1865, cuando el presidente Lincoln consigue devolverlos a la unión con un ambicioso plan de recuperación económica. En 1867 EEUU compró Alaska a Rusia. En 1869, se inauguró el ferrocarril transcontinental que sería decisivo en la conquista del Oeste y en la progresiva incorporación de nuevos estados. En 1898 se produjo la anexión de Hawai como territorio de EEUU y en 1899 España cedió a EEUU Puerto Rico, Guam y Filipinas, quedando la Unión establecida en 50 estados.
En el siglo XX, la historia contemporánea de Estados Unidos ha transcurrido en un progresivo aumento de su influencia, hasta alcanzar el indiscutible liderazgo en la economía y la organización del mundo, actuando decisivamente en ambas guerras mundiales, adoptando un papel decisivo en todos los organismos internacionales y, en demasiadas ocasiones, interviniendo en otras naciones con objeto de proteger sus propios intereses estratégicos, ideológicos y comerciales. Esta hegemonía estuvo a punto de peligrar con el 'crack' de 1929, cuando la bolsa de Nueva York cayó hasta mínimos históricos, sumiendo en la pobreza a millones de familias. La estabilidad económica no volvió a recuperarse hasta bien entrada la década de los treinta, cuando el presidente Roosevelt implantó el modelo económico del 'New Deal', inspirado en las teorías del eminente economista Keynes.
En 1941 el ataque japonés contra Pearl Harbor es el principio de la participación de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, lo que daría lugar a la bipolaridad tras la derrota nazi entre las dos superpotencias: EEUU, capitalista, y la URSS, comunista. A ello siguió más de 40 años de fricciones hasta que en 1991, con el desmoronamiento del bloque soviético, se dio por finalizada la Guerra Fría. Mientras, los intentos de la URSS por adherir países a la órbita comunista y los deseos de EEUU de mantenerlos bajo su tutela da lugar a conflictos en terceros países en los que ambas potencias apoyan a uno u otro bando en sangrientas guerras civiles (Afganistán, Nicaragua, El Salvador, Granada, Zaire, etc).
La guerra de Vietnam (1961-1973), en la que EEUU intentó impedir que el partido comunista liderado por Ho Chi Mihn implantara un sistema prosoviético es, hasta la fecha, la única ocasión en que el poderoso ejército de "marines" fue derrotado, en este caso por la guerrilla comunista. La inútil muerte de jóvenes soldados, la crueldad hacia el pueblo vietnamita y su condición de primera guerra cubierta en directo por los medios de comunicación, mostrando a todos los telespectadores sus horrores, calaron en la conciencia de los jóvenes 'hippies' de la época, seguidores de la 'contracultura' que, con sus manifestaciones y actos de protesta, alzaron la voz contra la política internacional de su país.
Estas protestas pacifistas y críticas coincidieron con el asesinato en 1963 del presidente demócrata J.F. Kennedy, la llegada del hombre a la luna en 1969 y la lucha de los afroamericanos contra la segregación de la que eran objeto. Líderes de la comunidad negra como Martin Luther King o Malcom X (ambos asesinados)lucharon contra la discriminación racial en el supuesto país de la libertad y las oportunidades. La década de los setenta vería también el desvelamiento de la trama de corrupción del presidente Nixon, el famoso 'Watergate', destapada por dos periodistas del New York Times.
Tras el mandato de los republicanos Ronald Reagan y George Bush, en el que el intervencionismo -sobre todo en países de Centroamérica y de Oriente Medio- alcanzó un alto grado, el demócrata Clinton intervino para frenar las matanzas en Haití y la ex-Yugoslavia, aunque escándalos de índole sexual ensombrecieron su mandato. Tras unas elecciones tachadas de irregulares George W. Bush accedió al poder en el 2000. Tras el atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001 Bush se lanzó a una serie de guerras con el objetivo de mantener la hegemonía estadounidense en el mundo (Afganistán, Irak). Una hegemonía basada en el poder económico, el control de los puntos estratégicos, el avance científico y tecnológico y el colonialismo cultural.
CULTURA
Estados Unidos es un país constituido por muy diversas etnias, procedentes de los cinco continentes, en uno de los principales movimientos migratorios de la historia de la humanidad. Negros, blancos, asiáticos, judíos e hispanos conviven en este vasto país en el que la mezcla de culturas, razas y costumbres, conocido como 'melting pot', es un hecho marcado y diferencial.
No obstante, la etnia dominante son los anglosajones, descendientes del espíritu de los pioneros puritanos del Mayflower, que construyeron una nación basada en la libertad y las oportunidades -si bien éstas siguen siendo una ficción en muchas ocasiones para los no anglosajones-, pero también en un fuerte sentimiento religioso casi fanático y en el culto al dólar. Estos conceptos, unidos al gusto por la comodidad, la sencillez, el arraigado sentimiento patriótico que propicia el desconocimiento del resto del mundo, el desenfrenado consumismo, el gusto por lo descomunal, la cultura de "masas" y la ingenuidad conforman el llamado "american way of life", una forma de concebir el mundo y la existencia que, para bien o para mal, ha calado en el resto del planeta. La cultura americana ha tenido una enorme influencia en el resto del mundo, sobre todo a través de la industria cinematográfica, que ha exportado modos de vida, valores y referencias culturales a todo el planeta, y a través de la televisión, la radio, la publicidad y todas las formas de entretenimiento. Los grandes artistas norteamericanos son sin duda los directores y actores cinematográficos, pero no hay que ovidar una literatura riquísima, con escritores como Walt Whitman, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne, Emily Dickinson, Henry James, Edith Wharton, William Faulkner, Ernest Hemingway, Mark Twain, Jack London, Scot Fitzgerald, John Dos Passos, John Steinbeck, Jack Kerouac, Arthur Miller, Henry Miller, Saul Bellow, John Updike, Truman Capote, William Burroughs, Paul Bowles, Charles Bukowski, Toni Morisson o Richard Ford.
En arquitectura destaca la genialidad de Frank Lloyd Wright, patente en edificios como el Museo Guggenheim de Nueva York o la preciosa Casa sobre la Cascada. En las artes plásticas, en el siglo XIX destacan Whistler y Simpson. Después de la II Guerra Mundial despuntaron Jackson Pollock y Mark Rothko, representantes del expresionismo abstracto. El movimiento pop americano moderno tiene como representantes genuinos a Andy Warhol y Roy Lichtenstein. Los postmodernos están representados por el neoexpresionismo de Susan Rothenberg y el neoabstracto de Elizabeth Murray. Forman parte también de la arquitectura norteamericana las iglesias blancas rurales de Nueva Inglaterra, las misiones españolas de California o los pueblos de adobe de Nuevo México.
La música es otro de los grandes hallazgos culturales estadounidenses, en la mayoría de las ocasiones basada en la música popular de los esclavos africanos, que derivó en géneros tan variados como el jazz (Charlie Parker, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Billie Holliday, Louis Armstrong, las 'big-band' de los años veinte y treinta y, en tiempos más recientes, Pat Metheny, Al di Meola o los siempre exquisitos Steely Dan), el soul (Otis Redding, Marvin Gaye) o el funk (Sly and the Family Stone). El blues, nacido en Nueva Orleans y a orillas del Mississippi, ha dado grandes figuras como John Lee Hooker, Robert Johnson, Howlin' Wolf, Stevie Ray Vaughan o B.B.King.
El rock, nacido en los cincuenta con Little Richard y Elvis Presley, ha encandilado a millones de jóvenes y no tan jóvenes en todo el mundo gracias sobre todo a las grandes bandas y solistas de los sesenta y setenta: The Doors, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Janis Joplin, Frank Zappa, Alice Cooper, Credence Clearwater Revival, Velvet Underground, Lou Reed, Grateful Dead, Crosby, Stills and Nash, Steve Miller y tantos otros. En los ochenta y noventa destacan Los Ramones, Jane's Addiction, Guns N'Roses, Nirvana, Nine Inch Nails y los reyes del pop Madonna y Michael Jackson.
FIESTAS
Las fiestas más típicamente americanas son la de Acción de Gracias, una comida familiar celebrada el último jueves de noviembre en la que se toma pavo asado en recuerdo de los peregrinos del Mayflower y las Navidades, que se celebran con numerosas fiestas, adornos en las calles y en las casas y la presencia masiva del personaje de Papa Noel. También es genuinamente americana la fiesta de Halloween, el 31 de octubre, con calabazas, disfraces de brujas, fantasmas y otros personajes de películas de terror y muchas tradiciones para niños.
Además, determinadas comunidades festejan sus días nacionales, como el de San Patricio el 17 de marzo en Nueva York y Chicago, que se celebra con desfiles. En Nueva Orleans la fiesta más importante es el Mardi Grass (Carnaval). El 4 de julio todo el país festeja el Día de la Independencia.
En cada pueblo de Estados Unidos tienen lugar las fiestas locales con gran despliegue de desfiles y «majorettes». También son muy típicos, en particular en los estados del Oeste, los rodeos que convocan a centenares e incluso a miles de personas.
CLIMA
El clima de Estados Unidos ofrece importantes contrastes a lo largo y ancho del país. En los estados del sur, California, Arizona, Nuevo México y Texas los veranos son calientes y los inviernos fríos. Florida y la costa pacífica de California (Los Ángeles, San Francisco) disfrutan de un clima templado. En los estados comprendidos en la costa Este, el clima es de tipo continental, con veranos muy calurosos e inviernos fríos, a las que hay que sumar la humedad. En el norte de la costa Oeste las temperaturas tienden a ser bajas y el verano es corto. En el centro del país las temperaturas varían de una zona a otra, dependiendo de la altitud del territorio. Puede decirse que las temperaturas son moderadas, con inviernos muy fríos.
DOCUMENTACION
La motivación del viaje y el tiempo de permanencia en EEUU son la primera condición que hay que tener en cuenta a la hora que preparar todos los documentos.
Por turismo o negocios y por menos de 90 días
Si se viaja a EEUU como turista o por negocios y la estancia en el país será inferior a 90 días, o si se es un pasajero de tránsito de camino otro país (por ejemplo, un viajero que vuela de Madrid a Miami y cambia allí de avión para volar a un país centroamericano), desde el 26 de octubre de 2004 es imprescindible tener el pasaporte de lectura mecánica, que el Ministerio español del Interior expide desde el verano de 2003 y se puede conseguir en todas las jefaturas superiores y comisarías de Policía que gestionan el DNI y el pasaporte.
En el punto de entrada al país las autoridades de EEUU toman una fotografía digital y registran las huellas de todos los pasajeros desde el 30 de septiembre de 2004.
Esta información se almacena en una base de datos confidencial a la que sólo oficiales autorizados y agentes encargados del cumplimiento de la ley tendrán acceso, según la Embajada de EEUU en España. Esta medida empezó a aplicarse en marzo de 2004 a todos los viajeros excepto con los procedentes de los 27 países acogidos al Programa de Exención de Visado, entre los que se encuentra España.
Para estancias de más de 90 días y casos especiales
Los viajeros que vayan a permanecer en EEUU durante más de 90 días o viajen por motivos no turísticos o de negocios (es decir: trabajadores temporales, estudiantes, visitantes de intercambio, miembros de órdenes religiosas, artistas, miembros de tripulaciones o representantes de un medio de comunicación) están sometidos a otro procedimiento, y desde el 26 de abril de 2004, deben portar un nuevo modelo de visado, llamado 'visado biométrico' porque incluye dos registros de sus huellas dactilares y una fotografía digital.
Como ocurre con el antiguo visado, para obtenerlo hay que pasar por una entrevista personal en la Embajada de EEUU en Madrid. El coste de los trámites es de 100 dólares.
Al llegar a EEUU, estos viajeros deberán presentar el visado biométrico. Las autoridades del país les tomarán una fotografía digital y registrarán sus huellas, para contrastar estos datos con los que figuran en el visado.
Ahora bien, existen varios casos particulares, que, aunque viajen a EEUU por menos de 90 días no pueden entrar en calidad de turistas y precisan el nuevo visado biométrico.
DINERO
El dólar US ($) es la moneda oficial. Hay billetes de uno, cinco, 10, 20, 50 y 100 dólares, además de otros mayores de poco uso. Hay que tener cuidado al pagar porque todos son de color verde.
El dólar se divide en 100 centavos. Hay monedas de un centavo (penny), de cinco centavos (nickel), 10 centavos (dime) y 25 centavos (quarter). Conviene llevar siempre monedas de quarter, que son muy prácticas para pagar en autobuses y todo tipo de máquinas expendedoras y teléfonos.
Las diferencias de precio entre diferentes puntos de EEUU son notables. Las zonas rurales son como siempre las más baratas, mientras que en las grandes ciudades y en los lugares turísticos los precios se disparan. Nueva York, Alaska o Nueva Inglaterra son lugares donde los precios están bastante por encima de la media de todo el país. En todo caso recuerde que el nivel de vida es alto.
Las tarjetas de crédito y los cheques de cambio se pueden uitilizar sin problemas a lo largo y ancho del país y no resulta difícil encontrar oficinas de cambio. También hay cajeros en todas partes. Las tarjetas de crédito son casi imprescindibles, sobre todo para alquilar un coche o para dejarla como garantía en un hotel. En muchos lugares se da por supuesto que se va a pagar con tarjeta, y a menudo no aceptan las de débito, sólo las de crédito.
Las propinas son obligatorias. Lo normal es dar una propina equivalente al 15 o 20% de la cuenta. Cuando se paga con tarjeta de crédito se suele dejar un espacio para anotar la propina al tiempo que se firma.
DESPLAZAMIENTOS
Avión.
El avión es un medio de transporte básico en Estados Unidos debido a las grandes distancias existentes. La red es excelente y muy completa, de modo que todas las ciudades de cierta importancia están dotadas de aeropuertos con todas las facilidades y comodidades. Además, la existencia de bonos con los que realizar varios vuelos a precios ventajosos convierten al avión en un medio de transporte asequible.
Las compañías que ralizan vuelos domésticos son numerosas: American Airlines, Continental o Delta Air Lines son sólo algunas de ellas. Existen autobuses que van desde los aeropuertos hasta el centro de las ciudades, por lo que no hay que dejarse la pasta en un taxi.
Tren.
A pesar de la importancia que el ferrocarril tuvo en la conquista del Oeste y, por tanto, en la consolidación del país, es un medio de transporte en cierta decadencia debido a la fuerte competencia de las compañías aéreas, que ofrecen viajes más rápidos a precios razonables. El tren se ha quedado sobre todo para trayectos más cortos. Amtrak ofrece a los turistas pases de tren a precios competitivos en coches cama con todas las comodidades. Los trenes suelen ser veloces, aunque existen trenes históricos de vapor llenos de encanto que hacen circuitos como los de Mount Hood Railroad en Oregon y el Durango-Silverton en Colorado.

Automóvil.
La cultura americana tiene uno de sus puntales en el automóvil. Es más barato que en Europa, se puede conducir desde los 16 años, el combustible es económico -si bien el consumo es más alto- y el país está lleno de enormes autopistas y carreteras que llegan a todos los rincones. Si se dispone de tiempo es una buena manera de moverse por el país y vivir su propia 'road movie', como recorrer la mítica Ruta 66 que llevaba a los beatniks y hippies de la costa este a San Francisco. El alquiler es relativamente barato, sólo se precisa ser mayor de 21 años, poseer carné de conducir vigente y una tarjeta de crédito. Recuerde que los coches son de transmisión automática, sin embrague, con lo que no hay que hacer cambios de marchas, y que se conduce por la derecha. También es importante tener en cuenta que las distancias se miden en millas y no en kilómetros, por lo que los contadores de velocidad pueden resultar algo confusos al principio. Los grupos algo numerosos pueden alquilar caravanas; el país está lleno de cámpings.
Autobús.
Viajar en autobús es más barato que el avión, pero también más lento, por lo que grandes distancias pueden llevar hasta días. Por lo menos los vehículos son confortables y disponen de todas las comodidades y cada cuatro horas hay parada para comer y descansar. La famosa compañía de transporte por carretera, la Greyhound asegura el servicio entre la mayoría de poblaciones. En la costa oeste opera Green Tortoise, cómoda, bien equipada y barata. Está frecuentada por los jóvenes mochileros, lo que garantiza el 'buen rollito'.
Transporte público.
Como casi todo el mundo dispone de coche, el transporte público no está muy desarrollado. En todas las ciudades existen autobuses urbanos con recorridos y paradas fijas. Hay que pagar con el dinero justo. Además Atlanta, Baltimore, Boston, Buffalo, Chicago, Cleveland, Los Ángeles, Miami, Newark, Nueva York, Filadelfia, San Francisco y Washington disponen de metro. Mucha gente hace uso de la bicicleta, sobre todo en zonas rurales. Pasear no es muy del gusto americano, pero es muy libre de hacerlo.
Taxi.
Los taxis son generalmente caros y en muchas ciudades, a excepción de Nueva York o Los Ángeles, por ejemplo, son difíciles de conseguir ya que existen muy pocos. Lo más conveniente es solicitarlo por teléfono, hecho que incrementará el precio del trayecto. Los taxis suelen concentrarse a la entrada de los hoteles, aeropuertos, estaciones de autobuses y trenes y en determinadas paradas. Si piensa hacer un uso frecuente de taxis le saldrá más a cuenta alquilar un coche.
GASTRONOMIA
Estados Unidos tiene el dudoso honor de haber implantado en medio mundo el 'fast-food' o comida rápida: hamburguesas, perritos calientes, pizzas llenas de todo, refrescos, helados y tartas, todo a precio barato. No vamos a insistir aquí en el alto nivel de grasas y calorías de este tipo de alimentación. Sólo recordarle que es la principal causa del alto índice de obesos existente en EEUU.
Afortunadamente, la variedad de comunidades de todas partes del mundo hace que las localidades mínimamente grandes dispongan de restaurantes donde disfrutar de buena comida hindú, mexicana, italiana, francesa, rusa, china o incluso española.
En general los desayunos son potentes, con huevos, bacon, tostadas, café y zumo, lo que los convierte en la principal comida del día. El almuerzo es más ligero, ya que se dispone de poco tiempo para hacerlo. Para la cena, ya en casa y alrededor de las siete de la tarde, se hacen platos más elaborados. Los fines de semana el desayuno se junta con el almuerzo en el 'brunch', normalmente crepes con distintos aderezos.
Aunque la cerveza es la bebida más tradicional, el vino está muy de moda y alcanza cotas de obsesión en las principales ciudades y muy especialmente en la costa del Pacífico, donde además se consiguen caldos muy notables. También allí destacan las cervecerías llamadas «microbreweries», que sirven cervezas de elaboración casera de característico sabor amargo.
SALUD
Para entrar en Estados Unidos llegando desde Europa no hace falta ningún certificado de vacuna, aunque como siempre, es conveniente tener revisados el tétanos y la polio.
Es importante viajar con un seguro médico de amplia cobertura ya que los servicios sanitarios son privados y bastante caros. Una consulta puede costar entre 30 y 60 euros. También debemos recordar que muchas medicinas que aquí adquirimos con cierta indolencia, allí requieren receta médica y no es nada fácil conseguirlas sin ella, además de que su precio es elevado. Conviene pues conseguir una preescripción antes de salir o hacerse con abundantes provisiones.
SEGURIDAD
A pesar de la imagen que podemos recibir de las películas y algunas de las noticias sensacionalistas que llegan desde América, EEUU es un país bastante seguro. Para empezar, en las zonas rurales el crimen es algo prácticamente desconocido y es difícil que nos ocurra nada si tenemos precaución y planeamos nuestros recorridos con cuidado.
En los barrios marginales de las grandes ciudades el índice de delincuencia es importante, sobre todo por la noche. Sin embargo, los hoteles, lugares de interés, cines y teatros no están ubicados en ellos, así que no existen motivos para circular por sus calles. Las polémicas medidas emprendidas por el ex-alcalde de la Gran Manzana, Rudolf Giuliani, redujo notablemente los atracos y asaltos en Nueva York, lo que no significa que no haya que estar alerta, como en cualquier ciudad del primer mundo. Para cualquier emergencia, el 911 es el teléfono para las emergencias, totalmente gratuito y en el que incluso puede ser atendido en castellano.

COMPRAS
No hay objetos especialmente típicos, aparte de la camiseta de Harvard o Hard Rock Café. En cada región sí que existen determinados productos típicos que pueden resultar un buen recuerdo. El gran paraíso de las compras es Nueva York, que si bien no es barata, es una especie de gran bazar donde es posible encontrar absolutamente de todo.
REGIONES
Si buscas información más detallada sobre alguna zona del país, la encontrarás en estas guías:
ALASKA
ATLANTICO MEDIO NORTE: Nueva York, Pensilvania y Nueva Jersey
ATLANTICO SUR: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Florida y Georgia
CENTRO: Alabama, Kentucky, Mississippi y Tennessee
CENTRO SUDORIENTAL: Arkansas, Luisiana, Texas, y Oklahoma
COSTA DEL PACIFICO: California, Oregón y Washington
GRANDES LAGOS: Ohio, Indiana, Illinois, Michigan y Wisconsin
GRANDES PLANICIES: Minnesota, Missouri, Kansas, Iowa, Nebraska, Dakota del Norte y Dakota del Sur
GUAM
HAWAI
ISLAS MARIANAS
LAS ROCOSAS: Colorado, Wyoming, Montana e Idaho
NUEVA INGLATERRA: Massachusets, Rhode Island, Connecticut, Vermont, New Hampshire y Maine
LA REGION CAPITAL: Washington DC, Columbia, Virginia, Virginia Occidental, Maryland y Delaware
SAMOA AMERICANA
SUDOESTE: Nuevo México, Arizona, Utah y Nevada
DEPORTES
Los americanos son muy aficionados al deporte y las actividades al aire libre. En los juegos olímpicos destacan en casi todas las especialidades, pero son sobre todo los deportes profesionales los que captan la atención del gran público. Los más populares son el béisbol, auténtica pasión nacional, el fútbol americano y el baloncesto. Son también muy seguidas las carreras de caballos.
Entre los deportes más practicados, además de los ya citados, destacan el surf, sobre todo en los estados de California y Hawai, el esquí, un deporte practicado masivamente en las numerosas estaciones y pistas de todo el país (sobre todo en las Rocosas) y otros deportes más minoritarios como el voleibol, el hockey sobre hielo, la lucha libre o el patinaje. En cualquier estado es fácil practicar actividades al aire libre como la equitación, el senderismo, el montañismo, la pesca o el ciclismo.
Ciudades.
Nueva York
Es la ciudad más cosmopolita de EEUU y, de alguna manera, el símbolo de la vida americana. No debemos perdernos el ambiente de esta ciudad llena de contrastes, cuna de la cultura americana donde se mezclan infinidad de razas y formas de vida. El contraste entre la riqueza y la pobreza, en sólo una manzana de distancia. En Nueva York a veces da la impresión de haber viajado a otro lugar con sólo cambiar de acera.
Las calles parecen enterradas en autéticos socavones arquitéctónicos, las luces de neón en sus formas y colores vivos, invitando a toda suerte de locales, la gente que fluye muchas veces más deprisa que la masa de automóviles salpicada de amarillo... Nueva York es una ciudad que impresiona, que incluso cautiva, pero no es una ciudad sencilla. Hay que saber apreciar una arquitectura vanguardista, un pensamiento desbocado por su propia variedad, una mentalidad financiera, artística, revolucionaria... Porque Nueva York es la capital de todo eso.
En Nueva York viven más de ocho millones de habitantes, y se compone de varios barrios con un carácter completamente diferente. Los principales son cinco: Manhattan, Bronx, Brooklyn, Queens y Richmond. Sin embargo, para los turistas lo mejor es centrarse en recorrer Manhattan, donde se alzan los más modernos rascacielos y los principales centros comerciales, culturales y de ocio de la ciudad. Allí están sus principales tiendas y se centra la noche neoyorquina.
Es difícil describir Nueva York en unas líneas, pero podríamos dejarnos guíar por la Quinta Avenida, la columna vertebral de Manhattan que divide la isla en dos ciudades diferentes, una al este y otra al oeste. En torno a esta avenida y en sus alrededores se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, así como el parque más famoso del mundo: Central Park, lleno de animación y actividades.
Los lugares más emblemáticos en este recorrido son: el Empire State, la Biblioteca, la Estación Central, la calle de los Diamantes, el Rockefeller Center, la calle de San Patricio, el Museo Guggenheim y el Museo Metropolitano.
Una vez recorrida esta zona, se puede uno ir hacia el sur, a los barrios donde se han concentrado tradicionalmente los emigrantes y artistas y que hoy están de moda, como: el Soho de los artistas, el bohemio Greenwich Village, Little Italy, Chinatown, Tribeca o el negro Harlem, donde oír oficios religiosos a ritmo de gospel.
Conviene también dedicar al menos un día a conocer el Bajo Manhattan, donde se fundó la ciudad en 1626. Allí se concentran grandes rascacielos que configuran el "skyline", el viejo puerto hoy convertido en centro comercial y la zona financiera, donde se puede tomar un perrito a media mañana codeándose con los brokers de bolsa y ejecutivos de película.
Es el momento de visitar Wall Street, la famosa calle de las finanzas; el Pier 17, en el antiguo puerto, donde se han abierto museos, restaurantes y tiendas; pasear por Battery Park, al borde del Hudson y por supuesto, visitar la Estatua de la Libertad, Ellis Island y su Museo de la Emigración.
Pero hay miles de sugerencias más, sobre todo para los aficionados a las compras, que podrán dedicar horas en caminar por la Quinta Avenida, Madison Avenue y Broadway, curioseando por las mejores tiendas de la ciudad y por almacenes míticos como Barney’s, Bloomingdale, Macy’s o Saks.
Además, es casi imprescindible subir al Empire State al atardecer para contemplar una vista fantástica de la ciudad; hacer el inolvidable viaje en ferry de Manhatan a State Island para obtener las mejores fotos de la cornisa de la isla por unos pocos dólares o conocer el mundo de las galerías de arte, sobre todo en el Soho, la 57 y la Avenida Madison.

Quedaría aún por ver Nueva York de noche, una ciudad completamente diferente que comienza en cuanto cierran las oficinas con el «Happy Hour» (de seis a ocho de la tarde), cuando las bebidas se ofrecen a mitad de precio y con algo de comer, en lugares tan diversos como el Pier 17 del viejo puerto o los piano-bar de los hoteles.
Sigue con una buena cena, que puede ir desde el fast food más genuinamente americano hasta los restaurantes más sofisticados del mundo, de cualquier especialidad. Y para seguir la noche, Nueva York está llena de locales legendarios, de discotecas de vanguardia, de piano-bares que son una institución en Manhattan. La ciudad es también la capital del rock, del jazz, del blues y del soul.
Como sugerencias se puede escoger, por ejemplo, entre una sesión de jazz en el Fat Tuesday, uno de sus santuarios; el Michael's Pub, donde suele tocar Woody Allen el clarinete; una velada de teatro en Broadway, la gran meca del arte dramático en habla inglesa; en las salas llamadas Off-Broadway, donde suelen estrenarse las obras más originales y vanguardistas (las más tradicionales están en el Greenwich Village); una noche en las discotecas más punteras; una agradable noche en un piano-bar como el célebre Oak Room del hotel Algonkin :una actuación en directo en el célebre Radio City Music Hall o una noche entre la mejor música negra, como el blues y el soul del Apolo, el mejor teatro de Harlem.
Filadelfia.
Con dos millones de habitantes, Filadelfia es una de las ciudades emblemáticas de Estados Unidos al jugar un papel esencial en los orígenes del país. Con el auge del comercio, hacia 1750, se había convertido en una de las principales ciudades del Imperio Británico y su poder económico facilitó el nacimiento de un profundo sentimiento revolucionario. Filadelfia fue la capital durante la revolución hasta que terminó de construirse la actual. La Declaración de Independencia y la Constitución fueron redactadas y pronunciadas en Filadelfia. Un pasado que se conserva en los edificios georgianos del Independence National Historic Park, situado en el centro de la ciudad y considerado la milla cuadrada más histórica de EEUU.
También en esta ciudad se concentró toda una saga de pensadores, artistas y científicos. Es la ciudad de EEUU con más mezcla de razas, siendo mayoría los negros, y con una importante presencia italiana, irlandesa, de Europa del Este y asiática. Una ciudad pensada para ser verde y agradable, urbanizada en cuadrícula, donde el centro ocupa un espacio pequeño y concentra todos los puntos de interés.
Los parques hacen olvidar la sensación de estar en una gran urbe y las zonas residenciales dan la impresión de pueblos. Un modelo de urbanismo que fue patrón para muchas otras ciudades de Norteamérica. Hoy vive en el auge económico, bajo el influjo de importantes inversiones.
Pittsburgh.
Fue la gran ciudad industrial de América. La industria pesada floreció en esta zona en la que confluyen dos importantes afluentes del Ohio. Toda la zona cercana a la ribera se pobló de humeantes fábricas que acabaron cubriendo las fachadas con carbonilla, dando a Pittsburgh una fama de ciudad sucia y descuidada.
Con la recesión en la industria y el auge de los servicios, se llevó a cabo una reconstrucción de la ciudad, liberando el margen del río de fábricas abandonadas y sustituyendo sus antiestéticas formas por parques. La ciudad vive hoy marcada por una activa población estudiantil y es sede de importantes bancos, además de la famosa empresa alimentaria Heinz. En el plano cultural, el Museo de Andy Warhol, natural de la ciudad, es uno de sus principales baluartes.
Su centro neurálgico son las calles del Triángulo Dorado. Muy cerca los museos del Carnegie muestran a los visitantes sus tesoros artísticos o naturales. La Cathedral of Learning alberga veinte aulas decoradas con antigüedades, mientras que en el Museo Frick Art se muestran obras europeas de los siglos XV a XIX.
Atlantic City.
Está en Absecon Island, en el centro de la costa de Nueva Jersey. Siempre ha sido un gran centro turístico y hoy, tras un periodo de decadencia, ha vuelto a resurgir. Aquí se inventaron el Monopoly, la primera noria gigante del mundo, las primeras postales en color, el primer concurso de belleza de Miss América (1921) y se construyó el primer paseo marítimo del país. Es un lugar lleno de grandes casinos, centros de tragaperras y hamburgueserías, pero la gente sigue yendo de vacaciones sobre todo por las playas y los juegos de azar.
Princeton.
En el interior de New Jersey no todo son fábricas y contaminación. mo muestra está Princeton, a 17 kilómetros de la capital Trenton. Es una ciudad universitaria, la cuarta más antigua del país, con elegantes casas de estilo colonial con verjas de hierro forjado, columnas y contraventanas en Mercer Street, en las que han vivido ilustres personalidades, desde Albert Einstein a Thomas Mann, que moró en Aquinas House.
Cataratas del Niágara.
Sin duda, el lugar más impresionante del Atlántico Medio son las cataratas del Niágara, en la frontera con Canadá. Se formaron después de la última glaciación, hace 20.000 años, cuando los hielos se deshicieron permitiendo que el agua del lago Eire fluyese hasta el lago Ontario. La caída más alta está en el lado estadounidense, mientras que la más ancha queda en el lado canadiense, y es quizá la más impresionante. Una vista bastante completa de todo el conjunto se puede obtener desde la Torre de Observación (Prospect Point Observation Tower), abierta de 10 a 17 horas.
Long Island.
Long Island es la playa de Nueva York. Es sorprenderte ver como a pocos kilómetros de una de las ciudades más grandes del mundo uno se siente en el campo. Para llegar a Long Island lo mejor es usar el transporte público porque el coche puede llegar a ser molesto a la hora de aparcar.

Las costas de Long Island son realmente hermosas, un espectáculo que merece la pena ver y que ha sido refugio de fin de semana de los habitantes de la gran urbe desde tiempos inmemoriales. La costa norte es impresionante, salvaje y escarpada, mientras que en el sur hay sobre todo playas en donde se encuentran los principales focos turísticos, como Fire Island o Jones Beach.
Woodstock.
A pesar de que el mítico festival rock del verano de 1969 lleva su nombre, no fue en Woodstock donde tuvo lugar el célebre evento, aunque sí es cierto que fue un refugio apreciado por Hendrix, Dylan y Van Morrison. Rodeado de frondosos bosques y surcado por infinidad de arroyos de aguas cristalinas, este paraje natural de las montañas Catskill es una lugar hermoso y tranquilo que puede servir de punto de partida para infinidad de excursiones, incluido el paraje donde se celebró el festival, que se encuentra unos 100 kilómetros de allí.
El Condado alemán.
En el sureste de Pennsylvania se encuentra el Lancaster Country, una zona famosa por las comunidades agrícolas religiosas conocidas como Pennsylvania Dutch por el origen alemán y holandés de estaos grupos. Los amish son los descendientes de una secta anabaptista suiza que interpreta literalmente la Biblia. Junto a ellos están los menonitas, algo más flexibles, y los grupos luteranos, pero los amish son los más conocidos por su forma de vestir y por el rechazo absoluto a los adelantos técnicos como la electricidad y los coches.
Lancaster Country es un lugar turístico, incluso antes de la película «Único testigo», que los puso de moda. Es una región de agradables paisajes rurales y granjas que viven, para bien o para mal, como en el siglo XVIII. La comida, con especialidades alemanas, es otro de los atractivos de la zona (pasteles, cerveza casera, mermeladas, conservas, queso, jamón ahumado, chucrut, pan recién hecho...).
Gettysburg.
Es uno de los lugares turísticos más visitados por los norteamericanos. Está cerca de la frontera entre Pennsylvania y Maryland, y aquí tuvo lugar, en 1863, una trágica batalla en la que murieron 50.000 hombres. En el lugar se reproduce hasta el más mínimo detalle de la batalla y el pueblo conserva sus históricas casas.
FLORIDA.
Miami.
Uno de los lugares más visitados de Florida es esta ciudad costera abierta hacia la bahía, de caluroso clima y preciosas playas. Dedicada al espectáculo y al entretenimiento, llena de glamour, ricos y famosos es también una ciudad con un elevado nivel de delincuencia y vía de entrada de cocaína al resto del país. El español es tanto o más hablado aquí que el inglés, ya que la mitad de sus dos millones de habitantes son de origen cubano, en general exiliados. La Pequeña Habana está llena de sabor caribeño en sus calles, restaurantes y tiendas.
El centro financiero alberga el Southeast Financial Center, uno de los más altos edificios de EEUU con 55 pisos. Los amantes de lo sencillo y pintoresco preferirán Coconut Grove, zona histórica de encuentro de artistas y bohemios con avenidas llenas de palmeras perfectas para pasear. Las compras más exclusivas podrá realizarlas en el burgués Coral Gables. Todas estas zonas podrá recorrerlas a bordo del Old Town Trolley, tren turístico que hace rutas guiadas por la ciudad.
Sus diversos zoos destacan por su originalidad e interactividad. En el Seaquarium focas, delfines y ballenas llevan a cabo exhibiciones, el Parrot Jungle es un paraíso tropical de loros y otras citácidas y el Monkey Jungle de simios. Entre los museos destacan los de pintura como el Bacardi Art Gallery o los de temática cubana (Cuban Museum of Arts). Si hay un lugar emblemático ése es Miami Beach, con sus playas, hoteles, restaurantes y vida nocturna.
Orlando.
Esta ciudad del centro del estado está dedicada casi íntegramente al divertimento de niños y no tan niños en sus numerosos parques temáticos. Si bien no es lo mejor de Florida, con sus playas y paisajes tropicales, son un hervidero de turistas durante todo el año. Disney World es probablemente el más conocido con su mundo de fantasía extraído de los cuentos infantiles y sus atracciones, pero no es el único. Los Estudios Universal ofrecen la posibilidad de meterse dentro de míticas películas como King Kong, ET o Star Wars, mientras que el EPCOT Center está dedicado al apasionante mundo de la ciencia, con un tren submarino desde el que observar los 7.500 animales marinos que habitan en el mayor centro artificial de agua salada del mundo. Diversa vida marina es también lo que contiene Sea World.
Resto del Estado.
Las playas son uno de los principales atractivos de la zona. Ya estén bañadas por el Atlántico o por el Caribe, sus arenas blancas y sus cocoteros satisfarán a los amantes del sol y el mar. Pensacola Beach, Daytona Beach, playa señera del estado, Palm Beach -refugio de la jet- o las playas de St. Petersburg y Fort Lauderdale son lugares ideales para descansar, broncearse o practicar deportes acuáticos. Cabo Cañaveral es más conocido como Space Coast ya que aquí se encuentran importantes dependencias de la NASA como el Kennedy Space Center, desde donde se lanzan al espacio los cohetes y transbordadores. Desde aquí partió en 1969 el Apolo XI a la conquista de la luna.
Más de la mitad del estado está ocupado por el impresionante Parque Nacional Everglades, declarado por la ONU lugar de interés mundial. Bien merece el apelativo por sus numerosos pantanos llenos de vegetación y habitados por caimanes y cientos de aves, por el lago Okeechobee, uno de los más grandes del país, y por los hammocks, isletas donde viven al modo tradicional los últimos indios semínola y miccosukee que quedan.
En el extremo más meridional de la península de Florida, camino hacia Cuba y bañados por el Caribe, los Cayos son uno de los principales atractivos del estado. Estas 31 pequeñas islitas rocosas son un paraíso para los amantes de la pesca y del submarinismo, además de haber sido hogar de Hemingway y de famosos millonarios.
GEORGIA.
Atlanta.
Esta ciudad sureña, sede de los Juegos Olímpicos de 1996, está viviendo una época de apogeo, que se manifiesta en su aeropuerto, el más grande del mundo, y en las empresas que la han elegido como sede (Coca-Cola, Holiday Inn, UPS). Básicamente, esta urbe tiene dos zonas: la situada a ras de suelo y la subterránea, construida para evitar los bombardeos durante la Guerra de Secesión y que ahora alberga al enorme centro comercial Atlanta Underground.
Esta ciudad vio nacer al defensor de los derechos de los negros Martin Luther King. Se puede visitar el barrio donde creció, con Ebenezer Baptist Church, donde daba sus sermones, su tumba y un museo dedicado a la historia de los afroamericanos. Más frívola pero de interés es la visita a World of Coca-Cola, un repaso a la publicidad del popular refresco. Los amantes del jazz no deben olvidar que están en uno de sus sedes, con abundancia de clubes.
Savannah.
Esta pequeña ciudad conserva todo el encanto sureño que, unido a su carácter negro, la convierte en una interesante visita. Su excelente festival de jazz es un gran atractivo, aparte de su Museo de Historia Negra, sus bellas mansiones de estilo georgiano, su animada vida nocturna o la visita al pasado que suponen el fuerte Pulaski y Wormosloe, una plantación fortificada.
CAROLINA DEL SUR.
Charleston.
Visitar esta ciudad sureña es sumergirse en el pasado de Estados Unidos. La época de las plantaciones, la independencia o la Guerra de Sucesión pueden revivirse en sus iglesias, mansiones y fuertes. Las primeras dominan el paisaje urbano, ya sea en estilo georgiano, neogótico, neoclásico o neorrománico. Los centros de culto de las distintas congregaciones religiosas dominan el paisaje con sus torres y hermosas fachadas (San Miguel, San Juan, San Felipe, San Mateo, Huguenot, First Baptist Church), muchas diseñadas a principios del siglo XIX por el arquitecto local Robert Mills.
Como no podía ser menos, encontramos mansiones de la burguesía enriquecida con las plantaciones, dignas de "Lo que el viento se llevó", perfectamente conservadas y amuebladas, que permiten con su visita sumergirse en la vida cotidiana de las clases altas de la época. Un verdadera plantación colonial puede verse en Boone Hall y en la dieciochesca Middleton Place. Fuertes y castillos nos remitirán a la guerra de la Independencia y a la de Secesión.
Ruta del Descubrimiento.
Esta ruta histórica parte de Charleston moviéndose hacia el oeste y el norte, recorriendo lugares que nos transportan a la época de las plantaciones, las bellas mansiones burguesas, la implantación del ferrocarril... pasando por Branchville, Aiken, Greenwood o Pendlenton.
Ruta de la Naturaleza.
La belleza de los Apalaches puede vivirse en toda su intensidad siguiendo su trayectoria a lo largo de la región sudoeste del estado por la autopista Cherokee Foothills Scenic pasando por reservas naturales, parques, pintorescos molinos, lagos y bosques. CAROLINA DEL NORTE.
Si bien en Raleigh, la capital, podremos visitar el interesante Museo de Arte, el gratuito Museo de la Ciudad, lleno de objetos antiguos y curiosos o el Capitolio, edificio del gobierno en estilo neoclásico, Carolina del Norte es un estado en el que el principal atractivo son sus montañosos paisajes. Lo mejor es alquilar un coche y perderse por la Blue Ridge Parkway de camino a las montañas Smokey, especialmente en otoño, cuando los colores se multiplican en una fiesta de rojos y dorados. Sus playas atlánticas son también un destino turístico, y en Charlotte se puede visitar la plantación Rosedale.
CENTRO ALABAMA, KENTUCKY, MISSISSIPPI Y TENNESSEE
CAPITALKentucky: Frankfort (27.741 habitantes). Tennessee: Nashville (569.891). Alabama: Montgomery (201.568). Mississippi: Jackson (184.256). (Según censo de 2000).
EXTENSION Kentucky: 104.660 kilómetros cuadrados. Tennessee: 109.411. Alabama: 133.915. Mississippi: 123.515.
POBLACION Kentucky: 4.065.556 habitantes. Tennessee: 5.740.021. Alabama: 4.464.356. Mississippi: 2.858.029 (según censo de 2001).
COMPOSICIÓN ÉTNICA La población es predominantemente blanca, aunque los afroamericanos tienen una fuerte presencia en Mississippi (36%) y en Alabama (26%).
IDIOMA Inglés.
RELIGION Las religiones mayoritarias son la protestante (34%) y la católica (33%). También hay comunidades de judíos, ortodoxos y anglicanos.
GOBIERNO Alabama, Kentucky, Mississippi y Tennessee son estados federales de los EEUU.
Tanto Kentucky, rodeado por los estados de Virginia, Virginia Occidental, Ohio, Indiana, Illinois, Missouri y Tennessee, como este último tienen al este las estribaciones de los poco elevados Apalaches, mientras que la mayor parte del territorio está cubierto por praderas- en especial Kentucky, llamado el "Bluegrass State" por sus praderas de hierba azulada donde se crían buenos caballos- y cruzado por las cuencas de los ríos Mississippi, Ohio, Tennessee y Cumberland.
Por su parte, Alabama posee al noreste los límites de la cordillera de los Apalaches, mientras que el resto del estado, al igual que Mississippi, está cubierto por llanuras. Ambos estados están bañados al sur por las aguas del golfo de México. Alabama está regada por los ríos Tennessee, Alabama y Mobile. Por su parte el río Mississippi constituye la frontera occidental del estado del mismo nombre.
Los cultivos de algodón (sobre todo en Mississippi), tabaco y cereales, la industria minera y las destilerías de licor (el bourbon Jack Daniel's se destila en Tennessee) son las principales industrias.
TENNESSEE.
Nashville.
La capital del estado, en apogeo gracias a sus numerosas industrias y vida cultural, es el centro mundial del country, como atestiguan los numerosos locales donde se toca en directo el ritmo de los rodeos y los cowboys, como el Tootsies o el Grand Ole Opry, un recinto dedicado a actuaciones y espectáculos. Los verdaderos amantes del country tienen una cita obligada en el Country Music Hall of Fame, donde el fan podrá acceder al santuario de esta música de sombreros vaqueros y corazones rotos lleno de objetos relacionados con este estilo y sus principales intérpretes. El Museo del Estado de Tennessee es un viaje al pasado de la zona, con especial énfasis en la guerra civil que enfrentó al norte con el sur.
Una buena manera de tener una visión general de la ciudad es a bordo del Nash Trash Tour, un animado recorrido en un autobús rosa de manos de las Jugg Sisters, dos excéntricas señoras que, a juzgar por los comentarios encontrados en su página web, gozan del cariño de sus clientes. En el paseo el visitante podrá ver el Parthenon, Centennial Park o el edificio del Grand Ole Opry entre otros.
Memphis.
Esta ciudad sureña de 650.000 habitantes, uno de los templos del blues, el soul y el rock and roll, destaca por su carácter tranquilo, la afabilidad de sus gentes y por conservar todo su encanto. Pasear por Beale Street y aledaños es sumergirse en uno de los centros de la cultura sureña, otrora hogar de gente de color que tenía aquí sus comercios y sus clubes, donde el blues, el jazz y el rock eran los reyes de la noche. Actualmente es uno de los lugares más turísticos de Memphis, con multitud de restaurantes y locales nocturnos, si bien algo caros. Todavía se puede ver la morada de W.C. Handy, uno de los padres del blues, una bonita casa de blancas paredes llena de objetos personales y recuerdos, además de uno de los principales atractivos de esta ciudad, el Memphis Rock n'soul Museum, dedicado a figuras como Elvis, Jerry Lee Lewis, Little Richard u Ottis Redding por llevar los ritmos sureños a todo el mundo. El Memphis Music Hall of Fame alberga fantásticas giutarras Gibson tocadas por grandes como Jimmy Page o Santana, mientras que en el Sun Estudio Elvis grabó algunas de sus más populares canciones.
Pero si hay un ídolo del rock al que Menphis tenga gran devoción ése es Elvis Presley. La famosa mansión de El Rey, Graceland, puede visitarse y revivir su leyenda. A cambio los visitantes tendrán una visita guiada por las distintas dependencias de la casa, viendo objetos personales, fotos, discos de oro, guitarras, trajes o preciosos Cadillacs, o imaginar la vida de Elvis en esta lujosa y algo ostentosa morada. Las tumbas del Rey y de su madre se ubican dentro de los jardines de su amada mansión donde quiso descansar para siempre. Como no podía ser menos, los fans y curiosos podrán comer en el resturante del recinto, alojarse en el Heartbreak Hotel o comprar todo tipo de recuerdos y souvenirs.
Parque Nacional Great Smoky Mountains.
Uno de los parques más visitados del este de Estados Unidos, a caballo entre Tennessee y Carolina del Norte, ofrece a los visitantes una de las más bellas facetas de los Apalaches. Sus bosques y fauna lo hacen un destino natural de primer orden.
ALABAMA.
Costa del Golfo.
La costa del golfo de México es uno de los lugares más visitados de Alabama. Sus playas de arena blanca y claras aguas, la hospitalidad sureña y la rica gastronomía, abundante en marisco y pescado, la convierten en una atractiva región. Gulf Shores o la isla del Delfín, que alberga el Fuerte Gaines y el Estuarium, una reserva de vida marina, son los principales destinos de playa.
La ciudad de Mobile fue fundada por los franceses en 1702. Su pasado colonial francés se conserva a lo largo de Government Street y los barrios anejos, que albergan la Oakleigh House Museum y la Bragg-Mitchell Masion, dos bellas mansiones georgianas perfectamente conservadas. Sus alrededores están igualmente llenos de historia, como demuestran los fuertes Morgan o Conde o el Alabama Battleship Memorial Park, repleto de reliquias armamentísticas de la II Guerra Mundial.
Montgomery.
La capital del estado vio surgir en los años cincuenta y sesenta los movimientos a favor de los derechos civiles de la población de color. Aquí tuvo lugar el boicot al transporte público que relegaba a los afroamericanos a la parte trasera de los vehículos, primer paso en la igualdad racial. Hoy este acontecimiento se recuerda en el monumento a los Derechos Civiles y en la iglesia baptista Dexter Avenue King Memorial, donde el pastor Martin Luther King dio sus primeros sermones a favor de la integración.
Montgomery vio en 1861 la creación de la Confederación. De esa época conserva el edificio del Capitolio, construido en 1853, la Primera Casa Blanca de la Confederación y el barrio histórico de Old Alabama Town, lleno de casas y tiendas del siglo XIX. Los amantes de la literatura tienen una cita obligada en la casa que Scott Fitzgerald y su mujer Zelda, nativa de la ciudad, compartieron durante su estancia aquí. El Museo Hank Williams está dedicado a la memoria de este ídolo del country con guitarras, automóviles y ropas de este malogrado cantante. Sus fans podrán visitar también Georgiana, su ciudad natal a 90 kilómetros de la capital, que alberga el Hank Williams Sr. Boyhood Home, la casa donde pasó su infancia y adolescencia.
MISSISSIPPI.
El delta del imponente río Mississippi, con sus riberas plagadas de campos de algodón, es uno de los lugares más bellos del estado y uno de los más misteriosos y fascinantes del país. En este caldo de cultivo surgió una de las manifestaciones culturales más típicamente americanas, el blues. Y si existe una genuina meca de esta música negra que tanta influencia ha tenido en todo el mundo debe ser Clarksdale. En sus plantaciones de algodón donde recientemente se había abolido la esclavitud pero ya estaba naciendo la segregación, surgieron figuras como John Lee Hooker, Sam Cooke, Muddy Waters, Howlin'wolf, Sonny Boy Williamson, entre otros muchos que refinaron los cánticos de los esclavos negros hasta convertirlos en blues: una vía de expresión que se lamenta de la dureza de la vida pero que también canta a las alegrías del alcohol y las mujeres. Si hay una figura mítica del blues ése es Robert Johnson, de quien la leyenda dice que vendió su alma al diablo a cambio de tocar la guitarra como nadie un atardecer en un cruce de caminos de Clarksdale. Para saber exactamente cuál párese en alguno de ellos y espere si el príncipe de las tinieblas se digna a aparecer.
Bastante más fácil es visitar el Delta Blues Museum, una antigua estación de ferrocarril reconvertida en santuario de este ritmo negro que ha dado fama mundial a la región, dando un repaso a toda su historia y máximos exponentes. Otras localidades del delta que mantienen viva la cultura negra son Greenwood o Indianola, hogar de B.B.King, además de las mansiones decimonónicas y las plantaciones de la época de la esclavitud desperdigadas por toda la zona. Cerca de Greenville está el parque Winterville Mounds, con numerosas tumbas indias.
KENTUCKY.
Este estado, perfecto ejemplo de la América profunda de caballos, rodeos, inmensas praderas y bourbon, posee un especial encanto. Su capital, Frankfort, recopila la historia del estado en su Museo de Historia de Kentucky, con actores vestidos como en la época colonial y la réplica de una mina de carbón que puede recorrerse. El barrio del Liberty Hall y la casa Orlando Brown están perfectamente conservados. Bowling Green es el lugar donde la General Motors monta los Chevrolet Corvette, y allí puede visitar el Museo dedicado a este automóvil, mientras que Owensboro es uno de los principales centros de la música bluegrass, una variante del country tocada con guitarra, banjo y mandolina, como atestigua su Museo del Bluegrass.
El este de Kentucky es, sin duda, la región más bella del estado, con sus praderas repletas de hierba, sus bellos caballos, sus destilerías de bourbon, sus barbacoas y su pasado, en especial el relacionado con la Guerra de Secesión. Al este se extienden los Apalaches, una bella región de lagos, ríos, y gran cantidad de hermosos parques estatales, como el Breaks Interstate, el Carter Caves o el Natural Bridge.
LUISIANA.
Nueva Orleans.
Si existe una ciudad verdaderamente romántica, peculiar, cálida y llena de encanto en EEUU, ésa debe ser sin ninguna duda Nueva Orleans. Su pasado hispanogalo la distingue del resto de grandes ciudades del país, y su caluroso clima, excelente comida, afables gentes, buena música y ambiente relajado y tolerante le dan una idiosincracia única. Tanto en su divertido y único Carnaval como en sus festivales de jazz, la ciudad pone de manifiesto su mezcla de culturas y carácter más cercano al Caribe que al espíritu del Far West. Aquí el pasado se mezcla con el vudú africano, y los funerales se celebran con una banda de música por las calles.
Hay una Nueva Orleans para todos los gustos. Los amantes de la arquitectura histórica no deberán perderse el concurrido Barrio Francés. A pesar de su nombre, la mayoría de los edificios muestran en sus ventanales, arcos y bellos balcones de hierro un aire indudablemente español. Royal Street, llena de anticuarios, o Bourbon Street, con sus locales de jazz, rytmh and blues y música cajún que aseguran una ambientada vida nocturna, son clásicos ineludibles. Los juerguistas adorarán el ambiente de Bourbon Street, con sus locales con música toda la noche y litros de alcohol. Sin embargo hay que tener ciudado en las calles laterales; las riñas son frecuentes. Las jornadas diurnas, más apacibles, permiten la visita al Cabildo, que fue sede del gobierno español en el siglo XVIII y que ahora repasa la historia del estado, o al New Orleans Jazz Exhibit.
Garden District es un bello e histórico barrio lleno de mansiones de estilo español, victoriano y neoclásico del siglo XIX que conserva todo su esplendor. A lo largo de la ribera del Mississippi se extiende el Moon Walk, una avenida llena de locales y restaurantes ideal para pasear en las calurosas noches y que conduce al Aquarium of the Americas, donde pueden observarse todo tipo de especies marinas flotando apaciblemente en sus gigantescas piscinas.
Pero Nueva Orleans también tienen una cara misteriosa, más digna de cuentos de terror gótico que de una ciudad turística que le proporcionan un encanto único. Sus cementerios, como el de San Luis en el Barrio Francés o el Lafayette en Garden District, son totalmente dignos de relatos de vampiros con su arquitectura neogótica y su irresistible decadencia. En el primero se encuentra la tumba de Marie Laveau, reina del vudú, lo que nos recuerda otra especial faceta de la ciudad. Estos ritos de origen africano pueden verse en acción (al menos su cara "amable") en el Voodoo Spiritual Temple, donde una poderosa sacerdotisa hace curaciones o en el Museo del Vudú, con abundante material. Ambos estánh en el Barrio Francés.
Región Cajún.
Situada al suroeste de Luisiana, entre Lafayette y Texas, esta región parece más caribeña que estadounidense con sus pantanos llenos de pájaros, lagartos y otras especies. Es además la cuna de la cocina cajún y de la música cajún y zydeco. El mejor momento para ir es en primavera, cuando los festivales permiten disfrutar ampliamente de ambas excelencias. Lafayette, fundada por los franceses en el siglo XVIII es la capital de la región y punto de partida de excursiones. Posee también encantos propios como sus edificios históricos (uno de ellos alberga el Museo de la ciudad), sus restaurantes donde degustar comida cajún, sus numerosos locales nocturnos o el lago Ciprés, ubicado en el campus de la Universidad, donde ver fauna habitual del pantano. En las afueras, la catedral de San Juan Evangelista con su roble de medio milenio de antigüedad y Vermilionville, pueblo que recrea la vida de los colonos franceses, son atracciones de interés.
TEXAS.
Houston.
Aunque fundada en el siglo XIX, alcanzó su apogeo en el XX tras el descubrimiento del petróleo. Hoy es una urbe de casi dos millones de personas con enormes rascacielos y gran cantidad de industrias de alta tecnología como la NASA. Es un lugar caluroso donde el tráfico es denso y continuo, lo que le ha valido el epíteto nada agradable de "ciudad más contaminada de EEUU". Sus elevados edificios de cristal y acero y miles de tiendas, centros comerciales y restaurantes la convierten en perfecto ejemplo del sueño americano en su máximo esplendor y ostentación. El coche se hace imprescindible para moverse, pero la zona de los museos puede recorrerse a pie. El Museo de Bellas Artes tiene una buena colección de arte impresionista, mientras que el Museo de Arte Contemporáneo está dedicado al arte moderno. El sobrecogedor Museo del Holocausto recuerda a las víctimas de la barbarie nazi.
Para relajarse de la agitada vida urbana lo mejor es acudir al parque Hermann que además de árboles alberga un zoo, un acuario, un recinto donde habitan mariposas y un Museo de Ciencias Naturales. A las afueras de la ciudad la aventura espacial nos espera en el Centro Espacial Johnson. Si bien la visita puede llevar un día entero entre colas e interminables atracciones, merece la pena ver satélites y cápsulas auténticas, laboratorios antigravedad y rocas lunares, una de las cuales se puede tocar. De una visita futurista a otra histórica: el lugar donde el general Santa Ana fue derrotado en la batalla de San Jacinto, dando la victoria a los colonos angloamericanos. En el lugar hay un recinto histórico que recuerda el acontecimiento, con un enorme monumento conmemorativo, un museo y un show multimedia narrado por Charlton Heston.
Dallas.
Nacida del comercio y las finanzas, Dallas (algo más de un millón de habitantes) es otra de las grandes ciudades del sur. Construida junto al río Trinidad, su desarrollo ha sido lento pero seguro. Con la bendición del ferrocarril, se convirtió en un punto ideal para el comercio, y con el auge del petróleo, la ciudad creció y florecieron los rascacielos. Con el establecimiento en la ciudad de importantes bancos y de la innovadora compañía de electrónica Texas Instruments, la ciudad vivió la mejor de sus glorias.
El ambiente financiero no es incompatible por el amor al arte y la cultura, como atestigua Dallas Art District, en el centro de la ciudad, con un teatro, recintos para conciertos y el Museo de Arte, dividido en cinco secciones, cada una dedicada a un continente. Dallas estará siempre unida en el inconsciente colectivo al asesinato del presidente J.F. Kennedy en 1963 durante un desfile. La ciudad tejana recuerda este hecho en el Kennedy Memorial, que recuerda al malogrado presidente, y en el Sixth Floor Museum, con recuerdos acerca de la fatídica fecha del 22 de noviembre de 1963 en la que el presidente fue asesinado. Imágenes, una reconstrucción de los hechos y la ventana desde la que se supone que su asesino disparó las mortales balas son algunos de sus atractivos. La paranoica obsesión por las conspiraciones, tanto en el asesinato de JFK como en el de su hermano o el de Abraham Lincoln, es el núcleo argumental de la colección del Conspiracy Museum. Para relajarse lo mejor es el Fair Park.
San Antonio.
Paradigma de la mezcla entre lo americano y lo mexicano, esta antigua colonia española fundada en 1718 es la puerta a la Texas del sur, además de albergar todo un símbolo americano de obligada visita: El Álamo, escenario del desigual enfrentamiento acacecido el 23 de febrero de 1836 entre las tropas del general mexicano Santa Ana y 200 revolucionarios texanos entre los que se encontraban David Crokett y Bowie. Refugiados en una bella misión española, resistieron hasta la muerte y pasaron automáticamente a formar parte de una de las leyendas clave de la historia de EEUU. En la actualidad puede visitarse este hermoso edificio del siglo XVII con abundante información sobre este mítico acontecimiento. El patrimonio histórico español se completa con las misiones que se conservan en San Antonio, iglesias coloniales, algunas de las cuales aún están en activo, como San José, Concepción o San Juan Espada, con sus mariachis las mañanas de domingo.
Río Grande.
Este mítico río que separa EEUU de México es el nexo de unión entre el norte y el sur, mezcla de montañas y desiertos y animales de varios ecosistemas que se dan cita en el Parque Nacional Big Bend, que ocupa una gran curva que realiza el río en su recorrido hacia el golfo de México.
OKLAHOMA.
Además de sus famosos rodeos, la ciudad de Oklahoma City alberga algunos encantos: sus numerosas iglesias y lugares relacionados con su pasado de pioneros y vaqueros, como el Museo Nacional del Vaquero y el Oeste donde revivir la época de indios y cowboys, o la casa Harn Homestead, de la época de los pioneros. También están el Zoo y el Omniplex, con multitud de atraccciones. Con bastante más encanto que la capital, Tulsa se enriqueció gracias a la explotación de los yacimientos de petróleo hasta que fue desbancada por Houston y Dallas. Mientras le dio tiempo a embellecerse con edificios y mansiones art-decó, muchas de ellas consideradas de lo mejor de su género en EEUU, como los edificios Philcade y Philtower o las casas Harwelden o la Westhpoe, diseñada por Frank Lloyd Wright. El Museo Gilcrease tiene una de las mejores colecciones de arte nativo del país.
Para saber más acerca de las tribus de indios desplazadas hasta este estado en el siglo XIX estaría bien acercarse a Tahlequah, auténtico centro cherokee y final del viaje conocido como "Trail of tears" (Camino de lágrimas) que les llevó del este hasta Oklahoma. El Centro del Patrimonio Cherokee tiene todo lo necesario para saber más sobre este pueblo indio. En Adams Corner o Tsa-La-Gi se recrean poblados con muestras de artesanía. Sallisaw conserva la casa del jefe cherokee Sequoyah, creador del alfabeto cherokee, dotando a su pueblo de escritura y, por tanto, de un modo de preservar su cultura. En sus afueras Spiro Mounds alberga doce tumbas indias de los siglos XIII y XIV.
ARKANSAS.
Hot Springs, rodeada por las montañas Ouachita, ha sido un balneario famoso desde el siglo XIX por sus manantiales de agua caliente con propiedades curativas. La mayoría de ellos se integran en un parque nacional. Las casas de baños (Fordyce, Buckstaff) son otro atractivo de este burgués destino turístico, muy popular en EEUU. El lago Hamilton puede recorrerse en barca. También rodeada por las Ouachita, Fort Smith conserva tanto en su parque histórico como en sus museos el aire del Far West. Fundado en 1817, este fuerte fue el centro de operaciones del famoso "Juez de la horca" Isaac Parker que condenó a casi 200 personas a la horca desde un juzgado que aún puede visitarse.
Las montañas Orzak, al norte del río Arkansas, son un buen destino rural por sus suaves elevaciones surcadas por cristalinos ríos y hermosos lagos. El parque Devil's Den ofrece a sus visitantes el espectáculo de sus cuevas y formaciones rocosas. A ambas joyas naturales se accede desde Fayetteville, cerca de la cual se halla uno de los campos de batalla de la Guerra Civil, el de Paririe Grove, con visitas guiadas y edificios y armas de la época.
CALIFORNIA.
Los Ángeles.
Con casi cuatro millones de habitantes (es la segunda ciudad de EEUU) El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles, nombre que le dieron los españoles a la ciudad cuando la fundaron en 1781, representa, para bien o para mal, el 'sueño americano'. A los que no lo vean de ese modo les parecerá una ciudad sucia y ruidosa, pero los que estén dispuestos a sumergirse en la magia disfrutarán con Hollywood, las playas y los rascacielos. En todo caso, esta ciudad de contrastes que combina el glamour con la proliferación de bandas callejeras, las playas y palmeras con el humo y los coches, es una megaurbe de monstruosas dimensiones, desestructurada, formada por caóticos barrios (entre los que hay que evitar East L.A o Southcentral) pero también una cosmopolita ciudad que siempre tiene algo que ofrecer. Recuerde que su extensión hace del coche algo imprescindible.
El Pueblo, germen de la ciudad, alberga la calle más antigua, Olvera Street, y edificios históricos. Union Station, parada de los trenes Amtrak, conserva todo el encanto de los años treinta. L.A es una ciudad de excelentes museos, como son el Getty, con obras de arte, bellos jardines e impresionantes vistas, el MOCA, dedicado al arte contemporáneo, el Museo de Arte del Condado, con obras de arte del siglo XX estadounidense o el muy interesante La Brea Tar Pits. En La Brea, un pantano cercano, se hundieron durante siglos animales de la era cuaternaria que ahora se conservan y exponen aquí.
Para desconectar, lo mejor es visitar sus soleadas playas (Malibú, Venice, Melrose), llenas de palmeras, surferos y chicas en bikini (conviene recordar que muchas de ellas han prohibido fumar), los paseos marítimos de Santa Mónica, perderse por Chinatown o Little Tokyo, sobre todo a la hora del almuerzo, en Griffith Park, el más grande de Los Ángeles, o acercarse hasta Pasadena a pasear tranquilamente por sus hermosos jardines Huntingtong. Sus numerosos y variados restaurantes y su animada vida nocturna harán el resto.
La ciudad que muchos vienen a buscar es la de los estudios y las grandes estrellas; esa gran fábrica de sueños en celuloide llamada Hollywood. El encanto de la meca del cine puede encontrarse entre las mansiones de Beverly Hills o pasando por Hollywood Boulevard y ver los recintos donde se han estrenado míticas películas y que han acogido la ceremonia de los Oscar, apoteosis de lo 'hollywoodense': el Teatro Chino y el Kodak. Enfrente podemos pisar o fotografiar las estrellas en el pavimento del Paseo de la Fama, donde están casi todos los que son y donde los que aún no son matarían por estar. Sunset Boulevard es, a pesar su cinematográfica fama, una decadente avenida con prostitutas, proxenetas y mendigos entre los que circulan los turistas.
Los Estudios Universal y Disneyland ofrecen pura fantasía y diversión; un sueño hecho realidad para los niños y un agradable retorno a la infancia para los más mayores. Multitud de espectaculares atracciones basadas en famosas películas garantizan una entretenida jornada. Forest Lawn, Westwood y Hollywood Memorial Park harán las delicias de los nostálgicos y fetichistas de la época dorada del celuloide no exentos de cierto interés malsano, que disfrutarán lo suyo visitando estos cementerios donde reposan para siempre leyendas de la gran pantalla como Marilyn Monroe o Rodolfo Valentino.
San Francisco.
Extendiéndose por la bahía de San Francisco, esta es una encantadora ciudad distinta al resto de EEUU y especialmente la vecina megaurbe de Los Ángeles. Su aire europeo, culto y tolerante, y su carácter acogedor, con sus suaves colinas, su tráfico fluido y sus tranvías, la convierten en un destino muy apreciado por aquellos que no acaban de comulgar con eso del 'american way of life'. No en vano fue la meca de los beatniks en los cincuenta, de los hippies en los sesenta (la mítica Ruta 66, 'inaugurada' por los primeros, llevaba desde la costa este directamente a este remanso de paz)y de los homosexuales. La estampa de San Francisco es siempre reconocible por la silueta del Golden Gate, auténtico símbolo de esta ciudad.
En San Francisco cada barrio tiene su propia idiosincrasía. Por los bares, cafés, tiendas y restaurantes de North Beach rondaron beatniks, como Jack Kerouac, que escribieron sobre su desencanto e ira contra la complacencia del pueblo estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial.
North Beach alberga una de las librerías más célebres del país. City Lights ha cumplido sus bodas de plata en el mundo literario y mantiene la misma actitud de inconformismo político que atrajo a la 'Generación Beat', llamada así por incorporar a su obra el ritmo del lenguaje coloquial estadounidense y del jazz.
Desde la torre Coit puede hacerse la definitiva foto de la estampa de la ciudad y la bahía. El cercano Chinatown es el distrito más poblado y colorido, lleno de sabor oriental, como Japantown, con sus teatros y baños. En SoMa aún quedan locales que conservan su aire hippie, además de poder pasear por los jardines Yerba Buena o visitar el Museo de Arte Contemporáneo.

La comunidad gay se concentra sobre todo en Castro, una zona llena de vida que alcanza su apogeo con las fiestas del Orgullo el 28 de junio, si bien sus animados residentes llenan de color cualquier celebración, como el Halloween. Entre las calles 17 y 20 se encuentra el corazón del barrio, donde se acumulan locales de ambiente, tiendas de ropa de marca y cafeterías. San Francisco fue fundada en el siglo XVIII por los españoles, lo que queda patente en Mission, barrio histórico lleno de ambiente y con curiosos murales en las paredes donde visitar la Misión Dolores. En el distrito financiero están las construcciones más futuristas, como el Transamérica Pyramid. Probablemente el barrio más famoso sea Haight Ashbury. De meca hippie durante el "verano del amor" a zona aburguesada, aún conserva cierta rebeldía en sus garitos nocturnos y locales de tatuajes.
Al parque Golden Gate no le faltan sus jardines, lagos y paseos arbolados, perfectamente armoniosos. No destaca precisamente por su armonía la calle Lombard, considerada la Calle más Torcida del Mundo, título que esta vía recibió con pleno derecho desde su construcción allá por los años veinte en forma de zig-zag. Más movido y siempre lleno de turistas, Fisherman´s Wharf es un conjunto de calles bastante kitsch o directamente hortera, depende del gusto de cada uno. Lo mejor es su colonia de leones marinos y que desde allí se puede coger el transbordador que después de un agradable paseo nos llevará hasta Alcatraz. Este antiguo presidio del que escapar era casi imposible está rodeado de leyenda, potenciada por el cine. La visita audioguiada le revelará secretos de los reclusos que, como el célebre Al Capone, cumplieron su pena en este islote de la bahía. Incluso es posible llevarse como recuerdo un trozo de sus viejas paredes. Al otro lado de la Bahía, en Oakland, la universidad de Berkeley fue la cuna de la contracultura. Es interesante constatar las diferencia climática con San Francisco, bastante más frío y húmedo.
San Diego.
Esta agradable ciudad de poco más de un millón de habitantes, dentro de una bonita bahía, es un centro de diversión, con kilómetros de playas mejores que las de Los Ángeles y atracciones animales como el Zoo, uno de los más visitados del mundo gracias a sus 3.000 especies integradas en fieles copias de sus hábitats y la ballena orca, además de delfines, focas o leones marinos del Sea World. Además la Zona Vieja, totalmente peatonal, mantiene vestigios de la fundación española. Gaslamp, lleno de burdeles, casinos y salones de opio en el siglo XIX y de hippies en los sesenta sobrevivió a la fiebre de la especulación inmobiliaria y hoy sus decimonónicos edificios están ocupados por hoteles, restaurantes y tiendas. El Hotel Coronado, abierto en 1888, es todo un símbolo de la ciudad que ha sido frecuentado por todo tipo de personalidades, además de servir de escenario en "Con faldas y a lo loco".
Santa Bárbara.
En esta ciudad costera de recreo abundan los restaurantes, hoteles y tiendas. Playas anchas y cristalinas y una arquitectura de aire español hacen el resto.
Valle de Napa y Sonoma.
Gracias a la popular serie "Falcon Crest" son famosos los viñedos del valle de Napa, más de un centenar de fincas donde se crían magníficas viñas (Chardonay, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir). La mayoría de las bodegas se puedne visitar y ofrecen degustaciones.
Mount Whitney y Lone Pine.
Con 4.419 metros de altitud, el monte Whitney es el segundo pico más alto de Estados Unidos, y se encuentra en la cordillera de Sierra Nevada, a una distancia casi equidistante de Los Ángeles y San Francisco. Es una montaña impresionante que preside la tranquila ciudad de Lone Pine, desde donde se pueden hacer excursiones por estas escarpadas y pintorescas montañas.
Los desiertos.
Casi todo el sur de California, excepto la costa, está ocupado por desiertos tremendamente calurosos en verano y fríos en invierno. El de más fácil acceso es el de Colorado o Desierto Bajo. Entre pedregales y dura vegetación se encuentra el oasis artificial de Palm Springs, de ambiente pijo. Muy cerca los extrañamente bellos joshua tree, con sus ramas retorcidas y alzadas al cielo inmortalizados en la portada del famoso disco de los irlandeses U2 se concentran sobre todo en el Parque Nacional Joshua Tree. Algo más arriba el Mojave o Desierto Alto está cubierto por supervivientes vegetales (sobre todo cactus de diversos tamaños), mientras que entre los duros contrastes del Valle de la Muerte la vida lucha por seguir.
La península de Monterrey.
Está a unos 160 kilómetros al sur de San Francisco, con bonitos acantilados sobre el océano. Monterrey fue la capital de California bajo el dominio de los españoles y mexicanos y conserva muchos edificios de adobe y de interés histórico. A unos cinco kilómetros hacia el sur se encuentra el pintoresco pueblo de Carmel, uno de los preferidos por los millonarios para sus vacaciones. Muchas de las playas, siempre de arena blanca, están vetadas a los bañistas para proteger a los leones marinos.
Costa norte.
Los hippies de toda la vida se han trasladado, en su mayor parte, a la costa norte de California. Las razones son el poderoso imán de las comunas, el clima -más templado que en San Francisco-, y lo remoto del territorio. Este alejamiento se busca, entre otros motivos, para poder cultivar en libertad cannabis y setas alucinógenas. La capital de este «estado alternativo» es Arcata, donde la inmensa playa de Clam Beach se convierte cada noche de verano en un curioso campamento salpicado de hogueras. Curiosamente, en la costa norte hay más secuoyas que en el parque nacional del mismo nombre. Si se cae bajo el hechizo de estos árboles no puede dejarse pasar la oportunidad de recorrer la Avenue of the Giants, camino de Eureka desde el sur.
Parques nacionales: Yosemite y Sequoya and Kings Canyon.
Yosemite es un espectáculo geológico fantástico, con un valle de paredes casi verticales de más de 1.500 metros de altura y coronado por cascadas. En el fondo del valle hay praderas y bosques de robles, cedros y abetos. Sequoya and Kings Canyon alberga los inverosímiles bosques de sequoyas, únicos en el mundo. Uno de estos árboles, el General Sherman, es el ser vivo más antiguo del planeta, con más de 3.000 años de edad.
Entrar en los parques nacionales es relativamente barato, y para pernoctar en una de sus zonas de acampada («campgrounds», generalmente con aseos pero sin duchas) hay que pagar una cuota de unos 14 ó 15 dólares. Existen visitas guiadas y buenos centros de interpretación. Es imprescindible tomar precauciones contra los osos.
WASHINGTON
Seattle.
Epítome del modo de vida del norte del Pacífico, Seattle es una moderna ciudad que al contrario que otras urbes estadounidenses destaca por su civismo y concienciación social. No podría ser de otro modo en una ciudad meca del movimiento antiglobalización, cuna del movimiento grunge de principios de los noventa (con bandas como Pearl Jam o Nirvana) o que intenta, contra el culto americano al coche, incentivar el uso del transporte público. Enclavada en la bahía Elliot y vigilada por Mount Rainier, un espectacular volcán extinto de más de 4.000 metros surcado por decenas de glaciares, esta ciudad costera que vio nacer al genio de la guitarra Jimi Hendrix y que cuenta con escasos días soleados, tiene unos animados habitantes a los que les encanta salir de noche y beber café.
La modernidad de esta urbe se palpa en los rascacielos de cristal del centro, dedicado a administrar la riqueza que da Microsoft y otras compañías de informática e internet. Entre ellos está la Space Needle que, con casi 200 metros de altura, es el lugar ideal para echar la foto. Más encanto posee la Pike Place Market, antiguo mercado con un siglo de antigüedad donde comprar artesanía o comer en sus tabernas. La restaurada Pioneer Square es la zona típica para tomar el café. Capitol Hill es el barrio gay y centro cultural y artístico. El distrito U alberga la Universidad, germen de movimientos contestatarios juveniles y el Museo Burke, con sus fósiles de dinosaurios y objetos indios. Buena muestra del legado indígena es lo que alberga el Museo de Arte. Un museo atípico e interesante y uno de los principales atractivos de Seattle nes el interactivo Experience Music Project, donde realizar un peculiar repaso a la historia del rock y crear tus propios ritmos, todo ello en un edificio diseñado por Frank Gehry.
Mount Rainier.
Cerca de Seattle se alza este imponente y majestuoso volcán extinto cubierto de perpetuas nieves y surcado por casi 30 glaciares. El resto puede imaginarse: lagos cristalinos donde se refleja nítidamente el nevado pico y espesos bosques de coníferas donde pasear, montar en bicicleta o disfrutar de la belleza natural de este parque nacional.
Mount St. Helens.
La visión de este volcán nevado no puede dejar indiferente. Su enorme cráter manchado de blanco, combinando fuego y hielo es de una sobrecogedora belleza. Además, este solemne pico es también temible. En 1980 entró en una violenta erupción que destruyó todo el área circundante. Ya bastante recuperada, St.Helens es objeto de estudio de vulcanólogos y de admiración para los que se acercan al bosque Gifford Pinchot.
Parque Nacional Olympic.
La combinación de salvajes playas pacíficas, glaciares, bosques y escarpadas montañas proporciona a este parque nacional una amplia diversidad biológica tanto vegetal como animal, además de espectaculares paisajes. Destacan las orcas que pueden divisarse desde Puget Sound.
OREGÓN
Portland.
La principal ciudad de Oregón suele aparecer en los primeros puestos de las ciudades más habitables de EEUU. Y no es de extrañar, vista su ubicación, entre bellas montañas y la costa pacífica, su benigno clima, su gastronomía rica en pescado y marisco, su bien conservado pasado, sus amplias ofertas culturales y de entretenimiento, el importante uso de la bicicleta en los desplazamientos y, sobre todo, sus numerosos parques desperdigados por la ciudad que permiten en casi cualquier momento tomarse un respiro en mitad de la naturaleza. Forest Park es el más grande, pero el más famoso es el Rose Test Garden.
En Portland se puede pasar del pasado, como la obligatoria visita a la mansión Pittock de 1914, a la posmodernidad del Portland Building, sede del gobierno del condado cuya entrada está custodiada por 'Portlandia', una gigantesca estatuta de bronce. Los distintos barrios tienen su carácter propio; desde el alternativo Hawthorne al chic y moderno Parl, con sus galerías de arte, anticuarios y locales de diseño. Chinatown, centro de la comunidad oriental, alberga el hermoso Jardín Chino con deliciosos puentes sobre estanques llenos de lotos. Entre los museos de Portland destacan el de Arte, con piezas de América, Asia y Europa y una buena colección de artículos indios, y el de Ciencia (OMSI). Desde un cine OMNIMAX a un planetario o una sala que recrea un terremoto de 5.5 en la escala Richter hasta un submarino militar estadounidense o una sección para que los niños se acerquen a la ciencia.
Parque Nacional Crater Lake.
A 160 kilómetros al sur de Bend se extiende el único parque nacional de Oregón. La atracción más impresionante de este parque es sin duda Crater Lake, un lago que se encuentra en el cráter de un volcán, y cuyo aspecto es simplemente inédito, especialmente en verano, cuando el terreno volcánico queda poblado de flores. Muy cerca se hallan las impresionantes cataratas Klamath.
Pendleton y el salvaje oeste Para los sofisticados habitantes de Portland o Seattle el interior de Oregón es un territorio casi salvaje. Allí se encuentra Pendleton, que a primera vista es el típico pueblo estadounidense con calles en cuadrícula y franquicias. Sin embargo, en su subsuelo se conserva una ciudad paralela, aquella que surgió a espaldas de la ley, y en la que llegaron a prosperar decenas de burdeles y salones de juegos. Para ver Pendleton en su salsa conviene ir a mediados de septiembre. Es entonces cuando se celebra uno de los más espectaculares rodeos de EEUU. En los alrededores de Pendleton: granjas, desiertos, pueblos fantasma y un centro que preserva la cultura de los cayuse, umatilla y walla walla, el Tamastslikt. Merece la pena.
GRANDES LAGOS OHIO, INDIANA, ILLINOIS, MICHIGAN Y WISCONSIN
CAPITALMichigan: Lansing (119.128 habitantes). Ohio: Columbus (711.470). Indiana: Indianapolis (791.926). Illinois: Springfield (111.454). Wisconsin: Madison (208.054). (Según censo de 2000).
EXTENSION Michigan: 151.586 kilómetros cuadrados. Ohio: 107.044. Indiana: 93.720. Illinois: 145.934. Wisconsin: 145.438.
POBLACION Michigan: 9.990.817 habitantes. Ohio: 11.373.541. Indiana: 6.114.745. Illinois: 12.482.301. Wisconsin: 5.401.906. (según censo de 2001).
COMPOSICIÓN ÉTNICA La mayor parte de la población es blanca, aunque hay un importante porcentaje de negros provenientes del sur para trabajar en las fábricas. Hay además comunidades de asiáticos y de hispanos, que son más numerosos en Illinois.
IDIOMA Inglés (oficial)
GOBIERNO Ohio, Indiana, Illinois, Michigan y Wisconsin son estados federales de EEUU.
MICHIGAN
Detroit.
Separada de la canadiense Windsor por el río Detroit, que conecta el lago St. Clair con el Eire, esta ciudad pasó de ser un gran centro industrial, en especial de la automovilística (no en vano es sede de la General Motors o la Ford) a sufrir una severa recesión en los setenta y ochenta que redujo su población a la mitad (actualmente ronda los dos millones de habitantes) y aumentó la criminalidad. No obstante, en los últimos años la ciudad ha resurgido de sus cenizas.
Una buena visita a Detroit debe comenzar por Rivertown. En la ribera del río está Renaissance Center, siete torres circulares de oficinas que dominan la vista, rodeadas de tiendas y restaurantes. Desde sus pisos más altos la vista del lago y de la cercana Canadá merece la subida. Muy cerca, Greektown conserva todo el sabor mediterráneo en sus restaurantes, panaderías y cafeterías. La zona, bastante segura, se anima especialmente los fines de semana. Tras comer musaka, se puede reposar en el parque Lafayette, bastante próximo, y desde allí tomar Woodwark Avenue hasta el Centro Cultural, un conglomerado de galerías y museos. El Museo de Arte es famoso por el enorme mural 'Detroit Industry' pintado por el mexicano Diego Rivera. La historia de Detroit puede conocerse en el Museo de la Ciudad.
Detroit es célebre por su industria automovilística y por albergar la Motown, compañía discográfica de donde en los sesenta y setenta surgieron las principales figuras negras del soul y el funk. A 12 kilómetros de Detroit, Henry Ford, creador del modelo T, que popularizó en coche entre todas las clases sociales, abrió un interesante Museo dedicado al coche y su impacto en la vida cotidiana. El Museo de la Motown alberga objetos de artistas de la talla de Stevie Wonder o Marvin Gaye y permite visitar el estudio donde los grandes éxitos del soul fueron grabados. La influencia de la cultura negra en Detroit (el 80% de la población es de color) no se queda ahí. El Museo de la Cultura Afroamericana Charles H. Wright propone un recorrido por la historia negra de EEUU y un viaje a través de su cultura.
Isla de Mackinac.
Las dos penínsulas que forman el estado de Michigan están separadas por este estrecho que conecta el lago Michigan con el Hurón y alberga una serie de pequeñas y deliciosas islas. En Mackinac los coches están prohibidos, y los únicos medios de transporte permitidos son la bicicleta y el carruaje de caballos. La isla quiere así conservar su regusto decimonónico, patente en sus deliciosas mansiones victorianas. Sus dos fuertes, Mackinac y Holmes, nos transportan hasta el siglo XVIII. La isla alberga además bellezas naturales como el Arch Rock, un arco natural de piedra, e invita a pasear y subir a sus colinas o a jugar al golf.
Parque Nacional Isle Royale.
Visitar Isle Royale es aislarse de la civilización. Ubicada en el lago Superior, más cerca de Canadá que de EEUU, está totalmente deshabitada y los automóviles están prohibidos, por lo que el único modo de recorrerla es a pie o en bicicleta. Este parque, que se mantiene casi intacto, permite practicar la pesca o el senderismo entre sus bosques, hogar de lobos y alces. Se puede llegar en transbordador o avioneta desde Houghton.
ILLINOIS
Chicago.
A orillas del lago Michigan se alza Chicago, la tercera ciudad de EEUU con tres millones de habitantes. A pesar de la crisis sufrida hace algo más de una década por esta ciudad famosa por sus míticos gángsteres de los años veinte como Al Capone o Dillinger o sus clubes de jazz y blues y con una población en la que conviven irlandeses y alemanes con polacos, afroamericanos o hispanos, Chicago está en pleno proceso de recuperación.
Chicago es un paraíso para los amantes de la arquitectura. Desde estilos decimonónicos hasta edificios posmodernos, los rascacielos y las bellas casas victorianas dominan el paisaje urbano. El gran incendio de 1871 inauguró la era de los rascacielos, de hormigón y acero en lugar de infamable madera. Le Baron Jenney construyó el primero de su clase, al que siguieron creaciones de Sullivan o Roche como el edificio Reliance, el Rookery o el Auditorium. Frank Lloyd Wright, uno de los mejores arquitectos del pasado siglo dejó aquí la casa Robie, en el South Side. La influencia de la Bauhaus se palpa aún hoy en edificios tan vanguardistas como la torre Sears, el edificio más alto del mundo con 110 plantas, o el John Hancock Center, ubicado en Magnificient Mile, el elegante distrito comercial, lleno de tiendas. No son los únicos. Las imponentes sombras de los rascacielos del Loop se proyectan sobre las aguas del lago Michigan.
Muy cerca, el Instituto de Arte merece por sí solo la visita a Chicago. Esta pinacoteca rebosa de obras cumbres de la pintura de Monet, Seurat, Rembrandt, O'Keefe, Cézanne, Hopper o el famoso 'Gótico americano' de Wood. Al sur del Downtown, el Museo de Historia Natural Field alberga, entre piezas del Antiguo Egipto, restos de carnívoros del Cuaternario y de dinosaurios del Jurásico, a Sue, el impresionante esqueleto completo de un 'Tyrannosaurus Rex'. Para relajarse de tanto museo y tanta joya arquitectónica lo mejor es pasear por Grant Park, un oasis en pleno centro, con la fuente Buckingham, de estilo versallesco. Visitas menos sesudas pero muy divertidas son Navy Pier, con norias gigantes, cines IMAX y jardines, y el Acuario Shedd, hogar de ballenas beluga, focas, tiburones, delfines, pirañas, anfibios o pingüinos.
Resto del estado.
Abraham Lincoln es uno de los presidentes de EEUU más célebre y todo un icono americano. El abolidor de la esclavitud nació y creció en Springfield. La casa familiar, su despacho de abogado, el edificio del gobierno, donde elaboró famosos discursos, el Museo Presidencial o su tumba en el cementerio de Oak Ridge pueden verse allí. A orillas del río Illinois el parque Starved Rock es ideal para pasear entre sus cañones, senderos y cataratas y ver pasar las águilas.
En el centro del estado las comunidades amish viven aún como en el siglo XVIII, fabricando deliciosos quesos, elaborando la ropa a mano y vijando en carruaje. Al sureste de Illinois está Cahokia Mounds, declarada Patrimonio de la Humanidad, son las ruinas de la más sofisticada ciudad al norte de México.
OHIO
Cleveland.
A orillas del lago Eire, esta ciudad fue hasta la crisis de la industria en los ochenta una ciudad gris, sucia y muy contaminada. Sin embargo, fue la primera en reponerse de la crisis y resurgió de sus cenizas y de los desechos de las refinerías en una ciudad nueva, con atractivos turísticos. Una gran variedad étnica habita en esta ciudad de casi un millón de habitantes llena de puentes que se iluminan al anochecer.
AL norte de Public Square, centro urbano, se extiende el barrio Warehouse, parque histórico por su colección de mansiones victorianas en perfecto estado de conservación que albergan ahora restaurantes, tiendas y locales nocturnos. Al norte, el Rock and Roll Hall of Fame es el primer museo en ofrecer un merecido homenaje al rock. Diseñado por el arquitecto I.M.Pei con formas geométricas coronadas por una pirámide de cristal, el museo alberga joyas del rock and roll como el coche psicodélico de Janis Joplin, el mítico traje de cuero de Elvis, las gafas de Ray Charles, una guitarra de Lennon, letras manuscritas de Jimi Hendrix y mil cosas más, aparte de documentos de audio y vídeo y el Salón de la Fama, donde se homenajea a los grandes del género. El Museo de Arte destaca por sus piezas asiáticas. El de Historia Natural ofrece dinosaurios y otros animales prehistóricos y una sala dedicada a piedras preciosas.
Cincinnati.
Situada sobre unas suaves colinas a orillas del río Ohio, en la frontera con Kentucky, Cincinnati es una ciudad manejable de poco más de 300.000 habitantes cuyo centro puede recorrerse fácilmente a pie, que sin embargo tiene un área metropolitana que sobrepasa el millón de almas. Está además considerada una de las ciudades más habitables del país.
El corazón del centro es Fountain Square, con sus fuentes como la Tyler-Davidson. En sus inmediaciones abundan los edificios art-decó, de los que la sede de Procter & Gamble es un buen ejemplo. Al norte de centro están las casas de ladrillo del barrio alemán y Main Street y alrededores, llena de locales nocturnos. Hacia el este Mount Adams es una suave colina que alberga un bohemio barrio en el que se combinan las casas decimonónicas con restaurantes y tiendas de ropa a la última. A lo largo de sus cuestas se concentra la vida nocturna de la ciudad. En la cúspide está el parque Edén y, al lado, el Museo de Arte. Otros museos destacados de la ciudad son los situados en el Museum Center, una estación de ferrocarril reconvertida.
La isla Kelleys.
En el lago Eire, frente a Cleveland, se encuentra esta tranquila y aislada ínsula. Muchos visitantes acuden desde Cleveland para descansar. Sus casi 200 habitantes y naturaleza silvestre la convierten en un destino idóneo para escapar del bullicio urbano. Pocas de las construcciones tienen menos de un siglo, y la vegetación cubre toda la isla dándole un aspecto exuberante.
INDIANA
Indianapolis.
La capital del estado es una ciudad muy deportista, como demuestran sus estadios y la archiconocida carrera automovilística de las 500 Millas. Pero no hay que ser un forofo de los deportes para disfrutar de esta urbe de casi 800.000 habitantes. Las calles y mansiones, como la del presidente Harrison, de su casco antiguo se conservan casi como en el siglo XIX, y Broad Ripple Village está lleno de vida con sus restaurantes, locales, tiendas y librerías, especialmente durante el verano, cuando las terrazas de las cafeterías se llenan de locales y visitantes. En el centro se alza el Monumento a los Soldados y Marinos, dedicado a los combatientes en la Guerra Civil y desde donde se obtienen las mejores panorámicas de Indianapolis.
Descendiendo por la ribera del canal, se llega al parque White River, un oasis de diversión a orillas del río homónimo. La cultura y el entretenimiento se combinan aquí armónicamente. La muchas veces denostada cultura nativa, recibe el tratamiento merecido en el fascinante Museo Eiteljorg. El edificio imita un kiva, centro sagrado de los poblados indígenas, mientras que el interior sumerge al visitante en la esencia de las tribus que habitaron las grandes praderas antes de la llegada del hombre blanco. Al lado del Zoo los jardines son perfectos para relajados paseos entre macizos de flores.

Dunas de Indiana.
A algo menos de 50 kilómetros de Chicago y no muy lejos de Indianapolis se extiende a lo largo del lago Michigan este parque; 32 kilómetros de hermosas playas y dunas que, curiosamente, albergan una rica vida vegetal, además de pequeños bosques y una granja de principios del siglo pasado. Cuando hace buen tiempo sus playas se llenan, por eso lo mejor es moverse un poco hacia el este hasta Kemil, una playa poco concurrida con hermosas vistas del lago y el parque.
WISCONSIN
Milwaukee.
La principal ciudad del estado, sede de la cerveza Miller o de las míticas motocicletas Harley-Davidson (ambas fábricas visitables) es un auténtico microcosmos cultural. Esta mezcla de pueblos a orillas del lago Michigan queda bien patente en la riqueza y variedad de sus restaurantes, en los que es posible degustar muy buenas y diversas cocinas, y en su festival veraniego. Elegante, acogedora y dinámica, es uno de los destinos principales de la región.
Un ejemplo de la mezcla cultural es Brady Street. Desde mediados del siglo XIX aquí han habitado alemanes, irlandeses o italianos. Ahora, todo este pasado queda en sus viejos comercios y locales nocturnos. No muy lejos Third Ward es una zona ideal para pasear entre anticuarios, galerías de arte, pequeños teatros y casas decimonónicas en perfecto estado.
A lo largo de las principales calles del centro, los distintos estilos arquitectónicos de los últimos doscientos años van surgiendo ante los ojos del visitante. La casa Pabst, neorrenacentista, fue a finales del XIX la más bella de la ciudad. La iglesia ortodoxa de la Anunciación es obra de F.L. Wright. Las tendencias más modernas están en el Museo Municipal, el de Arte, con una vanguardista ampliación obra del español Santiago Calatrava y una posmoderna 'sombrilla' que regula la luminosidad temperatura en el interior, y en el Discovery World, museo de ciencia.
Islas Apóstoles.
Este archipiélago de doce islas en el lago Superior, frente a la costa septentrional de Wisconsin, constituyen un bello parque nacional que también incluye parte de la costa norte del estado y que combina playas arenosas con frondosos bosques, escarpadas costas llenas de cuevas y formaciones rocosas y una fauna cuyas principales especies son las águilas y osos negros.
Lago Geneva.
Las familias pudientes de Chicago fueron las primeras en veranear en este bello entorno a finales del siglo XIX. Además de poder recorrer el lago en barco de vapor, practicar deportes acuáticos, tomar el sol o pasear por sus parajes, es posible realizar recorridos históricos, jugar al golf o visitar los pueblos de la zona.
MINNESOTA
Minneapolis y St. Paul.
Cerca del límite con Wisconsin se encuentran las ciudades gemelas de St. Paul y Minneapolis. Separadas sólo unos veinte kilómetros, viven una curiosa simbiosis a orillas del Mississippi. La ciudad de St. Paul, capital del estado, está construida sobre siete colinas, como Roma, y es más tranquila y apacible. Minneapolis es más cosmopolita, con una arquitectura actual y animada vida nocturna. Ambas son la sede del gran centro industrial y financiero de las Grandes Llanuras que alberga casi un millón de personas, además de gozar de una intensa vida cultural.
El rincón mas histórico y encantador de Minneapolis se encuentra a orillas del Mississippi. Mississippi Mile parece haberse quedado a principios del siglo XX. Quizás el mayor espectáculo de la zona sea ver las cascadas Anthony, que antiguamente movían numerosos molinos. Aún se conserva el sistemas de diques y compuertas, y toda la zona bien merece un tranquilo paseo.
El centro es la zona de los museos. El de Ciencia tiene una buena colección de dinosaurios y otros animales prehistóricos, mientras que el Museo de Arte Frederick R. Weisman está dedicado a la producción artística del siglo XX. Su exterior recuerda mucho al Guggenheim de Bilbao; no en vano está diseñado también por Frank Gehry. La mejor foto del río y las ciudades gemelas puede hacerse desde el observatorio del Foshay Tower, primer rascacielos al oeste del río. Al lado del Centro de Arte Walker, los Jardines son otra de las atracciones de la ciudad por las imaginativas esculturas de sus fuentes.
Cathedral Hill, en la vecina St. Paul, es un barrio histórico con bellas mansiones victorianas, sobre todo a lo largo de Summit Avenue. En una de ellas habitó una temporada el escritor Scott Fitzgerald, natural de St. Paul. La casa de James Hill, con sus 34 habitaciones y pasadizos secretos, es una divertida visita, como también es ir al Mall of America al sur de Minneapolis; un auténtico centro comercial americano con miles de tiendas, restaurantes y cines.
La Highway 61.
Es la carretera que recorre 240 kilómetros alrededor del lago Superior, desde Duluth hasta la punta de Arrowhead. Bob Dylan, natural de este estado, la inmortalizó en su albun "Highway 61 Revisited", y nos permite ver acantilados, cascadas, pequeños puertos y en el llamado Boundary Waters Canoe Area, a mitad de camino, un sinfín de rincones perfectos para practicar la pesca o en invierno el esquí de fondo o los trineos con perros.
Petroglifos Jeffers.
Entre las praderas cercanas a Comfrey y Windom, no muy lejos de la Highway 71, al sur del estado, los indios grabaron figuras humanas y animales en las rocas de la zona. Estos petroglifos, fechados entre el 3.000 a.C y el siglo XVIII, cuentan toda la historia de un pueblo: sus principales acontecimientos, sus creencias religiosas o la importancia de la caza como medio de subsistencia.
MISSOURI
Saint Louis.
Su ubicación justo en la confluencia de los ríos Mississippi y Missouri la ha hecho punto de paso obligado para el transporte por tierra y el fluvial. Cuna de importantes poetas como T.S Eliot y refugio de músicos de jazz de talento irrepetible como Miles Davis o John Coltrane, St. Louis tiene un aire especial, cosmopolita y desgarbado que todos encuentran atrayente. Lo primero que llama la atención al acercarse a esta ciudad es el inmenso arco de casi 200 metros de altura ubicado a orillas del río desde donde poder tomar las mejores panorámicas de la ciudad. Sus barrios están llenos de vida y personalidad. Central West End es el distrito histórico, lleno de iglesias, casas victorianas (en una de ellas nació y vivió el poeta T.S. Eliot), tiendas y locales nocturnos. Cuando hace buen tiempo las terrazas de sus cafés se llenan de vida día y noche. Laclede's Landing es también otro distrito lleno de bullicio y marcha nocturna, mientras que U-City Loop, cercano a la Universidad, es el lugar de concentración de variados restaurantes.
Los museos son otro punto fuerte de St. Louis. El Museo de Arte destaca por sus piezas precolombinas, renacentistas y del expresionismo alemán. El Centro de Ciencia ofrece un apasionante recorrido por diversas ramas del hacer científico, desde la paleontología a la conquista del espacio en su planetario o la genética en su famosa Galería ADN, que reconstruye la estructura de hélice del ácido desoxirribonucleico. Para relajarse, lo mejor es un paseo por los Jardines Botánicos, sobre todo por el Jardín Japonés, un prodigio de belleza y elegancia.
Kansas City.
Literalmente divida por la frontera entre Kansas y Missouri, Kansas City es otro de esos lugares que ha surgido del paso de viajeros camino del oeste. Su prosperidad nació de su utilización como punto de parada obligada para los trenes que se dirigían hacia el Pacífico, que hacían escala en la hoy recuperada Union Station. Durante la época de la prohibición, sus bares de jazz continuaron vendiendo alcohol, alcanzando la ciudad esa fama de «sin city» (ciudad del pecado) y viendo surgir figuras como Duke Ellington o Charlie Parker, que tocaron en los años treinta y cuarenta en los garitos de 18th and Vine. Hoy, después de décadas de abandono, la zona está en plena revitalización. Aún puede visitarse el Blue Room, mítico local de jazz. La época dorada de esta música negra está preservada en el Museo del Jazz.
Toda la ciudad está salpicada de dos centenares de fuentes, uno de las mejores es la aneja al monumento a los veteranos de Vietnam de Missouri. Necesitará varias visitas para sacar todo el jugo al Museo Nelson-Atkins, tal es la variedad y calidad de las obras que contiene, desde cuadros impresionistas a esculturas de Henry Moore, destacando por encima de todas su colección de arte oriental. Otras distracciones son pasear por el River Market, visitar las tiendas de lujo del Country Club Plaza o pasar un día en el parque de atracciones y acuático Worlds of Fun.
Hannibal.
Situada al norte del Mississippi, esta pequeña ciudad es famosa por ser la cuna del escritor Mark Twain y haber servido de inspiración para sus novelas más populares: "Tom Sawyer" y "Huckleberry Finn", donde el escritor recoge sus experiencias infantiles en este puerto fluvial de frontera. Se puede visitar desde su casa de Hill Street a un museo dedicado a su persona, además de los escenarios de sus novelas, como el Grant's Drug Store o la cueva Cameron. Muy cerca, St. Genevieve tiene una visible herencia francesa y alemana en su arquitectura, fiestas y cafés.
KANSAS
Dodge City.
Ahora es una apacible localidad ganadera del medio oeste, pero hace algo más de un siglo era una auténtica ciudad fronteriza de la época de indios y vaqueros que cumplía todas las características de la era de la conquista del Oeste popularizadas por los westerns: forajidos, sheriffs, 'saloons' y frecuentes tiroteos. El legendario Wyatt Earp impartió aquí justicia durante una temporada. Front Street recupera todo el sabor de aquella época con la cárcel, la herrería, los bares, los tiroteos, las diligencias, los bailes... El Museo Boot Hill recrea estupendamente el espíritu del "Far West". La ciudad se originó en las cercanías del fuerte Dodge, que se puede visitar.
Parque Scott.
Considerado por National Geographic como uno de los más interesantes parques de Estados Unidos, este oasis en medio de la pradera ofrece un lago donde pescar, nadar o navegar, manantiales, profundos cañones y escarpados riscos. No sólo posee riqueza natural, sino que alberga las ruinas del poblado indio de El Cuartelejo.


DAKOTA DEL NORTE
Devils Lake.
Hacia el noreste del estado se extiende el enorme lago Devils, cerca de la ciudad homónima. Esta gran masa de agua dulce está rodeada por bellos paisajes naturales donde pasear, pescar, ir en bicicleta, montar en barca o disfrutar de un picnic rodeado por la naturaleza. Este gran parque natural está dividido en tres zonas: la isla de Graham, en medio del lago, Shelvers Grove y la bahía Black Tiger.
Parque Nacional Theodore Roosevelt.
El presidente T. Roosevelt declaró esta zona de las Badlands al suoeste de Dakota del Norte parque nacional para preservar el hábitat de especies como el búfalo, el perro de las praderas y la cabra montesa, además de reptiles, anfibios y flora que habitan en esta región montañosa semidesértica surgida en el Paleoceno. La erosión provocó aquí caprichosas formas que constituyen por sí solas todo un atractivo.
DAKOTA DEL SUR
Parque Nacional Badlands.
Hace 35 millones de años el mar que cubría esta zona del suroeste de Dakota del Sur se desecó. Miles de animales marinos murieron y se fosilizaron sobre su descubierto fondo. Aunque la vegetación cubrió al principio estos terrenos, la erosión los convirtió finalmente en esta especie de desierto montañoso que son hoy en día. Las esculpidas montañas tienen formas caprichosas, dando lugar a interesantes formaciones visualmente muy impactantes. Este sobrecogedor conjunto fue declarado parque nacional en 1978 para preservar su riqueza geológica, paleontológica (es una zona muy rica en fósiles) y natural.
Monte Rushmore y Montaña de Caballo Loco.
Cerca de las Badlands, en las Black Hills, se ubican dos montañas muy peculiares. En una de ellas, el Monte Rushmore, se acabaron de esculpir en 1927 en la roca de la ladera los rostros a tamaño gigantesco de los cuatro presidentes de Estados Unidos que sentaron las bases de la nación: George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt. Monumento patriótico, curiosidad o directamente un espanto; nadie queda impasible. Muy cerca se excavó en la roca una estatua ecuestre de grandes dimensiones del jefe sioux Caballo Loco, que derrotó a Custer en la batalla de Little Big Horn. Cuando este proyecto iniciado en 1948 concluya, será la mayor estatua del mundo de su categoría, además de convertirse en el primer monumento en Estados Unidos a la memoria de un héroe indígena.
NEBRASKA
Chimney Rock.
Esta montaña de 150 metros cercana al río North Platte no es tan sólo una curiosa formación geológica. Es además todo un símbolo de la migración y la conquista del Oeste. Para los pioneros, simbolizaba el paso de las praderas a las grandes llanuras occidentales. Parada obligada del Oregon Trail, la línea de ferrocarril que en el siglo XIX llevaba de la costa este a la oeste, en su torre decenas de emigrantes escribieron sus nombres.
Agate Fossil Beds.
Estas suaves colinas y la pradera circundante al noroeste del estado pertenecieron en el siglo XIX a un rancho. Ahora son un monumento nacional debido a sus ricos yacimientos de fósiles de mamíferos del cuaternario, muchos de los cuales pueden verse a simple vista semienterrados. Los presentes que sioux y cheyennes hicieron a Cook, dueño de estas tierras, se conservan en el museo del parque.
IOWA
Los Puentes de Madison. Cerca de Winterset se encuentra el condado de Madison, famoso por el libro de Robert J. Wallace, más tarde película, "Los puentes de Madison". Quedan seis puentes cubiertos del siglo XIX verdaderamente pintorescos. Merece la pena darse una vuelta por el condado y comprobar que el aspecto de la región es exactamente igual al que se refleja en la película, lleno de verdor y campos de cultivo. Cerca de Cumming está Francesca's House, donde se rodó parte del filme. Winterset es además la localidad natal de John Wayne. Su casa-museo está restaurada.
Las colonias Amana.
Situadas en la región central de Iowa, no muy lejos de la capital, habitan los Amana, una secta luterana alemana cuyos miebros huyeron de Europa a medidos del siglo XIX y se instalaron en un fértil valle donde se dedican a la agricultura manteniendo un modo de vida decimonónico. Sus granjas, parajes y gastronomía son un buen motivo para acercarse hasta aquí.
Museo Fort y Frontier Village.
Cerca de Fort Dodge se hallan este fuerte de 1862 y pueblo fronterizo perfectamente conservados que permiten viajar a la época de los indios y el Séptimo de Caballería. Lo mejor es ir a principios de junio, cuando se celebran los Días de la Frontera.
Agaña.
Esta población en la costa occidental en el centro de la isla es una especie de museo de historia de la isla. Desde la llegada de los españoles, la vida de la isla se ha organizado siempre en torno a ella. Es una ciudad pequeñita y podremos patearla sin problemas.
En el centro se conservan los restos de la Casa del Gobierno, que data de 1736. También es interesante la Catedral del Dulce Nombre de María, en la Plaza de España, la estatua de Juan Pablo II, que visitó la isla en 1981, la miniatura de la Estatua de la estatua de la libertad y la estatua del Jefe Quipuha.
Inarajan.
Este es quizá el asentamiento de Guam donde la presencia española se hace más presente. Se encuentra en la costa sudeste de la isla, en un escenario tranquilo y hermoso. Aquí está el Chamorro Cultural Village, una estructura de bambú donde se alberga una exposición permanente de artesanía tradicional justo delante de la costa. Otros atractivos del lugar son la cueva de Gadao, con pinturas legendarias, y la Playa de Talofofo, uno de los lugares favoritos de los surfistas. Hay dos paradisíacos rincones para bañarse, las cataratas Talofofo y Salaluga, de agua salada.
Cocos Island.
A tres kilómetros del sur de Guam se halla esta isla, privada en su mayor parte, a la que se puede acceder por transbordador o alquilando una barca. La costa oeste es pública y aquí se puede acampar y disfrutar de sus fondos coralinos, piscinas naturales y playas.
Tumon Bay.
Justo al lado de la capital, se encuentra la parte más turística de la isla, muy orientada hacia los visitantes japoneses, mayoritarios. La Playa de Y’pao es el lugar más típico para salir por la noche. Al otro lado se encuentra Gun Beach, cuyos granos de arena tienen una forma curiosamente estrellada, que no son sino la concha de un protozoo muy común en la zona.
Vista de la Bahía de Pago.
En la costa centro este hay un lugar desde el cual se puede ver el río Pago desembocar en el mar. Allí había un pueblo español que fue abandonado por la muerte de sus habitantes a causa de una epidemia en 1856. El paisaje es absolutamente extraordinario. Monte Jumullong y Lamlam. Mientras por el primero la ascensión es relativamente fácil, los 400 metros de Lamlam suponen un mayor esfuerzo. Durante una tormenta el paseo está totalmente desaconsejado.
Oahu.
Es la más populosa y visitada de las islas, además de albergar Honolulu, la capital. Aunque el emplazamiento no es especialmente interesante comparado con otros puntos de las islas, la mayor parte del turismo se concentra aquí por acceder a los servicios que proporciona la ciudad y a su curioso ambiente festivo. La capital es el punto de entrada y salida del archipiélago, un lugar muy concurrido que tiene poco de tranquilo y paradisíaco, siendo más una mezcla entre Miami y Tokio.
No obstante, al norte de la ciudad se alzan bellos bosques tropicales por donde pasear, y en la costa está la famosa playa de Waikiki, llena de hoteles, restaurantes, tiendas, locales nocturnos y visitantes. Si bien es una visita obligada, existen otras playas donde pasar mejores ratos. Sunset Beach y Makaha son punto de reunión de surfistas y las aguas turquesa de Hanauma Bay, de origen volcánico, son perfectas para bucear. La mayor atracción de la isla es la base militar de Pearl Harbor, donde conocer más sobre el famoso ataque japonés de 1941.
The Big Island (Hawai).
Aunque es más grande que todas las demás juntas, esta isla la habitan sólo unas 200.000 personas, y aún está poco explotada turísticamente. Los lugares de mayor afluencia se encuentran paradójicamente en las partes menos hermosas de la isla, construidos pensando en el mayor número de horas de sol y no en la belleza del emplazamiento. Es además la más variada, al combinar selva con desiertos y volcanes. La actividad volcánica en la isla, continua, hace que su superficie crezca cada año. Para ver esta intensa vida volcánica bien de cerca, no hay que perderse el parque nacional de los Volcanes de Hawai. Nadie debería abandonar el archipiélago sin dedicar un día a visitar este Patrimonio de la Humanidad al sudeste de la isla donde se da tanto la violencia de las fuerzas geológicas desatadas y de los ríos de lava de sus dos volcanes aún activos como la riqueza vegetal de las laderas del Mauna Loa (4.170 metros).
En la costa oeste, al otro lado de la isla, los nativos que habían desobedecido la ley de los dioses podían burlar a la muerte acudiendo a un santuario donde, tras la penitencia, un sacerdote les liberaría de la culpa. Puuhonua O Honaunau es ahora un complejo arqueológico que incluye templos, estatuas de dioses en madera y otros enseres religiosos de los indígenas polinesios. Muy cerca la playa de Hapuna es la más visitada por aficionados al surf, al buceo o a la natación. Más pintoresca es la bahía de Kiholo, al norte de Kona, un oasis rodeado de lava donde pasar una entretenida jornada en playas de arena negra frecuentadas por tortugas gigantes. Al norte de la isla el valle Waipio permite disfrutar de un paraje natural casi virgen debido a su difícil acceso y a que el único lugar donde alojarse es un pequeño hotel. Este rincón ofrece cascadas y abundante vegetación para todos los que se tomen la molestia de probar algo distinto a la playa.

Maui.
La segunda isla hawaiana en extensión y población era hasta hace pocos años un lugar solitario, paradisíaco e inexplorado, con playas desiertas y limpias. Hoy está lleno de edificios bastante feos que ocultan la verdadera belleza del lugar. El tráfico es continuo y las aglomeraciones están a la orden del día. Sin embargo esta es la isla donde más facilidades hay para practicar deportes como el windsurf, el surf, el submarinismo, la bicicleta de montaña y para observar mamíferos marinos, con la ballena como gran protagonista. La mayor concentración turística se da en la costa oeste (Lahaina o Kaanapali), por lo cual los que deseen conocer la verdadera esencia isleña deberán desplazarse al norte y el este (Haiku o Kula). La Hana Highway, que rodea el Haleakala (3.000 metros de altitud), atraviesa bosques, cataratas y pintorescos pueblecillos.
Kauai.
Esta isla, la más septentrional de Hawai, es un auténtico vergel. Sus macizas selvas tropicales surcadas de riachuelos y cascadas son lugares perfectos para practicar el senderismo y perderse entre tanta maravilla de la naturaleza, como en el cañón Waimea. Excepto la costa Na Pali, acantilada, en el resto dominan las playas, sobre todo al norte, con Lumahai y la Playa Secreta, un rincón perdido de difícil acceso donde conocer la casi absoluta soledad.
Molokai.
En esta pequeña isla entre Oahu y Maui alberga la península Kalaupapa, antiguo refugio de leprosos. Ahora es un poco concurrido destino de gran belleza sólo accesible en mula, a pie o en avioneta. La visita guiada le permitirá no perderse nada.
Isla de Saipán.
En esta pequeña isla de solo 23 kilómetros de largo por ocho de ancho se encuentra la ciudad más habitada de la Commonwealth. Garapán es una urbe que crece a pasos agigantados a causa de la oleada de turismo japonés que asola las islas. La población extranjera está haciendo a los locales sentirse visitantes. Los campos de golf, los hoteles y edificios de recreo proliferan por doquier, quitando a la isla gran parte de su carácter micronesio.
Sin embargo sigue siendo lugar fantástico que merece la pena explorar. Los accidentes geográficos se suceden, pasando de las hermosas playas de las costas sur y occidental a los escarpados paisajes del interior y luego de nuevo al mar, con impresionantes acantilados en la costa norte. Encontraremos además numerosos restos de la cultura chamorra, dominante antes de la llegada de los españoles, así como abundantes museos y monumentos referentes a la II Guerra Mundial, acontecimiento histórico de gran relevancia en las islas. Merece la pena patear la isla y es posible que un día sea suficiente para hacerlo, dado su reducido tamaño.
Tinian.
Separada de Saipán por tan solo dos kilómetros de mar, se encuentra la tranquila isla de Tinian. Este sí es un buen lugar para descansar y nada tiene que ver con su populosa vecina. La isla tiene varias playas paradisíacas, con aguas azules y cristalinas. Una de ellas, Kammer Beach, se encuentra muy próxima a la única población de la isla, San José (2.100 habitantes), instalada en un antiguo enclave chamorro y con multitud de restos de esta civilización. Al norte de San José se encuentra el aeropuerto. Otras playas hermosas son la de Toga y la de Chulu. En toda la isla podemos encontrar santuarios japoneses dedicados a los soldados y civiles que fueron masacrados por los americanos durante la II Guerra Mundial.
Rota.
A medio camino entre Saipán y Rota, esta isla tranquila y poco habitada es casi la única que mantiene casi intactos su carácter micronesio y su vida tradicional, ya que está poco tocada por el turismo. Aunque encontraremos menos comodidades y lujo que en Saipán, este es el destino indicado para aquellos a los que les gusta disfrutar del verdadero carácter de los lugares que visita. El pueblo de Songsong es un lugar tranquilo, donde no hay tráfico ni prisas. En él encontramos restos de la cultura chamorra y la iglesia de San Francisco de Borja, patrón local. Subiendo al monte Taipingot podremos ver impresionantes panorámicas de las islas. El minúsculo aeropuerto se encuentra al noreste de la isla.
Denver.
El emplazamiento de la capital de Colorado, sobre el río South Platte y frente a las Rocosas, se debe al hallazgo de oro en el siglo XIX. Los buscadores de oro la usaron como base desde donde explorar la cordillera a la búsqueda del vil metal. El ferrocarril les pasó de largo, pero consiguieron ponerse de acuerdo y juntar entre los habitantes el dinero para crear su propia conexión, cosa nada común en la historia del ferrocarril americano. Hoy Denver sigue creciendo y es una ciudad acogedora, que vive en gran medida del turismo de montaña y de las empresas punteras que la han elegido como sede.
La visita puede comenzarse por Larimer Square y Larimer Street, con sus restaurados edificios, sus tiendas de lujo y restaurantes. Al caer la noche sus pubs se llenan de animación y música. Nada tiene que envidiarle el LoDo, el distrito más 'cool' de Denver, donde antiguos almacenes decimonónicos se han transformado en restaurantes, locales nocturnos y tiendas de lo más moderno. Algo más al sur los rascacielos se apoderan del panorama urbano. Entre estos edificios de acero y cristal el Capitolio emerge desde otra época con su aire neoclásico y su cúpula dorada, No sólo es uno de los más hermosos de EEUU, sino que desde aquí se obtienen preciosas vistas de las Rocosas. Muy cerca el posmoderno edificio del Museo de Arte alberga una de las mejores colecciones de arte nativo americano del país.
De los numerosos parques y jardines desperdigados por la ciudad, quizás el más emblemático sea el City Park, con su estatua ecuestre de Bronco Billy, epítome del espíritu del salvaje oeste de los fundadores de Denver. Colindantes con él se encuentran dos de los mejores museos de la ciudad. El Black American Western Museum ocupa la casa de la primera doctora negra que ejerció en Denver, en el barrio negro de Five Points. Una versión distinta de la historia de la conquista del Oeste, donde hubo negros vaqueros, buscadores de oro y constructores del ferrocarril. El Museo de Ciencia es uno de los mejores en Norteamérica gracias a su colección de dinosaurios, mamíferos del Pleistoceno y restos humanos prehistóricos y su planetario.
Aspen y Vail.
Ubicadas en plenas Rocosas, estas exclusivas estaciones de esquí son frecuentadas por estrellas del cine y personalidades del país y resultan bastante caras, en especial Vail, aún más lujosa que Aspen. Ésta surgió en 1936, cunado la plata dejó de ser la fuente de ingresos de la zona y empezó a llegar la jet. Se puede disfrutar de los valles de Aspen Highlands, Snowmass y Buttermilk Mountain, únicos para la práctica del esquí, en verano, cuando los precios bajan. La arquitectura es de tipo escandinavo y está muy restringida y controlada por las autoridades para conservar la belleza del lugar. Vail es de más reciente creación (en 1952) y desde el principio estuvo destinada a un público de alta sociedad. Su éxito se debe a la excelente calidad de la nieve, a la variedad del paisaje, al número de remontes y la extensión esquiable de la estación, que conecta con Beaver Creek.
Parque Nacional de las Rocosas.
Una buena manera de captar la esencia de esta inmensa cordillera sin dejarse el presupuesto en elitistas estaciones de esquí es visitando este parque nacional al norte de Colorado. Montañas nevadas de 4.000 metros, espesos bosques y abundancia de flora y fauna (alces, ciervos, coyotes) son sus principales reclamos.
Parque Nacional de las Grandes Dunas.
Hacia el sur de Colorado, enfrente de los escarpados picos de la cordillera Sangre de Cristo, en las Rocosas, surgen ante la vista las inmensas dunas de arena de 200 metros que componen la mayor parte de este parque, donde las maravillas geológicas son hogar de una variada fauna.
WYOMING
Parque Nacional Yellowstone.
Es normal que este parque se haya convertido un destino turístico frecuentado por millones de personas, ya que es uno de lugares más impresionantes de la tierra. Yellowstone, el primer parque nacional del mundo, inaugurado en 1872, ocupa el extremo noroeste de Wyoming, penetrando en parte en Idaho y Montana. A alturas entre 2.000 y 3.000 metros encontramos unos 10.000 géiseres (la mayor concentración mudial de este fenómeno geológico). Las precipitaciones, ya sean en forma de lluvia o de nieve, se calientan violentamente al entrar en contacto con un terreno de alta actividad geotérmica, siendo expulsados los humos de la evaporación súbitamente y lanzados a metros y metros de altura en un fascinante espectáculo. Las fumarolas, los barros volcánicos, los sonidos que provienen de la tierra en constante ebullición, hacen de Yellowstone toda una experiencia, a la que hay que sumar sus sobrecogedores parajes y una vida animal que incluye desde el célebre oso grizzly a alces, lobos, bisontes o nutrias.
En verano es muy visitado y debemos tener paciencia porque hay verdaderas masas de turistas. Aún así, hay que conservar la calma y disfrutar porque merece la pena. En invierno es más difícil llegar allí, ya que todos los accesos quedan cortados y la temperatura baja hasta los 20ºC bajo cero o más, pero hay agencias que nos pueden llevar a bordo de motos de nieve. El escenario cambia completamente, con varios metros de nieve sobre una superficie rabiosa, que escupe el hielo continuamente.
Parque Nacional Grand Teton.
Un paraíso para los amantes de la fotografía. De día o al atardecer y en cualquier época del año, estos parajes al pie del Grand Teton (4.200 metros de altura) de las Rocosas al noroeste de Wyoming son absolutamente fascinantes con sus altos picos, glaciares, lagos y frondosos bosques.
Devils Tower.
El primer monumento nacional de EEUU, declarado en 1906, es una extraña y fascinante montaña con forma de cilindro al noreste del estado de casi 400 metros de altura y parecida a un monolito que muchos conocerán por "Encuentros en la tercera fase". Producto de la erosión, este monte de cumbre plana ha sido lugar sagrado para muchas tribus de indios. En los bosques y llanuras de sus alrededores viven perrillos de las praderas y ciervos.
Laramie.
Esta ciudad fronteriza al sureste de Wyoming vivió a fondo la época de la conquista del Oeste. Fundada en 1834, resistió ataques de indios y forajidos, alojó al ejército de la Unión y sirvió de paso a los buscadores de oro que iban hasta las Rocosas. Todo ese pasado con aroma a western es el que se conserva en el Fuerte Laramie, por donde pasaron célebres personajes de la época como Juanita Calamidad, los líderes sioux Nube Roja y Caballo Loco, Buffalo Bill, Wyatt Earp o Mark Twain. El Wyoming Territorial Park guarda más reliquias de la época como la cárcel o permite vivir durante una tarde como un auténtico cowboy en Frontier Town, que recrea al detalle el ambiente de los pueblos de las películas del oeste.
MONTANA
Parque Nacional de los Glaciares.
Este parque nacional patrimonio de la Humanidad es un paraíso inusitado para numerosas especies. Los lobos, los osos, la cabra montesa y otras muchas criaturas de montaña pueblan estos prados, esculpidos por grandes glaciares hace miles de años. Las nieves perpetuas, el frío y el aspecto de tundra nos recuerda a latitudes superiores, sin embargo esta sensación se debe a la altura. En realidad estamos al noroeste de Montana. Los picos nevados presidiendo el paisaje, los río caudalosos y rápidos, los verdes prados inundados de vida... Otro espectáculo natural que no debemos perdernos.
Little Big Horn.
Fue en las cercanías del río del mismo nombre, entre praderas llenas de verdor al sureste de Montana, cerca de Billings, donde el 25 de junio de 1876 los sioux, cheyenne y arapahoe unidos bajo el liderazgo de Caballo Loco y Toro Sentado propinaron al Séptimo de Caballería comandado por el general Custer la mayor derrota sufrida por el ejército estadounidense a manos de los nativos. Con visitas guiadas, se nos recreará sobre el terreno hasta el más mínimo detalle de la famosa batalla.
La ciudad fantasma de Bannack.
Hace unos 150 años se descubrió en Bannack el primer yacimiento de oro encontrado en Montana. La noticia se extendió como la pólvora y en menos de un año llegaron tres millares de aventureros a la búsqueda de la pepita que les salvaría de la miseria. Bannack se llenó de casas, buscadores de fortuna y prostitutas, se abrieron 'saloons' y el sheriff trató de impartir orden. Pero un día el oro se agotó y en 1938 la población fue abandonada. Esto la preservó de la destrucción y la ha convertido en una de las ciudades fantasmas más completas de EEUU, conservando todo el ambiente de la época de los pioneros.
IDAHO
Parque Nacional Cráteres de la Luna. Ciento cuarenta kilómetros al norte de Idaho Falls, al sureste de Idaho, se encuentra este parque nacional, lo más parecido a pisar suelo lunar que podemos experimentar en la tierra. Este insólito paisaje volcánico ha sido esculpido por la acumulación de lava durante 13.000 años hasta crear este ambiente surrealista que nos hace sentir como en otro planeta, gracias a sus escarpados conos volcánicos, sus cráteres y sus retorcidos árboles.
Hells Canyon.
Al noroeste del estado, cerca de la frontera con Oregón, la constante erosión del río Snake ha dado lugar a uno de los cañones más profundos del continente. A lo largo de sus 65 kilómetros de largo este desfiladero alcanza alturas de entre 1.700 y 2.400 metros. Rodeado de bosques y habitado por ciervos, alces, águilas y cabras montesas, es un lugar perfecto para practicar el senderismo o el rafting en este impresionante fenómeno geológico.
MASSACHUSETTS
Boston.
Podemos pasar por alto otros lugares de Nueva Inglaterra, pero nunca debemos omitir una visita a la ciudad más histórica de EEUU, donde se gestó todo el proceso de independencia y donde se conserva con más entusiasmo el sabor de lo europeo, hasta el punto de ser una ciudad que se dice gusta de vivir en el pasado. Su centro urbano está en perfecto estado de conservación, posee una animada vida intelectual y cultural y es una de las pocas ciudades de EEUU donde se puede aparcar el coche e ir paseando.
La mejor forma de ver lo más destacado de esta ciudad de 600.000 habitantes ubicada en una península a orillas del Atlántico donde el pasado reposa en cualquier rincón es seguir la Ruta de la Libertad siguiendo un camino marcado a través de 16 sitios. El itinerario comienza en los jardines de Boston Common. De allí se llega a la Massachusetts State House, construida después de la independencia para acoger el gobierno estatal, y a la blanca iglesia de Park Street, donde se pronunció el primer discurso abolicionista y en cuyo cementerio, el más antiguo de Boston, reposan John Hancock y Paul Revere. Old State House fue sede del gobierno colonial y ahora alberga un museo de la revolución americana. El edificio de ladrillo es estilo gerogiano de Faneuil Hall fue testigo de los más destacados discursos patrióticos, y ahora en sus inmediaciones abundan los artistas y titiriteros callejeros y mansiones perfectamente conservadas.
En North Square se halla la casa más antigua de Boston, construida en madera en 1680 donde vivió Paul Revere, independentista famoso por cabalgar hasta Concord y Lexington para avisar a los rebeldes de la llegada de tropas inglesas y otras proezas patrióticas. Detrás de su estatua ecuestre la iglesia de Old North, la más vieja de la ciudad, ofrece desde su campanario de aguja excelentes vistas del distrito financiero. El North End destaca también por sus abundantes y buenos restaurantes italianos.
A orillas del río Charles se encuentra la iglesia de la Trinidad, construida en estilo neorrománico a finales del siglo XIX y considerada una de las más bellas del país. La arquitectura más moderna también tiene su sitio entre tanta antigüedad, como demuestra la torre John Hancock. Newbury Street es una de las calles más elegantes con restaurantes y tiendas de lujo. Para visitas culturales recomendamos el Museo de Bellas Artes con excelentes piezas egipcias, japonesas, babilonias o impresionistas. El Acuario gustará a grandes y pequeños con sus pingüinos, focas, peces tropicales y tortugas. Desde aquí se organizan salidas a la bahía de Massachusetts para ver ballenas en su hábitat natural. Cruzando el río, el campus de Harvard, en Cambridge, es una buena visita por sus antiguos edificios, museos y las personalidades que han pasado por aquí.
Salem.
A 30 kilómetros al norte de Boston, siguiendo la costa, se halla esta ciudad portuaria fundada en 1626 famosa por los juicios de 1692 por los que 20 inocentes fueron ejecutados por supuestas prácticas de brujería. Esta ciudad de bonitas casas coloniales ha sabido rentabilizar tan triste acontecimiento. En Witch House tuvieron lugar los interrogatorios a los acusados, y en la Mazmorra de las Brujas hay actores que recrean los juicios. El Museo de las Brujas posee abundantes objetos y documentación relacionada con el caso, además de escenarios reconstruidos.
No todo es brujería en Salem. Los mercaderes de la ciudad traían de sus viajes por Asia multitud de objetos y vajillas que hoy se exponen, junto a recuerdos de la ciudad, en el Museo Peabody Essex. La casa más famosa de Salem es la de los Siete Tejados, célebre por la novela homónima de Nathaniel Hawthorne, nacido en Salem y cuya casa natal puede visitarse.
Cape Cod. John Kennedy fundó este parque nacional para preservar este entorno de dunas, playas, marismas, bosques y acantilados de origen glaciar situados en esta península hacia el sur del estado famosa por sus faros.

Martha's Vineyard.
La mayor isla de Nueva Inglaterra está a menos de una hora de la costa, cerca de Cape Cod. En sus bosques, playas y pintorescos pueblos le gusta veranear a la clase alta de Massachusetts, además de haber sido retiro de varios presidentes.
Nantucket.
Los amantes de la tranquilidad se sentirán en su elemento en esta isla, cerca de Cape Cod. El paisaje está dominado por playas atlánticas, marismas, faros y bosques llenos de bayas silvestres. La ciudad de Nantucket fue a principios del siglo XIX sede de un boyante negocio ballenero del que quedan muestras en las mansiones de la calle principal.
RHODE ISLAND.
Providence.
Fundada en 1636 a orillas de la bahía Narragansett por Roger Williams, huido de Massachusetts por sus avanzadas ideas, es un importante puerto y fue sede de una floreciente industria textil. La capital de Rhode Island (cuyo Capitolio destaca por su inmensa cúpula blanca) conserva un importante patrimonio histórico en las calles de su casco urbano. Un perfecto ejemplo de su riqueza arquitectónica es Benefit Street donde conocer los distintos estilos de la región (colonial, federal, neogriego o victoriano) a través de su centenar de edificios. También en esta calle se encuentra el interesante Museo de Arte RISD, con pinturas impresionistas y objetos del siglo XVIII. En el Athenaeum Poe cortejó a Sarah Whitman, mujer que inspiró su poema "Annabel Lee", y la First Unitarian Church tiene una campana forjada por el héroe de la Independencia Paul Revere.
Si bien Benefit Street es la avenida señera, todo el casco antiguo de Providence está lleno de deliciosas mansiones en bellos colores perfectamente conservadas. Providence es además un lugar perfecto para las compras. Entre sus cuidados centros comerciales destaca The Arcade, probablemente el más antiguo de EEUU. Para comer o tomarse un capuccino lo mejor es acercarse a Federal Hill, auténtico "Little Italy". Si el tiempo lo permite, el parque Roger Williams con su Zoo o dar un paseo en góndola por el río Providence son buenas opciones de ocio.
Newport.
Este importante puerto comercial fundado en el siglo XVII en la isla homónima, a la entrada de la bahía Narragansett, fue durante el siglo XIX retiro estival de la clase alta neoyorquina. La mayoría de ellas se encuentran en la Avenida Bellevue y pueden visitarse. La más lujosa es The Breakers, residencia del magnate petrolero Vanderbilt, con interiores recargados y versallescos.
La visita al Museo de la ciudad no sólo sirve para conocer más sobre el pasado de Newport, sino que también incluye un recorrido en un ómnibus del siglo XIX por Washington Square, lleno de restos de la época colonial. Iglesias, museos o la Sinagoga más antigua de EEUU son los platos fuertes.
South County.
Entre Pint Judith y Watch Hill, al sur del estado, se extienden bellas marismas y playas atlánticas perfectas para pasar unos días de descanso, practicar el windsurf u observar aves zancudas.
CONNECTICUT.
Hartford.
La capital del estado, a orillas del río Connecticut, era un asentamiento holandés hasta que el reverendo Hooker llegó en 1636 acompañado por 100 colonos. Su pasado colonial está enriquecido por tintes literarios. Aquí escribió Stowe "La cabaña del tío Tom". Su casa, decorada por ella misma, está al lado de la del no menos célebre Mark Twain. Nacido en Missouri, Twain escribió aquí "Tom Sawyer" y "Huckleberry Finn". El Capitolio del estado, con su cúpula dorada, es un buen lugar desde donde recorrer el resto del casco urbano, con la Old State House, la Center Church y su viejo cementerio o el Athenaeum. Al sur de la ciudad el bello barrio de Wethersfield rebosa de historia a través de sus iglesias y casas coloniales.
New Haven.
Bañada por el Atlántico en la desembocadura de tres ríos, New Haven se convirtió en un gran centro industrial y desde 1717 es sede de la prestigiosa Universidad de Yale cuyo campus, biblioteca y museos constituyen una muy interesante visita. Green es el distrito histórico de la ciudad, y en sus alrededores se extiende la zona moderna.
NEW HAMPSHIRE
Portsmouth.
Este puerto, muy próspero en el siglo XVIII y antigua capital del estado posee una rica historia. Gran parte de ella se encuentra en las cuarenta casas datadas entre 1695 y 1955 de Strawberry Banke. Sherburne es del siglo XVII, la georgiana Chase está perfectamente amueblada, Jones alberga objetos de valor arqueológico...Entre ellas se alzan bellos jardines. La casa de John Paul Jones o la hermosa fachada de Moffat-Ladd son los platos fuertes de la Ruta del Puerto, ideada para no perderse nada.
Canterbury Shaker Village.
Cerca de Concord, la capital, se encuentra este pueblo fundado en 1792 por la pacifista secta cuáquera. Aunque ya no quedan, se conservan los edificios de la época y se recrea la vida en esta comunidad.
White Mountains.
Este parque natural está ubicado en la sierra más alta de Nueva Inglaterra, y es uno de los principales lugares donde se desarrollan actividades turísticas. Es un paraje fantástico, con frondosos bosques de belleza extraordinaria que durante el otoño se visten de rojos y ocres. Es el marco ideal para la práctica de infinidad de deportes, entre los cuales se encuentra el esquí, tanto de fondo como alpino, el piragüismo, el senderismo y otros muchos deportes de aventura.
VERMONT

Burlington.
La mayoría de los 40.000 habitantes de la principal ciudad de Vermont son estudiantes, profesores o personal de la Universidad de Vermont o de los colegios universitarios. A orillas del lago Champlain, posee un bonito centro histórico fácil de recorrer a pie, Church Street Marketplace. Entre sus restaurantes, tiendas, elegantes boutiques, terrazas donde degustar helados de Ben & Jerry's, hechos con la excelente leche de las vacas frisonas de Vermont, y locales nocturnos se encuentran algunos de los mejores edificios de la ciudad, como el Ayuntamiento, con el Parque enfrente, la First Unitarian Church o el Richardson Building.
Lago Champlain.
Conocida como 'el sexto lago' por sus grandes dimensiones (190 kilómetros de largo y 19 de ancho), esta masa de agua estrecha y alargada sirve de frontera natural entre los estados de Vermont y Nueva York, mientras que el norte se mete en Canadá. Sus 800 kilómetros de costa son perfectos para pasear, pescar u observar aves acuáticas. Existen numerosos transbordadores que llevan de una costa a otra o a las islas. El fondo está plagado de barcos hundidos, de gran interés para los submarinistas. En la orilla de Vermont está el interesante y ecléctico Shelburne, un museo que combina cuadros de Homer con objetos indios, recuerdos circenses o un antiguo barco de vapor.
Green Mountain.
Gran parte del sur del estado está cubierto por este parque natural con zonas vírgenes, lagos y ríos donde practicar la pesca, el piragüismo, la bicicleta de montaña, el esquí o montar a caballo.
MAINE
Parque Nacional Acadia.
La joya de la corona de Maine es un perfecto ejemplo del paisaje costero de Nueva Inglaterra, rico en acantilados y arenosas playas, si bien de aguas frías. Ocupa toda la extensión de la isla Mount Desert, cercana a la costa, y se puede recorrer a pie, en bicicleta o a caballo y ver marmotas, ciervos, zorros u osos negros o ascender los 465 metros del monte Cadillac.
Ogunquit.
Las mejores playas de Maine se encuentran en este pueblo de pescadores al sur del estado que albergó a finales del siglo XIX una colonia de artistas cuyas obras pueden contemplarse en el Museo.
Bahía Penobscot.
Situada a medio camino de la costa de Maine, esta bonita bahía es un buen lugar de recreo con sus acantilados, playas, pintorescos puertos, excelente langosta y bonitos parajes. Localidades como Castine o Lincolnville son deliciosas visitas. Algunas de las islas (Vinalhaven, Deer, Isleboro) están pobladas o son áridas rocas de granito, pero la mayoría están vírgenes y sirven de refugio a focas y aves marinas.
Parque Baxter.
El majestuoso Katahdin, hacia el norte de Maine, está rodeado por espesos bosques y lagos donde habitan ciervos, alces, osos o mapaches. Entre los múltiples senderos de este parque destaca la Ruta de los Apalaches que se inicia en Georgia y culmina en la cima del Katahdin.
WASHINGTON D.C
Es uno de los lugares más turísticos de Estados Unidos, con unos veinte millones de visitas anuales. Esta urbe de medio millón de habitantes fundada en 1791 para albergar el gobierno federal y la residencia presidencial, es, curiosamente, una ciudad bonita y acogedora, con sus grandes avenidas, sus parques, sus edificios neoclásicos, muchos de ellos célebres a través del cine y la televisión, y sus abundantes restaurantes y locales nocturnos. Su activa vida política y diplomática, con multitud de limusinas, contrasta con la pobreza de ciertos barrios y la abundancia de vagabundos.
Si bien durante el verano algunos edificios oficiales abren sus puertas, las altas temperaturas y largas colas pueden disuadir a muchos. En todo caso, una buena visita a la capital de EEUU puede comenzar en el Capitolio. Construido en 1791, la sede del Congreso es un edificio de mármol blanco coronado por una gigantesca cúpula. Dentro: murales patrióticos y estatuas de grandes prohombres de la nación.
Ante el Capitolio se extiende The Mall, una amplísima avendida arbolada salpicada de célebres edificios y monumentos. Uno de los mejores museos del país, el Smithsonian se encuentra aquí. No hay un aspecto de la ciencia, la técnica, la cultura o el arte que no tenga aquí representación. Al edificio original de ladrillo rojo se le han ido añadiendo galerías y construcciones, como la del Museo del Aire y el Espacio, que alberga el avión de los hermanos Wright, uno de los Concorde de Air France o una roca lunar que puede tocarse, o el Museo de Historia Natural.
La dirección más famosa del mundo, 1600 de la avenida Pennsylvania, es donde se ubica la Casa Blanca, residencia de los presidentes de EEUU desde 1800. Cada uno hizo añadidos y cambios a esta mansión neoclásica para adaptarla a sus gustos. Desde el 11-S, als visitas a la Casa Blanca están muy restringidas. Yendo hacia el río Potomac nos topamos con el colosal Monumento a Washington, un obelisco que se refleja en las tranquilas aguas de un lago.
El Lincoln Memorial es más que un homenaje al asesinado presidente con una gran estatua sentada de él, sino también todo un símbolo de la lucha por los derechos civiles. En su escalinata pronunció en 1963 el pastor Martin Luther King su famoso discurso 'He tenido un sueño'. No es éste, sin embargo, el memorial más visitado en Washington, sino el de los Veteranos de Vietnam, dos muros de mármol negro en forma de V que tiene inscritos los nombres de todos los soldados que perdieron la vida en ese conflicto.
MARYLAND
Baltimore.
Ubicada al norte de la bahía de Chesapeake y bañada por el río Patasco, Baltimore es una de las más atractivas ciudades del Atlántico con su carácter excéntrico y cautivador. El Inner Harbor es el centro de la ciudad, un animado lugar con su paseo marítimo, restaurantes, tiendas y cafeterías y barcos antiguos. En uno de ellos se aloja el Museo Marítimo. No obstante, la gran atracción del barrio es el Acuario, donde habitan peces, cetáceos e invertebrados marinos de toda clase.
Más animado, antiguo y de sabor marinero que Inner Harbor es Fells Point. Por las noches sus muelles y casas de antiguos edificios se llenan de juerguistas. Entre ambos, Little Italy es un buen lugar para almorzar. De camino a SoWeBo, el distrito bohemio y artístico de Baltimore, se halla la tumba de Edgar Allan Poe. El genial escritor se trasladó aquí en 1831 con su tía y sobrina, de la que se enamoró. Tras su muerte, se sumió en el alcoholismo, muriendo una noche de octubre en una calleja de Baltimore. Los artistas que se trasladaron hasta Southwest Baltimore reavivaron gran parte de este barrio, si bien por las noches puede resultar algo peligroso.
Hacia el norte Mount Vernon cuenta con su propio Monumento a Washington, cuyos 228 escalones pueden ascenderse para tener una mejor panorámica de este encantador barrio con sus mansiones oniales, plazas y fuentes.
Annapolis.
La capital del estado es una pequeña ciudad de 40.000 habitantes fundada en 1649 que no ha perdido un ápice de su encanto dieciochesco y en la cual los edificios modernos apenas destacan entre tanta antigüedad. No hay que perderse su Casa del Gobierno, la Hammond-Hardwood House y la sede del Gobierno de Maryland, un edificio del siglo XVIII.
Además, Annapolis es desde 1845 sede de la Academia Naval, lo que le proporciona una animada vida náutica y marítima. Sus numerosos restaurantes la convierten en un lugar muy animado.
Bahía Chesapeake.
El mayor estuario de EEUU, que divide al estado de Maryland en dos, es un mosaico de pueblos pesqueros ricos en bellezas naturales, pesca o historia con preciosos rincones para perderse.
VIRGINIA
Richmond.
La capital de Virginia puede presumir de un rico y conflictivo pasado. De gran ciudad colonial pasó a ser sede del bando confederado durante la Guerra de Secesión y a presenciar cruentas batallas. Ahora es una ciudad que conserva un aroma histórico, sede de la industria tabaquera y con fama de acogedora. Desde el Museo del Bando Confederado, con muebles, enseres militares, documentos y fotografías de la época hasta el Museo de Edgar Allan Poe -que pasó una buena temporada en Richmond pero no en esta casa, si bien los muebles y objetos que exhibe sí pertenecieron al autor de 'El cuervo'- pasando por su Capitolio, mandado construir por Jefferson y que asemmeja un templo griego, o la Monument Avenue. Llena hasta hace poco de estatuas de prohombres del bando confederado- y, por tanto, defensores de la esclavitud- la tendencia se invirtió añadiendo la del tensitas Arthur Ashe, primer afroamericano es ser homenajeado en esta calle.

Mount Vernon.
Esta bonita mansión rural neoclásica fue el lugar donde el primer presidente de Estados Unidos, George Washington, y su esposa Martha vivieron casi medio siglo y donde fallecieron. La casa, típica hacienda colonial dieciochesca, posee tres plantas, jardines y plantaciones, todas ellas perfectamente conservadas. La mansión, de tres plantas, conserva los muebles y enseres de los salones, habitaciones y del despacho de Washington, además del dormitorio donde estuvo el general Lafayette o la llave de la Bastilla que éste regaló a sus anfitriones.
Monticello.
A 100 kilómetros de Richmond se halla otra famosa plantación dieciochesca, la residencia de Thomas Jefferson. La casa alberga muebles, ropas y objetos personales del tercer presidente y padre de la patria, que dio su impronta personal a todo el conjunto. Jamestown.
Una curiosa visita para el viajero que se acerque a Virginia es la primera colonia anglosajona de América, Jamestown. Fundada por los colonos británicos que al mando del capitán John Smith arribaron a estas costas en 1709, la colonia tuvo una breve y agitada historia. Duros inviernos, enfrentamientos con los algonquinos (a pesar de que Pocahontas, la hija de uno de sus jefes, se integrara fácilmente con los colonos)y otros contratiempos llevaron a su abandono a finales del siglo XVII. Desde los años noventa se han acometido una serie de excavaciones que han dejado al descubierto gran parte del emplazamiento original.
Williamsburg.
Unos cuatro millones de personas visitan anualmente este pueblo perfectamente conservado de la época colonial convertido en una suerte de museo viviente al aire libre. Paseando entre sus monumentos y casas antiguas, uno puede toparse con George Washington, Jefferson y tantos otros, que escenifican momentos importantes de la vida de la ciudad y de la época de la Independencia, lo que supone una buena y amena manera de aproximarse a la historia norteamericana.
Parque Nacional Shenandoah.
Situado en las montañas Blue Ridge, una sierra integrada en la cordillera de los Apalaches, al oeste de Virginia. Este paisaje montañoso está cruzado por numerosos caminos para practicar senderismo, incluyendo un tramo de más de 150 kilómetros de la Ruta de los Apalaches, un itinerario que va desde Georgia hasta Nueva Inglaterra diseñado para no perderse ninguno de los encantos de este sistema montañoso de suaves elevaciones y rica vida vegetal y animal (ciervos, osos). Desde el río Shenandoah a bosques de robles pasando por cascadas y restos de antiguos pobladores, este parque nacional ofrece esto y mucho más.
DELAWARE.
El segundo estado más pequeño de la Unión puede presumir de la belleza de sus costas y pueblos pesqueros, bañados por las aguas de la Bahía Delaware. En sus arenosas playas pueden observarse cetáceos, crustáceos (como sus famosos cangrejos), aves o mariposas como las monarca en su migración del norte al sur del continente. Entre las playas, destaca Rehoboth Beach, llena de restaurantes, tiendas, puertos, locales de marcha y más.
Para los que se agobien con la masificación en Rehoboth pueden acercarse a Lewes, pueblo marinero fundado en 1631 por los holandeses a la entrada de la bahía que alberga bonitas casas antiguas en madera de colores o en ladrillo y viejas iglesias y cementerios, además de un pequeño y pintoresco puerto y restaurantes donde degustar el marisco de la zona. Muy cerca uno puede perderse entre los pinares y dunas del parque Cape Henlopen u observar aves en el refugio Prime Hook.
VIRGINIA OCCIDENTAL.
Dedicar un día a visitar Charleston, la capital del estado, no está de más. Además de ofrece la más amplia oferta cultural de Virginia occidental, alberga una serie de interesantes edificios, en especial el Capitolio, construido con seis tipos distintos de mármol y coronado por una cúpula dorada. A su alrededor encontramos la Casa del Gobernador y el Museo del Estado, con muestras de arte y muebles, ropas y objetos de los siglos XVII, XVIII y XIX.
No obstante, el principal atractivo del estado son sus riquezas naturales, como las Cataratas Blackwater, situadas al noreste del estado, en las montañas Allegheny, dentro de los Apalaches. Aquí se puede pasear, montar a caballo, navegar en cristalinos lagos o bañarse en los riachuelos si el tiempo lo permite. No debemos olvidar que la Ruta de los Apalaches cruza el este del estado combinando atractivos naturales con otros históricos y antropológicos.
Isla de Tutuila.
Pago Pago.
Lo cierto es que Pago Pago en conjunto no es un lugar bonito. El puerto es sucio y maloliente, y toda su basura va a parar al agua. Sin embargo encontraremos en esta pequeña ciudad lugares agradables y hermosos, como el mercado donde acuden los agricultores el sábado a vender sus productos tropicales. Plátanos, cocos, taro y otros vegetales se pueden adquirir aquí a precio razonable. Se puede ascender el monte Alava para tener una bonita panorámica del puerto y la isla.
El parlamento local o fono fue construido al estilo de los fales locales y es un edificio fantástico, muy bien desarrollado. Se terminó de construir en 1973. Muy cerca del parlamento se encuentra el Museo Jean P. Haydon, que aloja herramientas y piezas realizadas por los samoanos, mayormente antes de la llegada de los europeos. Entre estas piezas, son muy interesantes las canoas que utilizaban para la pesca y la guerra. Pago Pago es el lugar ideal para ir de compras, y los precios son razonables ya que es una zona libre de impuestos.
Entorno de la isla.
Es un placer dejar Pago Pago para entrar en la Tutuila rural. Paisaje montañoso, ambiente fascinante, vegetación exuberante, playas blancas de aguas cristalinas... Esta es la verdadera Samoa. La parte este de la isla está menos habitada y tiene menos tráfico. En esta parte se encuentra la famosa montaña escarpada y cubierta de vegetación llamada “Rain Maker” (Fábrica de Lluvia), que retiene las nubes a su paso y provoca un clima húmedo entre su cima y el mar.
En los alrededores de la capital se extiende el Parque Nacional de la Samoa americana, que se reparte entre Tutuila, Ofu y Ta'u, si bien la parte de Tutuila es la más accesible. Creado por el presidente Ronald Reagan en 1988, combina bosque tropical con arrecifes coralinos y paradisíacas playas. El cercano y pintoresco pueblo de Vatia proporciona alojamiento, y en la minúscula y deshabitada isla The Pola hay soledad, paz y aves marinas.
También hay hermosas playas como las de Fagasa o las del cabo Taputapu (Loa Cave), al oeste. En el extremo sur de la isla está la bahía Fagatele, cuyo difícil acceso garantiza paz y soledad para bucear, tumbarse al sol u observar fauna.
Aunu'u.
A quince minutos en barco de Tutuila se encuentra esta tranquila y poco visitada isla. Se puede organizar una visita de un día (siempre que no sea domingo) y organizar un picnic en alguna de sus playas y bahías.
Ofu y Olosega.
Estas dos islas están a muy poca distancia y esto permite unirlas con un puente. En torno a éste existen interesantes fondos marinos dignos de ser explorados, aunque hay tener cuidado con las fuertes corrientes que se generan entre las dos islas. Ofu es la más bonita isla del archipiélago, en especial su costa sur, donde bucear, practicar surf o visitar ruinas polinesias en To'aga Site. Si subimos al Tumuttumu por el camino de jeeps que lleva a la torre de televisión, tendremos una visión espectacular sobre la isla y seremos testigos de los cambios en la vegetación a medida que nos acercamos a la cima. En Olosega se puede ascender al Piumafua.
Ta’u.
Esta pequeña isla de forma rectangular es la más elevada de la Samoa Americana. Centro espiritual de la cultura samoana, es muy montañosa. El punto más alto del archipiélago, el Lata (de casi 1.000 metros) se halla aquí. Sus principales atractivos son la cueva de Ma’ava, las cataratas de Lufuti, la playa de Fagamalo Cove y, sobre todo, el parque nacional de la Samoa americana, que en su sección perteneciente a esta isla ofrece la aventura de escalar el Cráter Judds, de origen volcánico.
ARIZONA
El Cañón del Colorado.
Durante millones de años, el río Colorado ha ido excavando poco a poco en la piedra rojiza un desfiladero que actualmente tiene más de un kilómetro de profundidad y 24 kilómetros de anchura en su punto máximo. Este impresionante barranco situado entre semiáridas montañas en la meseta del Colorado, al norte de Arizona, despierta el interés de millones de personas en todo el mundo. A pesar de que recibe unos tres millones de visitas al año, el lugar permanece virgen e imponente, intimidando impasible a quien le observa. Además de su riqueza geológica e impresionantes vistas, alberga una amplia variedad de vida e incluso especies endémicas.
Hoy en día hay organizadas muchas actividades que pueden aproximar al espectador a la grandeza de este fenómeno natural. Existen excursiones en helicóptero que sobrevuelan la zona, brindando una panorámica aérea de esta fenomenal fisura, fruto de años y años de erosión. Se puede, incluso, navegar por el río en una barca neumática, alojarse en hoteles en sus orillas o bañarse en cascadas de agua cristalina en Havasupai. Aún así, el visitante suele quedar marcado por la sensación de conocer sólo una pequeña parte de una gran inmensidad.
Monument Valley.
La imagen que todo Occidente tiene del oeste americano tiene su paradigma en este enclave en los confines de Arizona y Utah. Aquí, el desolado desierto rojizo es interrumpido por caprichosas formas rocosas. Uno de los monolitos más impresionantes son los llamados The Mitterns, en forma de meseta y con una roca a modo de pulgar. Esta zona, por la que uno espera ver aparecer en cualquier momento a una tribu de apaches o a John Wayne, permanece intacta en manos de los indios navajos, que explotan en parte la actividad turística de la zona con rutas a bordo de todoterreno, por cierto, muy convenientes para esta excursión en la que hay que atravesar largos trechos de carretera sin pavimentar.
Flagstaff.
A 175 kilómetros al norte de Phoenix encontramos esta ciudad, sede de la Universidad del Norte de Arizona y auténtico oasis cultural. Su casco antiguo, lleno de encantadores cafés y locales de jazz entre casas de aire victoriano es el antídoto perfecto a tanto motel de carretera, y su clima fresco lo es a los rigores del desierto. Su arboleda o el observatorio Lowell, donde se descubrió Plutón, son buenas visitas. Además, sirve como base a excursiones al Gran Cañón o al Cráter.
Cráter Barringer.
Hace unos 50.000 años, un meteorito impactó contra el desierto de Arizona, dejando un cráter de 1 kilómetro de ancho y 175 metros de profundidad; el primer impacto de meteorito declarado como tal en el mundo. La visión de este enorme agujero en el suelo provocado por una roca del espacio en medio de un árido desierto es tan maravillosa y sobrecogedora como fría e inquietante.

Tucson.
Mientras que la capital del estado es una ultramoderna ciudad de rascacielos, Tucson mantiene viva gran parte de sus raíces indias y españolas, mezclada con vestigios de la época del Lejano Oeste. A los pies de las montañas Santa Catalina y con gran cantidad de días de sol al año, la segunda ciudad del estado combina la tradición hispano-mexicana con la modernidad estadounidense, como puede verse en la combinación de la Casa Cordova, un edificio español de casi 200 años, con las modernas esculturas del Museo de Arte, dentro del distrito Presidio, uno de los más antiguos de la ciudad y llamado así por albergar en otros tiempos una cárcel española. Las casas más pintorescas son las del Barrio Histórico, pero para poder disfrutar de un enclave único hay que trasladarse a 16 kilómetros de la ciudad a San Xavier de Bac, una misión española del siglo XVIII bien conservada y donde aún se celebran oficios religiosos.
Alrededor de Tucson se extiende un desierto lleno de cactus y vida animal. A 48 kilómetros el desierto de Sonora ofrece lo mejor de su paisaje y fauna en el parque nacional Saguaro, que recibe su nombre de los gigantescos cactus que dominan el paraje.
NUEVO MÉXICO
Santa Fe.
Esta hermosa ciudad fundada por los españoles en 1609 es una de las más antiguas del país y también una de las más pintorescas y llenas de encanto. Sus casas de adobe con puertas y ventanas de colores y sus iglesias barrocas de la época española hacen que resulte difícil creer que estemos en EEUU y no en un pueblo mexicano. Hace treinta años los únicos visitantes de esta ciudad próxima a la cordillera Sangre de Cristo y rodeada de bellos paisajes eran artistas y hippies que venían a pintar los colores del desierto. Algo queda aún hoy en sus numerosas galerías de arte (como las de Canyon Road), mercadillos y tiendas de colorida artesanía.
Entre los recomendables museos de la ciudad destacan dos. Por un lado el Palacio del Gobernador, el más antiguo edificio civil de Santa Fe, construido en 1610 por los españoles y que alberga muestras del legado español, mexicano, indio y anglosajón que convive en la capital de Nuevo México. Por otro, el de Georgia O'Keefe, una de las mejores pintoras estadounidenses del pasado siglo que vivió gran parte de su vida en Nuevo México.
Albuquerque.
Si bien las rutas turísticas suelen pasarla de largo, Albuquerque, fundada en 1702 por los españoles, es una ciudad en la que conviven el patrimonio hispano-mexicano con el estadounidense, dando lugar a un interesante lugar sin la afluencia de turistas ni los elevados precios de Santa Fe o Taos. Lo mejor es comenzar la visita en Old Town, con edificios de la época colonial española, restaurantes, cafeterías y vida nocturna. Allí encontramos la iglesia barroca San Felipe Neri, el teatro KiMo y su peculiar decoración y el Centro Cultural de los indios Pueblo, donde saber más de los primitivos habitantes del estado. En las afueras encontramos un tramo de la mítica Ruta 66 y los Petroglifos, piedras de basalto talladas y pintadas por los nativos hace miles de años.
Taos.
Otrora meca hippie, Taos es uno de los destinos más visitados de EEUU, ya sea por sus bellos paisajes, sus bonitas casas e iglesias de adobe, muchas decoradas con murales de aire mexicano, su vida cultural y artística o la posibilidad de practicar numerosos deportes de aventura en sus alrededores. La pintora Georgia O'Keefe y el escritor D.H. Lawrence pasaron largas temporadas en Taos Pueblo, un asentamiento indio de adobe habitado desde el siglo XV.
Parque Nacional Carlsbad Caverns.
Casi en la frontera sur de Nuevo México se encuentra este parque nacional consistente en un centenar de cuevas y cavernas llenas de estalactitas, estalagmitas, lagos interiores y otras bellas y fascinantes formaciones geológicas. La cuevas son, además, bastante accesibles.
NEVADA
Las Vegas.
En medio del más árido desierto de Nevada, al sur del estado, surge de repente entre arena y cactus una irreal sucesión de excéntricos hoteles, casinos abiertos a todas horas todos los días y gigantescos luminosos. Un paraíso artificial o un infierno kitsch, Las Vegas era un pequeño pueblo fundado por los españoles y ampliado por los mormones que en pocos años se convirtió en una urbe en medio de la nada.
La clave de su éxito se basa en la legalización del juego y la permisividad en las leyes del divorcio que el estado de Nevada llevó a cabo en 1931 para superar la Gran Depresión. Los obreros que trabajaban en la cercana presa Hoover se acercaban aquí a gastar su dinero en el juego y la prostitución. A la sombra del gángster Bugsy Malone Las Vegas empezó a emerger hasta convertirse en lo que es hoy: una sucesión de extravagantes y lujosos hoteles, llamativos luminosos, casinos, espectáculos de strip-tease y de variedades, burdeles, famosos (personajes como Frank Sinatra, Elvis o Howard Hughes han estado muy ligados a esta esquina de América), limusinas, improvisadas iglesias donde casarse en cinco minutos disfrazado de El Rey, tiendas... Un centro de diversión, meca del vicio, que sigue creciendo a un ritmo incansable y cambia de cara según las modas. Para los que se cansen de jugarse sus ahorros a la ruleta, pueden darse un garbeo por los alrededores, que albergan bellezas naturales.
Parque Nacional de la Gran Llanura.
Al este de Nevada, cerca de la frontera con Utah, se extiende este parque nacional que glosa los distintos accidentes geológicos y variedad biológica de la Gran Llanura de Nevada. Ríos, lagos, distintos tipos de bosque, cavernas, o los pinos 'bristlecones', de retorcidos troncos, todos tienen cabida en este paraje natural.

Lago Tahoe.
En la frontera de Nevada con California se extiende esta masa de agua dulce donde navegar, practicar deoportes acuátyicos, disfrutar de la naturaleza o solazarse en tranquilas playas. En su ribera se haya el rancho Ponderosa, donde se filmó la popular serie 'Bonanza'.
UTAH
El Gran Lago Salado.
Este enorme masa de agua de unos 4.000 kilómetros cuadrados tiene un interés básicamente geológico, ya que las continuas subidas y bajadas de sus aguas imposibilitaron el establecimiento de complejos hoteleros. Su principal particularidad radica en el hecho de tener un alto grado de salinidad, que en muchas ocasiones permite flotar como en el mar Muerto. Aunque no hay peces por la abundancia de sal, es un excelente lugar para observar aves.
Parque Nacional Arches.
Situado al sur de Utah, lindando con Canyon Lands, este parque contiene la mayor concentración mundial de arcos esculpidos por la naturaleza. La erosión del viento y el agua ha formado estas colosales arcadas de piedra arenisca, que hacen del paraje una zona de extraño exotismo y especial belleza.
También se han encontrado en el parque algunas pinturas rupestres realizadas por los indios. Principalmente representan jinetes, por lo cual datan de fechas recientes, después de que los españoles introdujesen el caballo. El parque se encuentra a sólo unas pocas millas de Moab, una de las ciudades más importantes de Utah. La mejor época para visitarlo es la primavera o el otoño. Los veranos son demasiado calurosos.
Parque Nacional Bryce Canyon.
Al sur del estado se halla esta concentración de pináculos, afilados riscos y caprichosas formas fruto de millones de años de erosión. Los distintos estratos de piedra rojiza son perfectamente visibles entre elevados desfiladeros donde habitan águilas y mariposas entre pinos.
Parque Nacional Zion.
Muy cerca del anterior encontramos este otro parque nacional de Utah en el lugar donde se encuentran la meseta del Colorado, la llanura y el desierto de Mojave. De ahí la amplia variedad de paisajes y ecosistemas que cohabitan en una misma zona. La erosión ha creado curiosas formas, y entre los desfiladeros caen las cascadas. Entre la fauna, una enorme variedad: ciervos, alces, murciélagos, serpientes, anfibios y numerosas especies de aves.

Mexico

Nombre completo del país: Estados Unidos Mexicanos
Superficie: 1.972.000 km².
Población: 101.000.000 hab.
Capital: Ciudad de México (22.000.000 hab.)
Nacionalidades y etnias: 60% mestizos (mezcla de europeos e indígenas) y 30% indígenas (americanos nativos o indios; entre estos últimos se encuentran: los nahuas, mayas, zapotecas, mixtecas, totonacas y tarascos o purepechas)
Idioma: español y más de 50 lenguas indígenas
Religión: 90% católicos, 6% protestantes
Sistema de gobierno: república presidencialista de corte federal
Presidente: Vicente Fox Quesada


PIB: 637.200 millones de dólares
PIB per cápita: 6.260 dólares
Crecimiento anual: 7%
Inflación: 9%
Principales recursos económicos: tabaco, industria química, textil, automovilística y alimentaria, hierro y acero, petróleo, minería, bienes de equipo y turismo
Principales socios comerciales: Estados Unidos, Canadá, Alemania y Japón

Visados: Los ciudadanos de Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Australia, Argentina, Chile y casi todos los países europeos no requieren visado para entrar en México como turistas. Sin embargo, deben hacerse con una tarjeta de turista, disponible en las embajadas y en los puestos fronterizos. La tarjeta de turista que reciben los viajeros procedentes de Guatemala o Belice suele tener una validez de únicamente 15 días.
Condiciones sanitarias: en general son buenas. Debe consumirse agua embotellada y evitar las comidas en los puestos callejeros debido al riesgo de padecer enfermedades gastrointestinales. Los niveles de contaminación del aire en Ciudad de México son sumamente elevados entre noviembre y febrero.

Ciudad de México
Esta inmensa urbe o se ama o se odia. Cuenta con todo aquello que se puede esperar de la mayor metrópoli del mundo. Lo mejor y lo peor del país se concentran en el altiplano donde se extiende Ciudad de México. El resultado es una megalópolis contaminada y bulliciosa, donde se mezclan la música y el ruido, el aire viciado y los parques verdes, los palacios coloniales, los museos de renombre internacional y los interminables suburbios de chabolas.
El centro histórico de Ciudad de México, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la Unesco, es la plaza de la Constitución, comúnmente conocida como el Zócalo. Fue pavimentada por primera vez en 1520, por orden de Hernán Cortés, con piedras procedentes de las ruinas de los templos y palacios de la ciudad azteca de Tenochtitlán, sobre la que se construyó Ciudad de México. Tenochtitlán fue edificada en mitad de una laguna, de modo que la mayoría de los viejos edificios e iglesias de la capital se están hundiendo en el suelo pantanoso sobre el que fueron levantados. El palacio Nacional ocupa toda la parte este del Zócalo; se construyó en el antiguo emplazamiento de un palacio azteca y, antiguamente, era la residencia de los virreyes de Nueva España. Hoy alberga las oficinas presidenciales, un museo y los dramáticos murales pintados por Diego Rivera que narran la historia del país.
La catedral Metropolitana, en el lado norte del Zócalo, fue construida por los españoles hacia 1520 en el lugar donde se erigía el Tzompantli de los aztecas, o muro de las Calaveras (una especie de altar donde se colocaban las calaveras de las personas sacrificadas). Justo al este de la catedral, se encuentran los restos del templo Mayor, el principal santuario azteca, así como un museo con objetos descubiertos en el yacimiento.
La Alameda, antaño un mercado azteca, es hoy un agradable parque. Las calles próximas a ésta incorporan una mezcla de mansiones coloniales, rascacielos, animados cafés y restaurantes, tiendas y mercados. Otros lugares destacados son el bosque de Chapultepec, el mayor parque de Ciudad de México -que alberga varios museos, parques de atracciones y la residencia presidencial-; la basílica de Guadalupe, la iglesia construida justo en el lugar donde la tradición cuenta que se apareció el patrón de México; las casas coloniales de San Ángel, la pirámide de Cuicuilco ; y los canales de Xochimilco.
La plaza Garibaldi es el lugar donde las bandas de mariachis se reúnen por las tardes, y la Zona Rosa, el barrio donde se concentra la oferta de diversión nocturna. Los mejores hoteles con precios moderados están situados al oeste del Zócalo y al sur de la Alameda. Prácticamente en toda la ciudad es posible saborear platos exquisitos a precios muy económicos.
Alrededores de Ciudad de México
A tan sólo 50 km al noreste del centro de Ciudad de México, está situada la ciudad antigua más notable del país, Teotihuacán. Se cree que, durante el siglo VI, en la época de su apogeo, llegó a albergar doscientos mil habitantes. Teotihuacán fue la capital de la primera gran civilización mexicana; sus ruinas son el testimonio de su enorme importancia. Los viajeros podrán contemplar la avenida de los Muertos, la pirámide del Sol (de 70 m de altura), la pirámide de la Luna y el templo de Quetzacóatl. Esta ciudad sagrada recibió la denominación de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.
Tula, probablemente la antigua capital de la civilización tolteca, se encuentra 65 km al norte de Ciudad de México. El lugar es célebre por sus imponentes guerreros de piedra, de 4 m de altura.
Unos 85 km al sur de la capital se halla Cuernavaca, una ciudad cuyo suave clima ha atraído, desde la época colonial, a la gente adinerada de Ciudad de México en busca de sosiego. Gran parte de la belleza de la urbe se oculta detrás de altos muros y patios, pero varias de las residencias se han transformado en galerías, hoteles y restaurantes. No es una metrópoli recomendable para aquellos viajeros que cuenten con un presupuesto limitado, y sus atractivos la han convertido en el lugar favorito de los extranjeros que desean recibir cursos de español.
La antigua ciudad de Taxco, situada 180 km al suroeste de Ciudad de México y de cuyas minas se extraía plata, es una preciosa localidad de arquitectura colonial y uno de los lugares más pintorescos y agradables del país. Encaramada sobre la ladera de una colina, tiene un laberinto de callejuelas adoquinadas, edificios añejos y deliciosas plazas. La ciudad ha sido declarada monumento histórico nacional.
Baja California
A pesar de su atractivo litoral con playas de fina arena blanca, apacibles bahías e imponentes acantilados, el interior de Baja California es desolado y poco desarrollado; siempre ha sido un buen lugar para ocultarse. La Península ha servido de refugio a los revolucionarios magonistas, los mercenarios e incluso a los bebedores durante la época de la Ley Seca en Estados Unidos. En la actualidad, son los turistas los que se dirigen a Baja. Entre los lugares destacados figuran San Borja, un remoto pueblo fundado por misioneros jesuitas; la sierra de San Francisco, cerca de San Ignacio, una meseta volcánica que alberga extraordinarias formaciones rocosas y que en 1993 fue declarada Patrimonio Universal por la Unesco; y la sierra de la Laguna, un paraíso de la botánica en la punta sur de la Península, donde crecen álamos temblones, cactus, robles y palmeras y donde los arroyos de montaña fluyen entre cañones de granito, un lugar perfecto para los senderistas.
Ferrocarril de Chihuahua
El trayecto entre Los Mochis y Chihuahua es uno de los más espectaculares de México. El ferrocarril cruza 88 túneles y 38 puentes para recorrer los estrechos cañones de la sierra Tarahumara y se encarama a la ladera de imponentes precipicios. Se trata de una notable obra de ingeniería, y no resulta sorprendente que fueran necesarios 90 años para su construcción. El viaje se compone de paisajes impresionantes; el más destacado es la barranca del Cobre, mayor y más profunda que el Gran Cañón de Arizona. Los excursionistas más intrépidos pueden descender sus 2.300 m con guías de Creel o de Divisadero.
Puerto Vallarta
Junto al río Caule, acunada entre montañas cubiertas de palmeras y aguas color esmeralda de la bahía de las Banderas, yace la pintoresca ciudad de Puerto Vallarta que, con sus calles de adoquín y sus casas enjalbegadas, es uno de los lugares predilectos tanto para el viajero con presupuesto holgado como para el más independiente. La ciudad cuenta con playas de arena blanca y palmeras, bulliciosos bares y restaurantes, así como con una gran cantidad de galerías y tiendas de artesanía. La urbe ha pasado con tanta rapidez de ser un tranquilo pueblo costero a convertirse en un centro turístico internacional que resulta fácil criticar los destrozos que ha sufrido, pero es casi imposible no disfrutar de sus playas del sur, su inmensa bahía y su vida marítima. Durante todo el año, hay delfines en la bahía; asimismo, entre febrero y abril pueden verse ballenas grises. Los lugareños insisten en que en abril se pueden ver rayas saltando a la superficie durante sus cortejos.
Guadalajara
Muchas de las tradiciones y peculiaridades consideradas típicas de los mexicanos provienen de Guadalajara, la segunda ciudad más extensa del país. Entre dichas tradiciones figuran los mariachis, el baile del sombrero, el tequila, los sombreros de ala ancha y el rodeo mexicano. Parte del atractivo de Guadalajara radica en que tiene muchas de las virtudes de Ciudad de México -una cultura vibrante, bellos museos y galerías, una vida nocturna excitante y buenos lugares donde comer y dormir-, pero pocos de los defectos de la capital. Guadalajara es una ciudad moderna, bien organizada y poco contaminada; atesora tantos alicientes y actividades que el visitante no puede aburrirse. Entre los principales atractivos figuran su gigantesca catedral, con sus dos torres gemelas y las preciosas plazas de los alrededores; el Instituto Cultural de Cabañas ; la plazuela de los Mariachis, donde los grupos tocan a todas horas del día y de la noche; y la planta embotelladora de Sauza, que ofrece degustaciones de tequila a los visitantes.
Acapulco
En el pasado, el primero y más célebre centro turístico de la costa del Pacífico fue una de las puertas del Nuevo Mundo hacia Oriente; pero hoy es una urbe con un rápido crecimiento, de más de un millón de habitantes, y con una mezcla alocada de rascacielos, tiendas de diseño y restaurantes trilingües que protegen una ciudad oculta de aparcamientos, ríos contaminados y grandes edificios de apartamentos. Acapulco no se ajusta a la idea de diversión que tienen muchas personas, pero la mayoría de quienes la visitan disfrutan descansando en sus numerosas playas, que cuentan con instalaciones para casi cualquier deporte que pueda practicarse en el agua.
Desde los años treinta, los célebres saltadores del acantilado de La Quebrada, conocidos como clavadistas, han maravillado a los visitantes por la gracia con la que se zambullen en el agua desde una altura suicida de 45 m, por una estrecha grieta que parece contener sólo agua suficiente para cubrirles los pies. No resulta sorprendente que antes de lanzarse al vacío recen en un pequeño templo. Desde el hotel El Mirador se puede disfrutar de una bella vista panorámica de los clavadistas. Quien busque playas menos concurridas, puede ir al Pie de la Cuesta (8 km al noroeste del centro de la ciudad), una buena alternativa a la aparatosidad de la urbe. La carretera hacia Puerto Marqués (18 km al sureste) ofrece unas vistas preciosas de la bahía de Acapulco. Justo al sur de la península de las Playas, se encuentra el llamado templo sumergido, una estatua de bronce de la virgen de Guadalupe bajo el agua.
Oaxaca
Oaxaca fue construida por los españoles; es una localidad de callejuelas estrechas en la que se respira una atmósfera especial, a la vez relajada y dinámica, remota y cosmopolita. Situada en el accidentado estado sureño del mismo nombre, la ciudad cuenta con una importante población indígena; los mercados indios se funden en la hermosa arquitectura colonial. Entre las atracciones de Oaxaca, también figuran las abundantes tiendas de artesanía local y el buen ambiente de sus cafés. Su centro histórico recibió el nombramiento de Patrimonio Universal por la Unesco en 1987. Desde allí, puede realizarse un gran número de excursiones de un día a las ruinas de los montes Albán (también declarado Patrimonio Universal en el mismo año), Mitla, Yagul y Cuilapán, y a los mercados y centros de artesanía.
Península de Yucatán
Cuando se cruza el río Usumacinta hacia Yucatán, el viajero se adentra en territorio maya. Herederos de un pasado glorioso y a menudo violento, los mayas viven hoy en el mismo lugar donde lo hicieron sus ancestros hace mil años. Yucatán tiene una diversidad sorprendente: abundantes yacimientos arqueológicos, ciudades coloniales, centros turísticos y litorales apacibles poblados, en su mayoría, por aves tropicales. Asimismo, alberga las impresionantes ruinas mayas de Uxmal (Patrimonio de la Humanidad desde 1996) y Chichén Itzá (desde 1988), cerca de Mérida. El estado costero de Quintana Roo, con sus islas y playas de arena blanca, atrae a los turistas que van en busca de so
Santa Rosalía
Los aficionados a la arqueología industrial disfrutarán visitando Santa Rosalía, la antigua ciudad de una compañía francesa emplazada en el desierto central de Baja California, unos 50 km al este de San Ignacio. Destacan, en especial, las ruinas del gran complejo de fundición de cobre. También cuenta con sorprendentes residencias y con una iglesia proyectada por el célebre arquitecto Eiffel. En principio, la iglesia prefabricada estaba destinada a África Occidental pero acabó siendo transportada en barco hasta México. Los franceses dejaron también como legado las baguettes más grandes de Baja California.
Costa de Yucatán
Las playas de la costa de Yucatán, entre Cancún y Tulum, figuran entre las más hermosas del mundo. Xcaret cuenta con unas ruinas mayas y una atractiva caleta que alberga una vida marina fascinante. Merece la pena llevar consigo unas gafas de buceo. Algunos metros tierra adentro, se encuentra el cenote, una poza de agua limpia en una cavidad de piedra caliza, el lugar perfecto para nadar. La laguna de Yal-Ku, antaño un paraíso desconocido, ha pasado recientemente a ser una zona explotada. A pesar de ello, sigue siendo un excelente lugar donde realizar buceo con tubo.
Salto de Basaseachic
Con sus 298 m de altura, es la mayor cascada de México. Situado 140 km al noroeste de Creel, el salto de Basaseachic bien merece las tres horas de coche y las casi tres horas a pie necesarias para admirarlo. Creel también es un buen punto de referencia desde donde desplazarse hasta otra cascada más pequeña, la cascada Cusárare, situada 22 km en dirección Sur.
Palenque
Rodeado de una selva de tonos esmeralda, el emplazamiento de las ruinas Palenque, catalogado Patrimonio Universal en 1987, es magnífico; su arquitectura y decoración mayas son exquisitas. Unos fragmentos de cerámica han revelado que el lugar fue habitado hace más de mil quinientos años y que vivió su apogeo entre el 600 y el 800 a.C., cuando fueron construidos numerosos edificios y plazas, entre ellos el elaborado templo de las Inscripciones y su cripta piramidal. El mejor momento para visitar este complejo y evitar el calor sofocante es a primera hora de la mañana, cuando se eleva una neblina provocada por la humedad, que sume los antiguos templos en una atmósfera misteriosa. Sólo 34 de los casi quinientos edificios existentes han sido excavados, y todos ellos fueron construidos sin herramientas de metal o animales de tiro, cuando aún no se había inventado la rueda.
La nueva ciudad, donde están situados la mayoría de los hoteles y restaurantes, se encuentra a unos 7 km de las ruinas, y hay autobuses que recorren el trayecto cada 15 minutos. Se puede llegar a Palenque en autobús, dependiendo de la situación militar en Chiapas. También en autobús y en ferry desde Tikal (en Guatemala), vía la ciudad fronteriza de La Palma, pasando así por dos de los yacimientos mayas más impresionantes de América Central.

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